Crecimiento, planes sociales y empleo: por qué crecen los puestos de trabajo a pesar del freno de la economía

Las estadísticas oficiales computan el aumento del Potenciar Trabajo como creación de puestos de trabajo formales, lo que distorsiona la foto del mercado laboral y la medición de desocupación

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Foto de archivo: un trabajador opera una máquina en una fábrica industrial en la provincia de Buenos Aires, Argentina. 1 nov, 2018.  REUTERS/Marcos Brindicci
Foto de archivo: un trabajador opera una máquina en una fábrica industrial en la provincia de Buenos Aires, Argentina. 1 nov, 2018. REUTERS/Marcos Brindicci

Un nuevo debate sobre la relación entre el empleo y los planes sociales se abrió en las últimas horas, tras la publicación de los datos oficiales de creación de puestos de trabajo registrado del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). La estadística, a cargo del Ministerio de Trabajo, reflejó que los asalariados registrados del sector privado cumplieron dos años y cinco meses de crecimiento ininterrumpido hasta diciembre último, cuando a pesar del contexto de enfriamiento de la actividad económica, aumentaron 0,23% respecto al mes anterior. Así, durante 2022, se registraron 265.000 nuevos empleos formales y en los últimos cuatro años, la cifra asciende a 915.000 puestos.

Sin embargo, en ambas cifras, se advirtió, no sólo es alto el impacto del monotributo social, lo cual plantea la cuestión de la calidad del empleo sino que, dentro de esta categoría, se destaca una alta incidencia del planes Potenciar Trabajo que, a los efectos de la estadística laboral, en vez de ser considerados programas sociales, son computados como empleo registrado en el sector privado.

Del total de empleos formales creados desde inicios de 2020, una cuarta parte, es decir 233.700 son, en rigor, planes de empleo. Para la economista de la consultora Empiria, Milagros Gismondi, el modo de cálculo resulta poco transparente. “Potenciar Trabajo disfrazado de empleo registrado” posteó en Twitter y reabrió la discusión.

“El 27% del crecimiento del empleo es por el monotributo social. Pero, a diciembre de 2022, el 95% del monotributo social era subsidiado al 100% y eso son planes, mayormente el Potenciar. Esas cifras salen de los datos de Presupuesto Abierto”, profundizó Gismondi en diálogo con Infobae.

Esas cifras vienen a zanjar, en parte, la aparente contradicción entre una economía que entró en estancamiento en septiembre del año pasado y, a pesar de eso, siguió generando empleo.

“El monotributo social viene creciendo muchísimo en el último tiempo, y ahí hay una discusión respecto del impulso al empleo privado, lo que cambia la lectura sobre su crecimiento”, opinó Luis Campos, coordinador del Observatorio de Derecho Social de la CTA, quien apuntó que el monotributo social ya dejó de ser una cifra marginal de las estadísticas de empleo y representa 4,7% del total de los trabajadores registrados. Sin embargo, consideró que si se excluyera la categoría, el empleo registrado refleja de todos modos un dinamismo notorio. “Si se sacara de la cuenta, lo que considero habría que hacer, no se debería computar como ocupación registrada, aun así, los asalariados registrados en los últimos tres años crecieron arriba de 4 por ciento”.

El economista, con todo, advirtió que donde sí se reflejará un impacto fuerte de los planes es en la tasa de desocupación y de empleo que publica el INDEC. “Una parte importante de la caída de la desocupación y del crecimiento de la tasa de empleo se explica por el monotributo social, que son muchos el Potenciar Trabajo”, dijo Campos. A principios de los 2000, el organismo estadístico publicaba la tasa de desempleo con y sin planes sociales, una práctica que dejó de lado hace ya varios años.

De todos modos, para Campos, el principal problema laboral de los últimos años está más relacionado a la evolución de los salarios que al nivel de creación de empleo. En ese sentido, los datos del primer mes del año abonan su argumento.

De acuerdo a datos oficiales, los ingresos privados perdieron más de 2 puntos porcentuales contra la inflación, que fue de 6% en enero.

Es una tendencia que ya se advertía el año pasado: un mercado laboral que mostraba signos de recuperación pero que, al mismo tiempo, registraba un retroceso del poder de compra del salario. Ese comportamiento se mantuvo en el inicio de 2023, según los primeros índices anticipados que dio a conocer el Ministerio de Trabajo que indican que el indicador que mide mide salarios privados, el Ripte, anotó en enero una variación de 3,8%, por lo que salieron perdiendo una inflación que se ubicó 2,2 puntos por encima.

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