La operación de canje de títulos que vencen hasta junio acordada ayer con los bancos por el ministro de Economía, Sergio Massa, logrará una aceptación de 66% del monto total involucrado si, tal como se dejó trascender, las entidades financieras vuelcan al menos la mitad de su tenencias. En ese escenario, y computando también el involucramiento de las compañías de seguros y de los fondos comunes de inversión -aunque estos últimos en menor medida-, los compromisos entre marzo y junio se reducirían de los $7,5 billones a “apenas” $2,6 billones, una cifra que luce más manejable para sostener la calma financiera.
Si bien el mercado moderó ayer la buena reacción inicial al anuncio, lo cierto es que la brecha cambiaria se mantiene estable en torno al 80% desde principios de año, en línea con la intención oficial de evitar sucesos disruptivos en el mercado cambiario. Desde esa perspectiva, despejar los vencimientos de deuda en pesos que se acumulan en los meses previos a las elecciones de octubre resulta vital.
Así, de lograr postergar los pagos de al menos dos tercios de los compromisos, Economía obtendría un oxígeno considerable. Para lograrlo, se descuenta que la tenencia de títulos en manos del propio sector público será volcada en su totalidad a la operación.
En un informe especial dedicado a analizar la propuesta de canje, la consultora 1816 calculó que sólo con la participación de los organismos estatales que tienen en cartera títulos del Tesoro, la conversión de bonos tiene un mínimo garantizado de 49% del volumen total de vencimientos.
“Estimamos que el 49% de los vencimientos que se buscan canjear los cobrarán entidades públicas. Entre inversores privados, una parte significativa la cobrarán los bancos privados (21%) y por esa razón es que el Gobierno negoció con las entidades financieras”, sostuvo el trabajo, que detalló que los fondos comunes de inversión cuentan apenas con el 11% de los títulos elegibles y las compañías de seguro apenas un 5% de la deuda.
“Si los bancos privados entran al canje con 50% de sus posiciones, las compañías de seguro con el 35%, los FCI con el 25% y el resto de los privados con el 15%, el Ministerio de Economía conseguiría una aceptación agregada de 66%, suponiendo que el sector público con el 100%”, detallaron los analistas de 1816, quienes calcularon que en ese caso, los compromisos pendientes se reducirían a $2,6 billones hasta fin del segundo trimestre.
Otros supuestos son incluso más optimistas en términos de aceptación del canje, al considerar más alta la participación entre los privados más allá de los bancos aunque advierten que, de todos modos, el monto remanente a refinanciar seguirá siendo una fuente potencial de inestabilidad.
“Manteniendo los supuestos de aceptación de los bancos en un 50%, aseguradoras por un 50% y el resto del sector privado en un 25% , el monto que debería rollearse sumaría entonces $3,6 billones en 4 meses (ajustados por CER y tipo de cambio esperado), unos USD 10.000 millones al tipo de cambio libre”, sostuvieron desde Aurum Valores, donde destacaron que “lo que quede sin canjear probablemente siga teniendo un rollover corto y caro por lo que, en pocas semanas más, los vencimientos volverán a ser extremadamente exigentes y el stress seguirá siendo elevado”.
No sólo la refinanciación de los títulos “residuales” del canje tendría un costo cada vez mayor, sino también en el propio canje se espera que el Gobierno deba convalidar altas tasas de interés. Según 1816, si el canje es en condiciones de mercado, los nuevos títulos que se emitirán ajustados por CER además de los “duales”, deberían debutar con tasas de dos dígitos. “Los TX24 y T2X4, que son las mejores referencias para los nuevos Boncer, subieron fuerte en las últimas semanas pero todavía rinden 9% y 9,5% respectivamente. Es decir, si el canje es ´a mercado´, los nuevos Boncer debería salir a tasas de alrededor de 2 dígitos.
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