Las exportaciones argentinas tuvieron un 2022 histórico, tras alcanzar por primera vez los USD 88.446 millones de facturación. Como todos los años, fueron la soja y el maíz los sectores que más traccionaron en el balance general -entre ambos exportaron USD 34.417 millones-, pero esta vez fue el litio el producto que más creció en términos porcentuales.
Según el informe de “complejos exportadores” del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en 2022 la Argentina facturó USD 696 millones por las exportaciones de litio, lo que dejó como resultado un crecimiento del 236,2% respecto a los USD 207 millones que se enviaron al exterior en 2021 (diferencia de USD 449).
De acuerdo al informe, dentro de esa rama la Argentina exporta principalmente carbonato de litio, cloruro de litio, pilas y baterías de litio. Los compradores más importantes son China, Japón, República de Corea, Estados Unidos, Alemania y Francia.
Crecimiento silencioso
Si se compara a las exportaciones de litio con otros sectores, se observa con facilidad que la participación de ese mineral es todavía baja en las exportaciones generales (llegó al 0,8% este año). Sin embargo, es un hecho claro que en los últimos años ha venido creciendo de manera exponencial, al punto que su peso sobre los envíos al exterior se duplicó en muy poco tiempo.
En el gráfico se puede apreciar cómo el litio fue ganando participación dentro de los minerales. Lo mismo ocurrió a nivel general. Según un informe publicado por el Gobierno nacional, en 2017 el litio representaba el 0,3% de las exportaciones argentinas, que ese año totalizaron USD 58.384 millones. En ese entonces, el mineral dejaba solo USD 224 millones y ni siquiera aparecía entre los productos principales de exportación.
A qué se atribuye el crecimiento
Hay varios factores que explican el fuerte incremento de las exportaciones argentinas de litio, pero básicamente todo se resume a que las empresas que operan en el territorio nacional han sabido acoplarse a la tendencia mundial.
Es que en 2021, la producción de ese mineral superó por primera vez la barrera de las 100 mil toneladas, cuadruplicando los números que se alcanzaban en 2010.
El aumento exponencial de la oferta no se tradujo en una baja de precio. Por el contrario, entre 2021 y finales de 2022 el valor internacional aumentó 400%, llegando a rozar por momentos los USD 80.000 por tonelada.
¿A qué se debe este fenómeno? Casi todo se explica por un fuerte incremento en la cantidad de vehículos eléctricos fabricados y comercializados en el mundo, debido a que éstos utilizan baterías con hasta 60 kilos de carbonato de litio.
En este contexto la Argentina sale ganando, teniendo en cuenta que posee el 21% de las reservas de litio a nivel mundial. Llamativamente, nuestro país hoy produce apenas el 6% de todo lo que se extrae en el planeta, según datos de Focus Market. Es un número bajo, considerando la cantidad de minerales que se encuentran en territorio argentino, pero a su vez es prueba del potencial que existe para impulsar la inserción internacional en ese mercado.
Según información publicada por la Secretaría de Energía, existe actualmente un potencial de inversiones en explotaciones mineras de litio de USD 6.473 millones. El horizonte de producción es de 373,5 mil toneladas adicionales a la capacidad actual de 37,5 mil toneladas por año, lo que con el tiempo, estiman, podría llevar las exportaciones de ese mineral a un valor cercano a los USD 12.000 millones.
Si eso llegara a ocurrir, el litio pasaría a representar, a valores de hoy, el 13,5% de las exportaciones totales de Argentina, y se convertiría en el segundo producto de mayor peso en términos de facturación, solo detrás de la soja.
Por ahora son números que están muy lejos, pero el contexto internacional favorece para el desarrollo de la actividad, que se produce principalmente en Catamarca -allí se encuentra uno de los yacimientos de salmuera de litio más grandes del mundo-, Jujuy y Salta.
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