Un importante banco de Wall Street advirtió sobre un posible plan de shock en el inicio del próximo gobierno

El reporte de una misión que envió el Bank of America a Buenos Aires el mes pasado retrató el escenario de un plan de estabilización agresivo, con corrección del tipo de cambio y un salto inflacionario inicial entre 15% y 10% mensual

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Los enviados del Bank of
Los enviados del Bank of America se reunieron con políticos, encuestadores y economistas locales el mes pasado para evaluar el escenario de cara al próximo gobierno. REUTERS/Andrew Kelly

El impacto electoral en la economía y, sobre todo, las posibles medidas que adopte la próxima administración comienzan a ganar espacio tanto en el debate doméstico como entre los inversores internacionales. En ese marco, uno de los bancos más importantes de Wall Street, el Bank of America (BOFA) envió a una misión a Buenos Aires a fines del mes pasado, con el fin de reunirse con políticos, encuestadores y analistas económicos locales para sondear in situ las chances de una devaluación a fin de año, con el correspondiente fogonazo inflacionario en los primeros meses de la nueva gestión.

Ese salto inflacionario, recabaron, podría llegar hasta 10% y 15% mensual si se produjera un fuerte ajuste cambiario que corrigiera el atraso del dólar oficial, estimado en 20% respecto de valor actual. En esos términos retrataron un eventual escenario de “política de shock” dado que, según sus interlocutores que no reveló, “la oposición entiende que debe actuar rápidamente y que el gradualismo no funcionará”.

En las “notas del viaje” -así titularon los ejecutivos el reporte “Argentina: Trip Notes”-, los enviados del banco mencionan como un escenario posible una devaluación en el inicio de la nueva administración, aunque destaca que “los controles de capitales son vistos como necesarios por un tiempo si gana un candidato moderado, aunque habría un alivio cambiario en el margen”. En contrapartida, no se obvió mencionar que “candidatos más radicales” proponen un levantamiento de las regulaciones cambiarias más veloz, lo que genera dudas sobre la refinanciación de la deuda en pesos. “Hay diferentes miradas respecto de las políticas de régimen cambiario/monetario en un potencial plan de estabilización”, advierte la entidad.

En ese sentido, el informe puso de relieve la posibilidad de que dicho plan, si fuera agresivo para bajar la inflación, requeriría paradójicamente, según una de las entrevistas realizadas, altos niveles inflacionarios durante los primeros meses dada la necesidad de corrección de precios relativos, como tarifas y tipo de cambio. “Aunque, si es exitoso, la inflación podría declinar a 20% anualizado después de un año”, citó.

Aunque a lo largo de las páginas que dedica al país se menciona a todas las fuerzas políticas, alude incluso a las chances crecientes de Javier Milei como a la posibilidad de que el actual ministro de Economía, Sergio Massa, será finalmente el candidato por el oficialismo, a la hora de proyectar el escenario económico post traspaso de mando, el foco está mayormente puesto en la oposición.

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Según recabaron los ejecutivos del banco, la próxima administración deberá negociar un acuerdo con el FMI que incluya reformas estructurales, un ajuste veloz y fondos frescos. REUTERS/Johannes P. Christo/Archivo

Algunas de las visiones recolectadas por el banco en el país y transmitidas a sus clientes coinciden con sugestivas proyecciones económicas de consultoras locales. Es el caso de Econviews, la firma fundada por Miguel Kiguel cuyo economista jefe es Andrés Borenstein, integrante también de los equipos económicos de Juntos por el Cambio. La consultora proyecta una reducción de la actual brecha cambiaria a la mitad para fines de diciembre como consecuencia de una suba del tipo de cambio oficial a $460 para esa fecha. El correlato sería, tal como reportó el BOFA, un salto de la inflación a 15% y 10% en el primer bimestre de 2024, con una reducción acelerada a 2,3% para julio del próximo año.

En el mercado interpretan que esas estimaciones podrían cumplirse sólo en el caso de la implementación de un plan de estabilización de shock, exitoso.

Por supuesto, las negociaciones con el Fondo Monetario tampoco quedan al margen a la hora de evaluar el plan del próximo gobierno. “Los economistas con los que nos reunimos -apuntó el BOFA- esperan que la oposición, si gana, deba negociar un nuevo programa con el FMI (incluyendo reformas estructurales y un ajuste más veloz) y pedir fondos frescos dado el bajo nivel inicial de reservas”.

La entidad también hizo un apartado clave respecto a las condiciones políticas en las que deberá actuar el próximo gobierno. “Los riesgos de ejecución para la próxima administración son muy altos, lo que requiere de un candidato con habilidades políticas y un fuerte mensaje para sobrevivir el ajuste y proporcionar una mejora económica hacia las elecciones de medio término”, sostuvo y agregó que “la percepción de gobernabilidad será clave para la magnitud del ajuste y las reformas”

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