“¿Quiere que le revisemos los niveles de agua y aceite?”. Es pregunta es frecuente recibirla en las estaciones de servicio cuando uno va a cargar combustible, y está muy bien que así ocurra, porque para muchas personas, tener un auto solo sirve para transportarse de un lado a otro, y lo único que hay que hacer es agregar gasolina cuando la aguja indica que queda poco en el tanque. Y no es así.
Es que el aceite y el agua son vitales para el funcionamiento de un motor. Uno porque lubrica las piezas internas, y el otro mantiene la temperatura de todo el conjunto. Solo hay que imaginar que un motor tiene detonaciones internas constantemente en cada uno de sus cilindros, si no hubiera un circuito de refrigeración, se fundiría por alta temperatura en pocos minutos. Por eso se coloca líquido refrigerante en lugar de agua común, porque más allá de prevenir el óxido y la corrosión, tiene más tolerancia térmica.
Un motor térmico, que así se llama precisamente porque a partir de explosiones es que funciona, debe mover un gran número de piezas para generar el movimiento que se transmite a las ruedas. Y todos esos movimientos son de metal contra metal, por lo tanto es fundamental que tengan una lubricación que reduzca la fricción para que todo sea lo más liviano posible. El aceite cumple esa función, además de refrigerar también esas partes, que naturalmente tienen una temperatura de trabajo extrema.
Esa temperatura va quemando el aceite lentamente, lo que le quita sus propiedades de viscosidad y resistencia térmica. Por eso hay que cambiarlo periódicamente. Con ver el modo en que sale el aceite viejo cuando se hace el service del auto, no hace falta más explicaciones, porque ese fluido espeso y cristalino de color cremoso, se convierte en uno mucho más líquido y completamente negro.
El circuito de aceite comienza desde una bandeja en la parte baja del motor, el carter. Para subir y llegar a cada rincón del motor, se utiliza la bomba de aceite, y una vez que termina el ciclo completo, el aceite regresa al carter. En ese proceso, apenas se inicia el circuito, está el filtro de aceite, que cumple la función de mantener limpio de impurezas el fluido.
Esta explicación es necesaria para dale importancia al tipo de aceite que se coloca en el motor, al tiempo de uso que se le da, y a la necesidad de cambiarlo junto al filtro de aceite en esa misma operación. Hay dos grandes tipos de aceite: los minerales y los sintéticos. Aunque prácticamente todos los autos nuevos usan sintéticos o semi-sintéticos, donde se combina una parte de aceite destilado del petróleo y una de laboratorio, ya que estos tienen detergentes y aditivos que permiten mantener más limpias las partes lubricadas. El aceite mineral es más barato y el 100% sintético el más caro.
El aceite y filtro, deben cambiarse cada 10.000 km o 12 meses desde la última vez que se ha colocado. Un auto que no se utiliza pero que está detenido por todo un año sin arrancarse, debe recibir un cambio de aceite y filtro previamente a ponerse en marcha.
¿Cómo saber qué aceite colocar en el auto?
Cada fabricante, en el manual del automóvil, especifica qué tipo de aceite se debe utilizar, y es muy importante que se respete esa cualidad del lubricante, porque cada motor está concebido con determinadas especificaciones. De todos modos, en el mismo manual, además del aceite recomendado, se brindan las opciones o márgenes hasta los que se puede llegar con lubricantes de otras viscosidades.
Así, poniendo un ejemplo, si para un motor térmico de 4 cilindros y 1.8 litros de cilindrada, el aceite recomendado es el 0W16, pero el propio fabricante toma como opciones el 0W20, 5W20, 5W30 o 10W30.
El código que va delante de la letra “W”, cuyo significado es Winter (invierno en inglés), marcan que ese aceite favorece el arranque en frío, cuanto más bajo sea ese número, mejor será en esa condición. El número posterior a la “W” especifica la viscosidad a altas temperaturas. Los aceites con ese número más alto, son más espesos y por lo tanto demoran más tiempo en llegar a cada recoveco del motor. Los aceites más viscosos se recomiendan para uso a altas velocidades, a grandes exigencias de fuerza o a motores viejos, ya que al tener desgastes de metales, el aceite más líquido se puede colar fácilmente y no lubricar como es necesario.
Los motores modernos, especialmente los de baja cilindrada y motores turbo, son más eficientes con aceites con ambos valores lo más bajos posibles, porque además consumirán menos combustible por tener menos fricción. Eso suele generar el característico humo azul que a veces se ve en los escapes de los autos.
Podría decirse como generalidad para tener de parámetro, que los aceites 10W40 son los aceites que se recomiendan para motores con más de 20 años de vida, mientras que los 5W30 y 5W40 son los más corrientes para autos usados de entre 10 y 20 años de uso, mientras que, en el otro extremo a los autos actuales o de menos de diez años de uso que ya fueron mencionados, están los motores de alta performance, que usan aceites 0W60 o 10W60.
Unos consejos finales. En lo posible, siempre tener un litro de aceite del mismo que se ha colocado en el último cambio, permite rellenar el motor con la misma especificación. Si no se tiene uno, guardar el dato de qué viscosidad se le colocó la última vez, para pedir ese mismo tipo de lubricante. Y por último, siempre tratar de colocar aceite de bidón en lugar del aceite de barril, ya que no hay como verificar la calidad y el compuesto del que se vende en grandes cantidades en muchos lubricentros.
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