Asumirá otro auditor del FMI para la Argentina: la historia de los “duros y blandos” que controlaron antes al país

Rodrigo Valdés fue designado como director del Fondo para las Américas y revisará el programa con el principal deudor del organismo; cómo actuaron quienes ocuparon ese cargo desde la década del 90

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Claudio Loser, Anoop Singh, Nicolás
Claudio Loser, Anoop Singh, Nicolás Eyzaguirre, Alejandro Werner, Ilan Goldfajn y Rodrigo Valdes, los últimos auditores regionales del FMI

La llegada de otro economista que auditará a la Argentina desde el Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI) generará seguramente nuevas intrigas, encuentros y desencuentros entre ambas partes.

El ex ministro de Hacienda chileno Rodrigo Valdés fue designado por Kristalina Georgieva para reemplazar al brasileño Ilan Goldfajn como director del área para las Américas. Se trata del sexto funcionario que ocupa ese cargo en los últimos 25 años, muy enfocados en la relación con la Argentina, por encima de otros países de la región.

Valdes fue ministro de Hacienda de Chile de 2015 a 2017, en el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, y en la actualidad trabajaba como docente de Economía en la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica de Chile; entre 2009 y 2012, fue subdirector en los departamentos del Hemisferio Occidental y de Europa del FMI; tiene un doctorado en Economía del MIT.

El ex ministro de Hacienda
El ex ministro de Hacienda de Chile, Rodrigo Valdés, será el nuevo auditor del FMI de la economía argentina (Reuters)

Quienes trabajaron con Valdés afirman que “conoce muy bien sus desafíos” porque ya fue el segundo en el área, luego de su paso por Barclays, cuando su compatriota Nicolás Eyzaguirre se desempeñó en el cargo. Aunque trabajó en el sistema financiero, siempre estuvo más interesado en la política pública y ha sido calificado como “una buena persona y un gran economista” por sus ex pares.

Asumirá su cargo el 1 de mayo, en las vísperas de la revisión que el FMI realizará sobre las metas del primer trimestre del 2023 del acuerdo firmado por la Argentina. En Washington afirman que, luego de la indulgencia que exhibió el Fondo al morigerar la meta de las reservas, en esa segunda auditoría podría mostrarle un poco más los dientes al Gobierno, aunque la oposición se ha quejado de la suavidad exhibida hasta ahora. “Están dejando entrar a todo el mundo a la pileta sin revisación previa”, expresó, furioso, un referente económico de Juntos por el Cambio, en referencia al Fondo.

Valdés asumirá su cargo el 1 de mayo, en las vísperas de la revisión que el FMI realizará sobre las metas del primer trimestre del 2023 del acuerdo firmado por la Argentina

La clave estará en los contactos que entablará Rodrigo Valdés con los referentes económicos de la oposición, ya que en un año de recambio presidencial el FMI siempre quiere saber qué piensan los otros candidatos en relación con el programa de financiamiento con el organismo, sobre todo si tienen chances de ganar.

En este contexto, cabe recordar a sus predecesores, para analizar la relación entre el FMI y la Argentina en las últimas tres décadas a través de la óptica de su principal auditor regional.

Claudio Loser, el argentino que
Claudio Loser, el argentino que auditó a la Argentina en los 90

La década del 90

1) Claudio Loser: Este economista mendocino que, aunque vive hace varias décadas en EEUU no perdió su tonada natal, fue director del área para las Américas entre 1994 y 2002, período en el que tuvo que lidiar con Domingo Cavallo en sus dos gestiones frente al Ministerio de Economía. El staff técnico del Fondo no estaba convencido de las bondades del tipo de cambio fijo ni de la convertibilidad, aceptó de mala gana por el fuerte respaldo que cosecharon el presidente Carlos Menem y su ministro entre los países del G7 y, particularmente, en Washington. De modo tal que el staff dejó pasar varios “waivers” que pidió el país por incumplimientos a los sucesivos acuerdos y Loser siempre actuó, por su carácter, como mediador, sin perder la paciencia.

Más complejo fue el período del 2001, cuando él y otros apostaban al éxito de la efímera gestión de Ricardo López Murphy, pero vio cómo el presidente Fernando De la Rúa lo desplazaba en un avión en el regreso de la asamblea del BID en Santiago de Chile. Cuando se le preguntó si Cavallo podía ser la salvación para el país sumido en una profunda crisis, expresó: “En la historia del mundo solo se conoce a un Salvador del mundo”.

Cuando explotó la convertibilidad, Loser fue desplazado junto con buena parte de su equipo técnico por presión de la dura subdirectora del organismo, Anne Krueger, quien responsabilizó a ese team de tener un enfoque demasiado suave hacia el país.

Anoop Singh, auditor indio del
Anoop Singh, auditor indio del FMI para la región en 2002 (Getty Images)

Un auditor indio para la crisis

2) Anoop Singh, llegó con dos colaboradores británicos, John Thornton y John Dodsworth, para transmitir que, así como el Fondo le había prestado casi USD 14.000 millones al país como parte del blindaje del 2001, ya no estaba dispuesto a girar más fondos mientras más de la mitad de la población estaba hundida en la pobreza y la inflación llegaba al 40% en 2002. Singh, experto en las crisis asiáticas de la década previa, viajó a Buenos Aires para mostrar cierta sensibilidad y luego a Salta, donde se reunió con alumnos de una escuela primaria.

“Me gustó mucho Salta la linda” dijo en un imperfecto español en una conferencia de prensa en Buenos Aires al regresar del Norte, sin intenciones de cambiar de parecer respecto de la negativa a girar dinero hasta que la Argentina no encarara una profunda reestructuración de su deuda y soltara su tipo cambio, lo que hubiera provocado una hiperinflación. Además, exigió privatizar la banca pública y un ajustado cronograma para mejorar la situación de las cuentas públicas con el que tuvo que lidiar primero el equipo de Jorge Remes Lenicov y luego el de Roberto Lavagna.

Guillermo Nielsen, secretario de Finanzas en esos años, fue el interlocutor directo de Singh y su equipo, con el que mantuvo duros enfrentamientos, hasta que el ministro logró el respaldo de algunos socios mayoritarios del Fondo para aplacarlos.

El chileno Nicolás Eyzaguirre se
El chileno Nicolás Eyzaguirre se enfrentó con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (Reuters)

El conflicto del Indec

3) En 2008 Anoop Singh dejó su puesto al chileno Nicolás Eyzaguirre, ex ministro del presidente Ricardo Lagos, quien tuvo que lidiar desde el primer día con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por la distorsión de los datos del Indec, que comenzaron con la inflación, el PBI y luego se extendieron a casi todo el resto de las estadísticas públicas.

Al conflicto con el Indec, se sumó la decisión del gobierno de no cumplir con la revisión anual del Artículo IV que realizan todos los países socios del organismo

Por haber sido ministro del país trasandino, Eyzaguirre conocía bien el funcionamiento de la política argentina y por lo tanto desconfiaba de los gestos de acercamiento que el ministro de Economía Amado Boudou le expresaba tanto a él como al director gerente Dominique Strauss Kahn sobre la “normalización” de las relaciones con el Fondo. Es que, al conflicto con el Indec, se sumó la decisión del gobierno de no cumplir con la revisión anual del Artículo IV que realizan todos los países socios del organismo. En 2010, ante las crecientes dificultades de financiamiento, el gobierno aceptó un mecanismo de cooperación técnica que implicó la llegada de varias misiones del Fondo para mejorar la metodología del IPC.

Alejandro Werner, director del Hemisferio
Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental del FMI, nacido en la Argentina y que creció en México, lidió con Cristina Kirchner y ejecutó el programa con Mauricio Macri

Werner y el nuevo programa con el país

4) En 2013 Eyzaguirre dejó su lugar al economista nacido en la Argentina y que creció en México Alejandro Werner, con un doctorado en el MIT (Massachusetts Institute Technology) y asistente de Paul Krugman en esa casa de estudios, además de haber sido viceministro de Hacienda en el gobierno de Felipe Calderón.

Cuando Werner asumió en enero de 2013, la entidad ya estaba decidida a sancionar a la Argentina por la distorsión de los datos de precios del Indec, por incumplimiento del artículo constitutivo del FMI que exige la transparencia de las estadísticas públicas. Aunque había poca relación entre ambas partes, porque Néstor Kirchner había pagado la deuda con el organismo en 2006 y el país por lo tanto no tenía un programa, la pelea por el Indec fue suficiente para mantener una tensión alta.

En 2014 el Gobierno intentó que el FMI apoyara su postura en el juicio contra los acreedores que finalmente llevó al país a un nuevo default en EEUU, pero el organismo se abstuvo

En 2014 el Gobierno intentó que el FMI apoyara su postura en el juicio contra los acreedores que finalmente llevó al país a un nuevo default en EEUU, pero el organismo se abstuvo para no irritar a sus principales accionistas. Werner mantuvo una postura firme, pero equilibrada, frente a los funcionarios políticos y técnicos que pedían la expulsión de la Argentina del FMI, al considerar que sería mejor un acercamiento, por más leve que fuera, que una exclusión que luego sería difícil de revertir, como lo mostraron los pocos países que se fueron del Fondo.

Las expectativas mejoraron cuando ganó las elecciones presidenciales Mauricio Macri y al asumir normalizó tanto el Indec como la revisión del Artículo IV, aunque la paz fue breve, porque en 2018 el país cayó en una nueva crisis y tuvo que firmar un nuevo programa financiero, el primero después del que había firmado Néstor Kirchner en 2003, pero por un monto extraordinariamente alto de asistencia.

Tanto Werner como la nueva directora gerente del FMI, Christine Lagarde, se opusieron a la idea del ministro Nicolás Dujovne de pedir una línea preventiva, contingente, como la que tenía México, que solo actuaba como respaldo en caso de una necesidad y que estaba destinado a países que sufrían, no que causaban contagios.

Tanto Werner como la nueva
Tanto Werner como la nueva directora gerente del FMI, Christine Lagarde, se opusieron a la idea del ministro Nicolás Dujovne de pedir una línea preventiva, contingente, como la que tenía México (Reuters)

Werner y sus colaboradores mantuvieron duras discusiones con el Banco Central, sobre todo en la gestión de Luis Caputo, en torno de la magnitud de la intervención en el mercado cambiario. A priori, el Fondo no quería que el Gobierno usara los recursos que le prestaba para controlar al dólar y el equipo económico sostenía que debía acotar la volatilidad del tipo de cambio en un contexto de desconfianza.

De todos modos, la relación se mantuvo en los carriles normales hasta que Macri perdió las elecciones primarias en agosto de 2019 y el entonces candidato a presidente, Alberto Fernández, le expresó a Alejandro Werner y a su equipo que querían renegociar el acuerdo. Por este motivo, nunca llegó el último desembolso previsto para ese año y Werner se corrió de la relación con el país que lo vio nacer ante el cambio de gobierno y también de la conducción del organismo, por la asunción de Kristalina Georgieva.

Ilan Goldfajn, el efímero auditor
Ilan Goldfajn, el efímero auditor regional que ahora es presidente del BID

El breve paso de Goldfajn

5) Luego de un interinato que quedó en manos de Julie Kozack, en enero de 2022 fue elegido para el cargo el ex presidente del Banco Central de Brasil Ilan Goldfajn, para algunos “un duro ortodoxo” y para otros un pragmático que entendería enseguida los límites del Gobierno para cumplir con el acuerdo que le asegure al FMI que la Argentina no caiga en default.

El nuevo ministro, Sergio Massa, entabló una buena relación con Goldfajn, aunque nunca perdió su diálogo directo con Georgieva cuando el staff se ponía demasiado duro. De todos modos, la directora gerente, que había comenzado con mucho ímpetu su gestión en contra de las precauciones del staff, luego se acomodó a los lineamientos del organismo que tiene a 190 países socios.

Por su parte, Ilan Goldfajn mostró su cintura política al ganar por primera vez para Brasil la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al ser ratificado por el presidente Lula pese a que había sido postulado por Jair Bolsonaro.

Ahora, llegó el turno de Rodrigo Valdés para asumir esa “silla caliente” del FMI, que tiene casi siempre a la Argentina entre sus principales motivos de preocupación.

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