Varias construcciones históricas de Buenos Aires encierran enigmas aún por descifrar. Una de ellas se encuentra en la intersección de las calles Riobamba y Arenales, en uno de los barrios más cotizados de la ciudad: Recoleta. Allí, en una de las esquinas, se observa un edificio que data de fines de la década del ‘20 y que asombra por su estilo ecléctico.
En ese inmueble hay departamentos en venta y otros que se comercializaron hace poco y superan los USD 500.000 de cotización por sus superficies amplias, de más de 230 metros cuadrados, y por los materiales con que se edificaron.
El edificio fue construido por el arquitecto de origen francés Paul Eugéne Pater, quien nació en Dijon, llegó a Argentina en 1907 y se asoció con el ingeniero Alberto Morea, con quien realizó obras icónicas entre 1927 y 1949.
Pater también es conocido por hacer el Palacio Ortiz Basualdo, diseñado en 1912 para el matrimonio de Daniel Ortiz Basualdo y Mercedes Zapiola, frente a la plaza Carlos Pellegrini (Alvear y Arroyo), que es la sede de la embajada de Francia desde 1939. También hizo el Tigre Club, donde llegó a funcionar el primer casino de la Argentina, hoy sede del Museo de Arte de Tigre.
Cómo Pater tuvo que regresar a Francia para luchar en la Primera Guerra Mundial, la obra tigrense se concluyó 6 años más tarde con la dirección de otro profesional, Eugenio Gantner.
Volviendo al edificio de Recoleta que remata en tres cúpulas simétricas se desconoce qué familia lo encargó en tiempos que estos inmuebles se destinaban mayoritariamente a alquiler.
Es conocido como “el edificio Cameru” por la inscripción que está sobre la puerta de entrada, o por la firma del arquitecto que lo pensó y que está grabada sobre la pared del frente: “P. Pater”.
Iuri Izrastzoff, experto del mercado inmobiliario premium, comentó a Infobae que “la estructura del edificio se basa en dos grandes cuerpos concebidos como una unidad estilística, sobre un gran frente sobre Riobamba, que se hace curvo y se prolonga unos metros sobre Arenales. Este monumental diseño en general es emblemático del preciosismo ornamental que caracteriza las obras de Pater”.
En la planta tiene locales comerciales, entre ellos una tradicional confitería y restaurant que ocupa la esquina. Sorprende la calidad de las rejas de hierro muy trabajadas y con imágenes que maravillan los ojos; uno de los balcones está encubierto sobre la ochava del primer piso y, como remate de toda la construcción, sobresalen las tres cúpulas (a la de la ochava sólo le queda el esqueleto) que le dan a este edificio un toque artístico y señorial único.
“Debemos destacar la diversidad de las aberturas, nunca uniformes, y el detalle del balcón encubierto del primer piso, sobre la ochava”, amplió Izrastzoff.
El arquitecto francés falleció en 1966 y a menos de 50 metros de allí, en Riobamba, 1250 hizo otro edificio en conjunto con Morea, pero de estilo racionalista que nada tiene que ver con el que llaman Cameru. Éste se caracteriza por tener un ojo de buey similar al de los barcos (los edificios del modernismo racionalista incluían referencias náuticas) y la mayor influencia de este estilo transcurrió entre los ´30 y principios de la década del ´70).
Allí las viviendas que se venden tienen un precio que superan los USD 220.000 en tres ambientes y USD 165.000 en dos ambientes.
Coronamiento en primer plano
El arquitecto Fernando Lorenzi, del estudio INFILL y experto en cúpulas, destacó a Infobae que “el edificio de Riobamba y Arenales es ecléctico con fuertes rasgos Art Nouveau y Secesionistas. La cúpula de la esquina está colapsada y sólo quedó la vista de la estructura. Sobre Riobamba se pueden ver las otras dos que forman una composición tripartita de la totalidad del edificio. Y es un edificio muy misterioso por su eclecticismo y por sus líneas francesas que le dan un toque muy particular dentro de la ciudad.
En varias Web especializadas en turismo porteño se suelen hacer visitas guiadas hasta la esquina para apreciar este edificio simbólico ubicado en Riobamba y Arenales
Las cúpulas muestran un rasgo único que el arquitecto supo interpretar, las tres se distribuyeron de manera equilibrada y cooperaron para el elegante coronamiento del edificio.
“En la Buenos Aires conocida como la Reina del Plata, un edificio en esquina sin cúpula era una herejía en esos tiempos dorados”, amplió Lorenzi.
De la cúpula de la esquina sólo se aprecia el esqueleto y por los costos que demandaría su re construcción es difícil que pueda ser restaurada algún día.
Se estima que la restauración de este tipo de obras maestras superan los USD 1.500 por m2 y para cualquier consorcio son números muy altos.
Cómo son los departamentos
Expertos del mercado inmobiliario porteño argumentan que estas joyas arquitectónicas son muy buscadas por artistas y extranjeros.
Alan Mizrahi, de la firma BTS, dijo a Infobae que uno de los departamentos que se venden en el edificio Cameru “se comercializa en USD 750.000 y tiene 230 m2 cubiertos y otros 45 m2 descubiertos distribuidos en 6 balcones. Esta propiedad posee 4 dormitorios, 3 baños y 1 toilette, más dos dependencias de servicios”.
Hay otros departamentos que se venden por menor valor. Los techos están a una altura de 4,5 metros y con molduras. Los pisos terminados en roble de Eslavonia. En la construcción hay dos ascensores: el principal y el de servicio, también trabajados en forma artesanal y del estilo jaula como se hacían hace 100 años.
Otros pisos tienen marquetería y algunos son de pinotea, aberturas con herrajes originales y vitraux que aportan un toque muy fino.
“Creemos que son joyas auténticas y por la baja de precios quienes valoran este tipo de construcciones tienen una buena oportunidad para comprar viviendas que en otros rincones del mundo salen entre un 40 y 50% más que en Buenos Aires”, añadió Mizrahi.
En la parte inferior hay más historia que contar porque hay varios locales comerciales y fueron habitados por negocios que también marcaron una gran trayectoria.
“Uno es el que ocupa la ochava y que por varios años fue la sede de El Cervatillo, un restaurante reconocido donde la especialidad de la casa era un plato con salmón preparado con vino blanco, champiñones, camarones y alcaparras. Hoy funciona otro bar restó donde sobresale la cocina casera”, concluyó Izrastzoff.
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