Con un acumulado interanual que llegará a tres dígitos en los próximos días, por primera vez en más de treinta años, Alberto Fernández no podía evitar hablar de la inflación durante su discurso en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. Sin embargo, no reconoció su fracaso en combatir el flagelo ni brindó una mirada optimista para los meses que le quedan en el poder.
Al contrario, el Presidente optó por no hacerse cargo y apenas se limitó a describir que la inflación es “un problema estructural que afecta a la Argentina hace décadas”. Por otra parte, describió que se trata de un tema que “genera desorganización” y dejó otra definición polémica: “Estamos decididos a bajarla, pero no a costa de mayor pobreza o de afectar el crecimiento”.
Se trata de una mirada particular, ya que es justamente la aceleración inflacionaria la que genera más pobreza, al impactar sobre la canasta básica y afectar el poder adquisitivo de los salarios.
Recién el 14 de marzo el INDEC divulgará la inflación del mes pasado. Se descuenta que el acumulado de los últimos 12 meses ya estará por encima del 101%, algo que no ocurría desde 1991, cuando el país salía de su segunda hiperinflación. Para el Gobierno resultará un durísimo golpe, ya que reflejará las dificultades para atacar el problema.
El ministro de Economía, Sergio Massa, había pronosticado que para abril la inflación debía caer a menos de 4%, algo que hoy luce como un verdadero milagro. Por eso, se estima que sus chances presidenciales habrían quedado más acotadas, aunque él mismo reconoce que no tiene aspiraciones para competir en esta oportunidad: “Una candidatura a presidente es incompatible con mi cargo actual de ministro de Economía”.
Las proyecciones de la mayoría de las consultoras marcan que en febrero la inflación habría superado el 6%, incluso por encima del nivel de enero. Hay dos rubros que impactaron particularmente: suba de tarifas y el aumento de la carne.
Justamente el incremento de la carne le está pasando factura al incremento de alimentos y bebidas, que otra vez se ubicará bien por encima del promedio de índice de inflación mensual. El aumento de febrero superó el 20% y se estima que habría nuevas subas en marzo, pese a que el Gobierno lanzó Precios Justos para las carnicerías.
La consultora Creeba, con sede en Bahía Blanca, midió una fuerte suba en su “índice asado”, que mide además de la carne, el costo de la leña, achuras, ensaladas y bebidas. “El incremento del índice asado en enero llegó a 13%, el mayor aumento desde que hacemos esta medición”
Al Presidente no le quedaba otra opción que hacer alguna mención sobre la inflación. En ese sentido aseguró que reconoce que hay problemas, pero prefirió no hablar de los problemas para encontrarle una vuelta. Esta vez, no le echó la culpa a la guerra ni a los empresarios por remarcar como lo hizo en varias oportunidades
El dato de inflación de febrero promete traer revuelo dentro del oficialismo, que ve como la elección presidencial se va complicando cada vez más. Para colmo la economía entró ahora sí en “estanflación”, es decir caída de la actividad económica en un régimen de alta inflación. Nada indica que esto se vaya a revertir en los próximos meses, lo que hace que la elección se vuelva cuesta arriba para cualquiera que surja como candidato del Frente de Todos.
Alberto Fernández también hizo referencia a otro tema sensible de la gestión económica: las cuentas públicas. “No hace falta que el FMI nos venga a decir que precisamos ir al equilibrio fiscal”. Fue la manera elegante de referirse a las preocupaciones que existen por los déficit fiscales recurrentes que sufre la Argentina y que explican las presiones cambiarias y también la inflación arriba del 100%.
Polémico como siempre, Domingo Cavallo advirtió por el fuerte aumento del gasto y la suba del rojo fiscal en enero. “Sigo sosteniendo que el escenario más probable es el de una inflación estabilizada en el 6% mensual, pero si se confirma el deterioro de las cuentas no se puede descartar un Rodrigazo”.
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