En el marco de la sequía y un ingreso de divisas en mínimos históricos en los últimos dos meses, el Gobierno volvió a frenar el pago de importaciones, a pesar de la implementación del nuevo sistema, el régimen SIRA, que establece la fecha en pago por parte del Banco Central al momento de autorizar la compra al exterior.
Si bien desde el sector importador se quejaron desde un principio de que el nuevo sistema era aún más estricto que el anterior y que, en la gran mayoría, los plazos de pago a los que autorizaba la operación la Secretaría de Comercio eran de 180 días, lo cierto es la deuda acumulada por el Banco Central dejó de crecer desde octubre. Para esa fecha sin embargo, la bola de nieve acumulada del primer semestre ya ascendía a los USD 6.000 millones y se siguió abultando los siguientes tres meses.
Tras un respiro que resultó transitorio en el último trimestre del año, el BCRA volvió a acumular más de USD 900 millones en el primer mes del año, según los cálculos de privados que siguen la brecha entre las importaciones computadas por el INDEC, devengadas, y las que efectivamente se pagaron a través del acceso de los importadores al Mercado Libre y Único de Cambios (MULC). Según esas fuentes, entre ellas los analistas de la consultora 1816, del Grupo Cohen o de Romano Group, el endeudamiento de la autoridad monetaria con las firmas que importan y están obligadas desde hace meses a buscar financiamiento propio, creció en USD 8.000 en los últimos ocho meses. “De junio del año pasado a enero, la deuda del Banco Central con importadores ha crecido USD 8.000 millones, equivalente a un ritmo promedio de USD 1.000M por mes”, calculó el economista de Romano Group Salvador Vitelli quien opinó que la cifra complica aún más las perspectivas de acumulación de divisas para la autoridad monetaria si se incorpora el factor de la fuerte sequía.
Un análisis similar corrió por cuenta del economista del Grupo Cohen, Martín Polo, quien advirtió que este año “se volvieron a frenar los pagos de importaciones, con lo cual en el último año el financiamiento (propio) de importaciones suma USD 8.060 millones”.
Los pagos de compras al exterior se volvieron a atrasar en el marco del menor ingreso de divisas en más de una década y a pesar de que el Ministerio de Economía logró reducir en casi 40% el volumen de importaciones, desde su máximo en julio del año pasado. Ya sin grandes compras de energía, a pesar de que en enero se duplicaron respecto al año pasado por la ola de calor, el nivel total de importaciones se consolidó en torno a los USD 5.000 millones mensuales.
Ese volumen luce insuficiente para alimentar el ritmo de crecimiento económico que reflejaba la actividad durante el primer semestre del año pasado. De hecho, las estadísticas oficiales marcan a diciembre una fuerte desaceleración en la comparación mensual, que se extendió al menos en el sector industrial, también a enero según coincidieron datos oficiales y privados. Por un lado, el Centro de Estudios para la Producción, que depende del ministerio que conduce José Ignacio De Mendiguren, estimó la caída de la actividad industrial en 1,4% en enero respecto a diciembre mientras que para la consultora de Orlando Ferreres y Asociados, el índice propio de actividad manufacturera anotó una retracción de 1,5% en el mismo período.
En ambos casos, el faltante de divisas para sostener la importación de bienes e insumos indispensables para mantener el ritmo de producción es uno de los principales motivos del freno a la economía. Otros analistas suman que los altos niveles de inflación y también el alto nivel de tasas de interés son factores adicionales que contribuyen al menor dinamismo de la economía este año.
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