Un banco de primera línea de EEUU arriesgó en un informe a cuánto cotizarán el dólar libre y el oficial hacia fin de año

La falta de pesos y la intervención del Banco Central a través de la recompra de los bonos mantuvieron controladas a los valores alternativos de la divisa

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FOTO DE ARCHIVO: Billetes de dólar estadounidense aparecen en esta ilustración. REUTERS/Dado Ruvic/Ilustración/Archivo

Termina febrero y la preocupación es la inflación. La mayoría de las estimaciones la dan por encima de 6%. Los aumentos de la carne, en tanto, se aceleran. Según el economista Salvador Di Stéfano se espera que el novillito cotice hoy en Cañuelas a $600 por kilo, el cajón de pollo entre $400 y $450 y el cerdo en $360 por kilo.

Son indicios de una complicación porque el dólar finaliza el mes sumando atraso cambiario. En la plaza mayorista subió 88 centavos $196,81 con lo que en el mes suma 5,9% y febrero puede terminar con un alza de 6% frente a una inflación que se espera que sea mayor.

Por otra parte, la falta de pesos y la intervención del Banco Central a través de la recompra de los bonos Globales 2030 (GD30D) mantuvieron controlados a los dólares alternativos. De esta manera, el MEP bajó 72 centavos (-0,2%) a $356,07 y el contado con liquidación, $2,07 (-0,6%) a $364,93. El “blue” cayó $2 a $377.

“Los dólares alternativos siguen planchadísimos. Hay venta constante de MEP cuando llega a $356 o $357. Esta oferta se debe a los proveedores de tarjetas de crédito que están con la liquidación de las tarjetas de los turistas a valor dólar MEP y hay que sumarle la suba de las tasas de interés en la última licitación del Tesoro que para muchos son superiores a lo que va a ser la inflación anual”, señaló Nicolás Rivas, de Buenos Aires Valores (BAVSA). Las ingresos por turismo a través del dólar MEP fueron de USD 164 millones en enero.

El trader Esteban Monte coincidió en que “la calma cambiaria se sostiene por las tasas fijadas en la licitación del Tesoro de casi 120% anual y por las intervenciones oficiales. Pero la calma es transitoria. De hecho, Bank of America mencionó en su último informe que el peso argentino puede seguir cayendo frente al dólar y destaca el precario nivel de las reservas, las elecciones presidenciales y la sequía histórica. Ellos ven al dólar oficial a $369 y al libre a $646 a fin de año.

El Banco Central pudo comprar en el mercado USD 33 millones pero no se debió a la liquidación de los productores agropecuarios sino “al ingreso de fondos privados para proyectos de inversión”, destacó en un comunicado. Por supuesto, que eran fondos comprometidos para los proyectos energéticos ya que la Argentina en los últimos 12 meses tiene el monto más bajo de inversiones extranjeras directas de su historia, con USD 600 millones. En 2019 alcanzaba a USD 3.400 millones. Las reservas subieron 41 millones a USD 39.041 millones.

Respecto a la meta de reservas para marzo donde el Gobierno discute un waiver (perdón) por no poder alcanzar los USD 7.700 millones comprometidos, el analista financiero y experto en agronegocios, Salvador Vitelli, señaló que “lo negociado con el FMI es contradictorio, porque no afecta al primer trimestre del año, sino a lo que va de mayo a julio”.

“Por parte del agro, hay rumores fuertes sobre la postergación de embarques de maíz para abril y mayo que es cuando entra el maíz temprano. En otras palabras, se le permite al exportador postergar esos embarques sin entrar en incumplimiento y así poder eludir las penalidades. El efecto es una baja de los precios, como sucedió con el trigo en a principios de noviembre cuando se decidió la postergación de embarques para diciembre y enero, y el precio colapsó porque la exportación se retiró del mercado y solo quedó la molinería. En el caso del maíz quedará a merced del consumo interno, en particular feed lots y etaloneras. Es un golpe grande para los productores que apostaban a la mejora de precios del maíz temprano debido a la poca disponibilidad que iba a haber”, agregó.

Los bonos, por su parte, se beneficiaron con el mejor humor de los mercados norteamericanos que, ante los bajos precios de las acciones y la baja de los rendimientos de los bonos del Tesoro, decidieron asumir riesgos. De esta manera, hubo dólares para países emergentes y los títulos de la deuda argentina tuvieron subas superiores a 2% que hicieron que el riesgo país bajara 30 unidades (-1,5%) a 1.966 puntos básicos.

La Bolsa no respondió con la misma euforia. El monto de negocios fue mezquino y se operaron $2.967 millones. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió 0,86% en pesos y 1,4% en dólares.

Los negocios en ADRs -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- también fueron escasos. Sumaron $3.896 millones y lo más destacado fue el alza de Central Puerto (+5,9%) y de IRSA (+5,7%).

Para hoy se espera que siga la dolarización de la economía, aunque algunos mantienen sus posiciones en pesos porque no ven cercana la recuperación de los dólares.

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