En una rueda mayorista con un monto importante de negocios, unos USD 475,4 millones en el segmento de contado (spot), el Banco Central compró unos USD 20 millones, en el segundo día seguido con saldo a favor.
No obstante, las ventas netas de febrero a manos de la entidad monetaria alcanzaron los USD 878 millones, un récord histórico para el segundo mes del año. El anterior saldo neto negativo más alto por la participación cambiaria del Central en un mes de febrero había sido el de 2015, con ventas netas por 400 millones de dólares.
El Gobierno mantiene conversaciones con funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) para relajar los objetivos de acumulación de reservas de divisas para 2023 en el marco del programa firmado hace un año. Según la última revisión, Argentina tiene como objetivo que las reservas netas aumenten en USD 5.500 millones a fines de marzo y USD 9.800 millones a fines de año.
Las reservas internacionales brutas del BCRA crecieron el lunes en USD 41 millones y finalizaron en 39.044 millones de dólares.
La economía sufre una fuerte presión inflacionaria, alto gasto fiscal, escasas reservas en el Banco Central en medio de una larga sequía que golpea las exportaciones.
“De confirmarse, la baja en la meta de acumulación de reservas con el FMI implica reconocer lo que ya era sabido: la sequía y el adelantamiento de liquidación por el dólar soja hicieron muy difícil llegar al target actual. Al margen de ahorrar un waiver, una meta más baja también implicaría un menor ajuste del cepo para alcanzar el nuevo número”, estimó el economista Roberto Geretto, analista de Fundcorp.
“Estamos en un proceso de estanflación y se está a merced de la buena suerte y de la buena voluntad de la comunidad financiera internacional”, afirmó VatNet Financial Research. “El FMI ha pasado por alto el peligro latente por el juego de equilibrios políticos a escala internacional, en un rol muy distinto del que le cupo en décadas pasadas”, señaló.
“Tanto el Gobierno como el FMI tienen que entender que, si quieren cobrar, le tendrán que dar las posibilidades a los que tienen la factibilidad de producir y desafectarlos impositivamente, generando las condiciones coyunturales y estructurales”, dijo en declaraciones radiales Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina.
“Más allá del cortísimo plazo, el Gobierno se encuentra enfocado en conseguir puentes para llegar a fin de año. Para ello, se encuentra avanzando en un acuerdo con los bancos para patear los vencimientos en pesos de los próximos meses (6,2 billones de pesos hasta julio próximo) y busca relajar la meta de reservas internacionales de marzo con el FMI”, detalló en un reporte la consultora EcoGo.
“La meta fiscal en base al FMI exige un resultado primario con un déficit fiscal del 1,9% del PBI. Lo que deja un margen fiscal remanente muy acotado (1,77% del PBI) para lo que resta del año. La naturaleza electoral del 2023 conspira en contra del cumplimiento de dicha meta, pero paradójicamente, no apartarse de dicho sendero podría representar un elemento positivo en términos de expectativas que podría ayudar a un potencial desempeño electoral del oficialismo y del ministro de economía en particular”, estimó la consultora ACM.
“El escenario base de la soja supone una producción de 34,5 millones de toneladas en el ciclo 2022/23, importaciones por 6 millones de toneladas, molienda de 36 millones, exportaciones de soja grano por 1,5 millones y existencias finales en torno a los 2,0 millones de toneladas”, precisó un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea.
Estimó que “en este escenario base, las exportaciones totales de principales productos agropecuarios y derivados industriales se estaría aproximando a los 37.800 millones de dólares en 2023, con una caída de 8.400 millones respecto al año previo (-18%)”.
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