“En febrero, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) a nivel nacional bajó 6,07% con respecto al mes anterior. Todos los subíndices del ICC mostraron variaciones mensuales negativas, Situación Personal bajó 4,08%, Situación Macroeconómica 7,19% y Decisiones de compra de Bienes Durables e Inmuebles 7,14%, siempre con respecto al mes previo”, informó el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, que dirige Sebastián Auguste.
Una de las novedades que trajo el resultado del relevamiento de Poliarquía Consultores para la UTDT entre el 3 y 13 del mes en 40 localidades de todo el país (Capital Federal, GBA, Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán, La Plata, Mar del Plata, Salta, Santa Fe, San Juan, Resistencia, Corrientes, Jujuy, Paraná, Neuquén, Formosa, San Luis, La Rioja, Comodoro Rivadavia, San Nicolás, San Rafael, Villa Mercedes, Olavarría, Río Gallegos, Goya, El Dorado, Viedma, Concepción, Río Tercero, Pehuajó, Termas de Río Hondo, Rivadavia, Castelli, Crespo, Prof. Mazza, Montecarlo, Catriel, Villa Aberastain y Recreo) fue que el deterioro del humor de las familias fue generalizado en todos los órdenes: a nivel regional, situación personal y percepción macroeconómica, como por niveles de ingreso.
Se trató de un fenómeno que no se observaba desde la crisis en el Ministerio de Economía de la Nación en julio 2022, con la salida de Martín Guzmán, el paso fugaz de Silvina Batakis, y el anuncio del reemplazo por Sergio Massa desde comienzos de agosto.
Se trató de la baja más marcada desde agosto 2022 cuando el ICC cayó 6,6 por ciento
Y después de meses de alternancia de subibaja del indicador de confianza del consumidor desde entonces, en febrero se asiste a la caída más pronunciada desde agosto 2022 cuando se derrumba 6,6 por ciento.
Como es característico del CIF, el informe no precisas las causas y factores que provocaron semejante deterioro de la confianza de los consumidores, luego de dos meses previos con mejora. Sin embargo, pareciera que dos fenómenos distintivos contribuyeron a ese nuevo punto de giro: la aceleración de la inflación en enero, con fuerte arrastre para febrero por la postergación de aumento de tarifas públicas y privadas, el encarecimiento de la carne y de los servicios de turismo y escolares, principalmente; y la consolidación del proceso recesivo que el Indec comenzó a detectar de manera incipiente en septiembre 2022, pero que se fue afirmando en los meses siguientes.
Desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández los índices generales por regiones acumularon disminuciones del 14% a 15 por ciento
El claro deterioro del poder de compra de los ingresos de la población, cuya manifestación más palpable fue el refuerzo que el Gobierno debió anunciar sobre el factor de ajuste de las jubilaciones mínimas de 17,04% a partir de marzo, junto a la creciente precariedad laboral que según el Indec llevó a más de 3 millones de empleados a buscar un segundo puesto para poder cubrir el singular encarecimiento de la canasta familiar, se estima fueron determinantes del receso del consumo y de las decisiones de compra de bienes durables, en todo el país.
Según la medición del CIF, la caída de la confianza del consumidor resultó más intensa en los sectores de altos ingresos que en los bajos, donde la falta de actualización mes a mes del mínimo no imponible de Ganancias, como de las valuaciones de los Bienes Personales, provocó una baja adicional del ingreso disponible para consumo.
En los últimos 12 meses el ICC para el grupo de altos ingresos cayó 8,7%, y para el de bajos 5,6 por ciento
Así, el informe expresa: “Por nivel educativo, al que tomamos como aproximación al nivel de ingresos del individuo, la confianza evidenció balances negativos para los dos grupos en términos interanuales, siendo del 8,74% para el más alto y de 5,63% para el más bajo. En la comparación intermensual, la medición del grupo de hogares de nivel educativo/ingresos más altos bajó 6,82%, mientras que para el otro extremo cayó 1,2%, siempre con respecto a enero”.
Desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández los índices generales por regiones acumularon disminuciones del 14% a 15%, más baja en el interior del país y mayor en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con un promedio general de 14,6% de disminución.
En los desagregados, predomina el derrumbe de la percepción de la situación macroeconómica, com 34,4%, más del doble de la que arrojó el índice de situación personal (16,2%); la excepción fue las decisiones de compra de bienes durables, como automóviles e inmuebles, el índice aumentó 63,5%, al parecer “ayudado” por la amplitud de la brecha cambiaria entre la cotización del dólar oficial y los alternativos, porque hizo más accesible el acceso a esos bienes por quienes tenían divisas atesoradas.
Expectativas para el corto y mediano plazo
El subíndice que mide las expectativas corto y mediano plazo de los consumidores con respecto a la Situación Macroeconómica bajó 7,19% en comparación con el mes anterior, más intensa para el próximo año, con 10,52%, y más atenuada las que proyectan a 3 años, con 5,35 por ciento.
Concluye el informe del Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT que “En febrero a nivel nacional, las percepciones de los consumidores respecto a las Condiciones Presentes mostraron una caída de 5,44%, mientras que el componente que mide las Expectativas Futuras de los encuestados cayó 6,49%, siempre con respecto al mes anterior. En la comparación interanual de estos componentes se observan movimientos negativos en Condiciones Presentes 16,76% y en el de Expectativas Futuras 1,51 por ciento”.
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