El Fondo Monetario Internacional aprobó una iniciativa para permitirle a un grupo de organismos bilaterales de crédito con los que Argentina tiene relación financiera a acumular Derechos Especiales de Giro (DEG), la moneda del FMI, como parte de sus reservas, lo que podría abrir la puerta para que el país pueda tener, eventualmente, préstamos de esas entidades con esa unidad de cuenta en lugar de ser realizados en dólares.
El directorio del organismo que preside Kristalina Georgieva habilitó una ampliación de la lista de entidades de crédito multinacionales que podrán formar parte de esa prerrogativa. En este caso, fueron adheridos la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo del Caribe (BDC), el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), dos de ellos primeros con una cartera de inversiones abierta con la Argentina. Con la CAF y el BID tiene, en la actualidad, proyectos por USD 4.015 millones y USD 12.756 millones, respectivamente.
Según la decisión tomada por el FMI, las entidades podrán desde ahora “adquirir, mantener y usar DEG en operaciones con otros titulares y participantes prescritos en el departamento de DEG”, mencionó el organismo en un comunicado.
Con esas tenencias de derechos especiales de giro (la moneda con la que el FMI presta y cobra sus créditos) las entidades que ahora se suman a la lista de 20 organismos “pueden intercambiar DEG por moneda y usar DEG en ciertas operaciones, incluidos préstamos, liquidación de obligaciones financieras, swaps, promesas, transferencia como seguridad para el desempeño de obligaciones financieras, avance y donaciones”, aseguró el Fondo Monetario.
Para el ex director argentino ante el FMI Héctor Torres, “la CAF y el BID se agregan a la lista de official entities que pueden operar y aceptar pagos en DEG por hasta los montos que se establezcan en los voluntary tradying agreements (VTAs) que quieran tener con el FMI”, explicó en diálogo con Infobae.
“En todo caso dentro del marco de esos VTAs (o de acuerdos bilaterales que podamos tener con la CAF y el BID -raro-) ambos podrían aceptar que les cancelemos deudas en DEG. También podrían prestarnos en DEG. Pero claro, los DEG que usemos para pagarles a la CAF y al BID, son los mismos que usamos para cancelar deudas con el FMI”, aseguró Torres. En ese sentido, el ex directivo del Fondo Monetario concluyó: “Muy indirectamente nos podría beneficiar, en tanto y en cuanto, los países con excedentes de reservas pueden prestarle DEG a la CAF y al BID”, consideró.
Los cinco organismos adheridos a ese sistema esta semana engrosan una lista que ya componían otras entidades con relación financiera con la Argentina, como el Banco de Pagos Internacionales (BIS) o el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), perteneciente a Naciones Unidas.
En paralelo, el Ministerio de Economía retomará en las próximas horas la negociación presencial con el staff del FMI. Tras un primer contacto presencial con segundas líneas de funcionarios del Fondo Monetario a principios de febrero, el equipo económico buscará terminar el ida y vuelta técnico una forma definitiva, un acuerdo sobre el resultado de la revisión de objetivos trimestrales de diciembre pasado, y el camino allanado para que semanas más tarde llegue un primer desembolso de USD 5.400 millones con el visto bueno del directorio.
Como suele suceder cada trimestre, señalarán si se cumplieron o no y en qué medida las metas trimestrales, si hubo alguna necesidad de waiver (dispensa) por algún elemento que escape los manuales del organismo -uno de ellos será el dólar soja, que por tratarse de una práctica de tipo de cambio diferencial, no es aceptado por el estatuto del Fondo- y alguna consideración hacia adelante respecto a cómo sigue la implementación general del programa.
Es en ese punto donde aparece un elemento vertebral de la discusión de los últimos meses con los técnicos del Fondo Monetario: el de poder mensurar de la forma más precisa posible qué consecuencias concretas tendrá en las cuentas públicas -principalmente en la acumulación de reservas en el Banco Central- la severa sequía que afecta la producción agropecuaria en un amplio territorio de todo el país.
El equipo económico da por seguro que los tres objetivos centrales, que son la acumulación de reservas, el límite al déficit y a la emisión monetaria, serán dados por aprobados por el staff y el directorio. Como consecuencia, el primer desembolso del año, previsto para mediados o finales de marzo, sería de USD 5.400 millones. Serán utilizados, en su totalidad, para pagar vencimientos al propio Fondo en los próximos meses.
Respecto a este año, el Gobierno deberá recortar el déficit fiscal primario desde 2,4% del PBI con el que habría terminado 2022 hasta 1,9% del PBI, con un techo de emisión monetaria para asistir al Tesoro de 0,6% del PBI. Este miércoles se dio a conocer el primer dato fiscal del 2023.
Después de seis meses de caída en términos reales del gasto público desde la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, en enero el sector público tuvo un déficit primario superior a los $200.000 millones, casi la mitad del límite al rojo fiscal permitido para este primer trimestre del año de acuerdo al programa con el FMI, que es de $441.000 millones.
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