Hace ya 45 años que Elvis Presley, ícono de la cultura popular del siglo XX y bautizado el “Rey del Rock and Roll”, falleció a raíz de un ataque al corazón. Fue el 16 de agosto de 1977.
Una de las características de este verdadero ícono de la música era su extravagante forma vivir, sus exageradas vestimentas y en definitiva un estilo de vida sin freno, recargado y una estética kitsch.
Una clara muestra de ese particular estilo es el avión Lockheed L-1329 Jetstar del año 1962 que le perteneció, un jet privado de lujo que se vendió días atrás por unos USD 260.000 en una subasta.
El aparato, que había estado guardado en el Centro Aéreo Internacional de Roswell de Nuevo México, en los Estados Unidos, por más de 40 años, finalmente se vendió en un remate el pasado 8 de enero, fecha muy significativa en la vida del cantante ya que se trata de su cumpleaños. El Rey de Rock hubiera soplado 88 velitas.
Tal como detalló la casa de subastas Macum Auctions, Presley había adquirido la aeronave en diciembre de 1976 por una suma de 840.000 dólares.
Pero debido al largo abandono, el aparato se encontraba en un estado inutilizable al momento de la subasta, con la pintura exterior muy deteriorada y un panel de control con piezas faltantes; no obstante sigue siendo una joya, al ingresar a la cabina de pasajeros es imposible no sentir que las décadas doradas del “Rey del Rock” volvieron y que todo fue un mal sueño.
El Lockheed L-1329 Jetstar estaba preparado para transportar un máximo de 9 pasajeros además de 3 tripulantes (dos pilotos y un asistente de cabina). El interior del avión es espectacular, las butacas están forradas en terciopelo rojo brillante, son giratorios y reclinables; cuenta con un sillón del mismo color revestido con paneles en madera y acabados dorados.
Contaba también con una cocina perfectamente equipada para la preparación de toda clase de bebidas, donde seguramente abundaban las botellas de Pepsi-Cola, la favorita de Elvis, apoyadas sobre la mesada de mármol que hacían del avión una joya del estilo kitsch del artista.
Además contaba con una serie de electrodomésticos que para la época eran difíciles de encontrar todos juntos en una casa. En su avión había un microondas, un dispenser de bebidas, un radiocasete y un televisor.
El aparato contaba además con un baño completo que Elvis usaba para bañarse entre conciertos, mientras viajaba por todos los Estados Unidos.
“A Elvis le encantaba coleccionar automóviles y aviones y este era uno de su colección”, dijo Priscilla Presley, quien fue la única esposa del difunto cantante entre 1967 y 1973, y aseguró que era un hobbie que más satisfacción le producían al rockstar.
Otro de los aviones de la colección personal de Elvis se encuentra habilitado para que los fanáticos lo puedan visitar. Se trata del Convair 880 bautizado como “Lisa Marie”, la hija fallecida recientemente del cantante, y una segunda aeronave más discreta llamada “Hound Dog II”, un Lokheed Jet Star.
El “Lisa Marie”, quizás la nave más impactante de Elvis, contaba con una sala de estar interior, un dormitorio privado, una cocina, un bar, una sala de conferencias y dos baños, y se puede visitar junto al “Hound Dog II” en la casa de Graceland, donde vivió muchos años y que hoy funciona como museo.
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