El feriado del martes sirvió para que los inversores locales sean espectadores y no parte de una pesadilla.
A las declaraciones del primer ministro ruso Vladimir Putin, amenazando a Estados Unidos y los países de la OTAN con una “respuesta técnico-militar adecuada”, se sumó el derrumbe de las Bolsas de Nueva York con bajas de hasta 2,5% en el Nasdaq de las tecnológicas y de 2% en el S&P 500, el índice más amplio de Wall Street.
La crisis se expandió por el mundo y golpeó más fuerte a los países emergentes.
“El índice de bonos emergentes (EMB) aumentó 1,51%”, señaló el trader Esteban Monte quien también alertó sobre la fortaleza del dólar que creció 0,32% frente a las seis principales monedas del mundo y 0,41% frente al yuan lo que impactará directamente sobre las reservas que están compuesta en 50% por divisas chinas.
Cada vez que baja las bolsa caen los ahorros de los norteamericanos porque la cultura inversora de ese país está en los fondos que invierten principalmente en Wall Street y en hipotecas.
La caída del ahorro incide en el consumo, donde ahora los norteamericanos buscan productos de menor calidad y precio y afectan el margen de ganancias de las grandes cadenas. Los balances y las advertencias de los empresarios van en esa dirección y pronostican un futuro para nada promisorio en las tasas de interés. Lo que puede agravar la incipiente recesión.
En ese contexto no extrañó que el riesgo país de la Argentina subiera. El derrumbe de bonos en dólares con legislación de Nueva York –tuvieron bajas de hasta 3%– elevaron el riesgo país en 60 unidades a 2.183 puntos básicos. De manera acelerada, los bonos están perdiendo lo que llevan ganado en el año. En un mes, de soñar con pasar a 1.700 puntos básicos, ahora se cruzan los dedos para no perforar el techo de los 2.200 puntos.
Lo que sucedió con los certificados de acciones que cotizan en las bolsas de Nueva York (ADRs) es una alerta para las acciones de hoy. El rojo fue absoluto con caídas de más de 3%, como fue el caso de Globant.
El derrumbe de bonos en dólares con legislación de Nueva York –tuvieron bajas de hasta 3%– elevaron el riesgo país en 60 unidades a 2.183 puntos básicos
El otro dato preocupante es que las tasas de los bonos del Tesoro norteamericano a 10 años trepó a 3,96% y son un fuerte imán para los inversores más conservadores del mundo. El “fly to quality” (vuelo a la calidad) comenzó a funcionar. Los inversores del planeta priorizan la seguridad sobre la renta y van tras estos bonos después de vender acciones. El otro activo refugio, en menor proporción, es el oro.
Tras este tropiezo, el Gobierno se verá obligado a replantearse la suba de tasas y el ritmo devaluatorio. Ni hablar de intentar frenar la suba de los dólares alternativos sin la fuerza de su principal arma, el bono global 2020 (GD30), que tras la caída de ayer está devaluado y pone en duda la operación de Repo que proveería de USD 1.000 millones de libre disponibilidad a la Argentina.
El mundo acentuó el viento en contra en un fin de semana.
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