El feriado de ayer en Estados por la conmemoración del Día de los Presidentes, será un alivio para la Argentina y los países emergentes.
Los títulos de la deuda externa cayeron hasta 4,5% cuando el promedio de baja del índice de países emergentes, el EEM; fue de 1,1%. Lejos, la Argentina fue el emergente más afectado por los dos datos de la economía norteamericana, el aumento de ventas minoristas y suba de precios mayoristas.
El riesgo país se disparó 67 unidades (+3,3%) a 2.123 puntos básicos. Hace 15 días la Argentina sonreía: había perforado el piso de los 1.800 puntos. Lo cierto es que el 18 de enero al comenzar la baja se anunció la recompra de los bonos Globales 2030 para subir su paridad y controlar los tipos de cambio. En ese momento el bono cotizaba a una paridad de 33,82%; el viernes perdió 3,5% y cerró 31,47%. En lo que va del mes cayó más de 15%, pero desde principios de año está 10,6% arriba.
La operación (Repo) para conseguir USD 1.000 millones cada vez tiene menos posibilidades de hacerse, por la cantidad de títulos que habría que poner de garantía
La volatilidad de este bono representa la de todos los títulos de la deuda externa que no tienen miras de llegar a la mejor época. En su momento el ministro de Economía, Sergio Massa, era tan optimista que creyó que iba a llegar a 40% y propuso a bancos extranjeros hacer una operación con garantía de esos bonos (Repo) para hacerse de USD 1.000 millones y sortear así el primer trimestre del año donde iban a faltar divisas por ausencia de exportadores.
Esa operación, cada vez genera más dudas por la cantidad de títulos que habría que poner de garantía. En valores nominales superarían los USD 4 mil millones. Inimaginable para los bancos tener semejante garantía para cubrir USD 1.000 millones. El volumen genera desconfianza y hace que la elevada tasa de casi 15% (10% más Libor) se opaque por el riesgo que implica tener en cartera títulos que están en caída.
Pero la baja también complica a los bancos locales porque los inversores que estaban invertidos en fondos de renta fija en dólares, están retirando sus colocaciones porque no quieren asumir más perdidas.
Contagio
El contagio de lo que sucedió se traslada a los bonos del Tesoro. Si bien el Gobierno acordó con los bancos que se los renueven hasta 2025, el soberano es el inversor individual que le puso dinero a las entidades en los fondos que tienen esos bonos en moneda local que pagan tasas de hasta 118% efectivo anual o que adhieren a la inflación con títulos que pagan hasta 5% sobre el costo de vida.
A partir del endurecimiento de la política de la Reserva Federal en EEUU, que en la próxima reunión de marzo puede subir las tasas medio punto en lugar de un cuarto de punto y promete tres subas consecutivas más, los dólares buscarán destinos más seguros que los países emergentes.
Por eso la pelea de Lula en Brasil. La tasa de referencia del Banco Central de Brasil está en 13,75% contra una inflación que no llega a 6%. Lula insiste en que la bajen, pero la entidad es autónoma y se resiste porque ve el peor futuro para la región. Esa tasa hace que Brasil soporte mejor que las demás economías el efecto dominó que llega desde EEUU y que se agravará cuando el Banco Central Europeo aumente en 50 puntos básicos la tasa del euro.
En los mercados del dólar futuro, donde el Banco Central es el principal jugador, porque tiene un cupo de USD 5.000 millones aprobados por el FMI para jugar en esta plaza, la divisa a fin de enero próximo se negoció a $422 lo que equivale a una tasa de devaluación efectiva de 124% anual.
La presión para que suban los dólares alternativos se hace cada vez más intensa, estimulada por un Banco Central que dejó sin cambios la tasa de referencia y que, inevitablemente, deberá subirla para poder controlar los tipos de cambio.
Inflación y después
La inflación también hace su juego y amenaza ser más elevada en febrero. La respuesta del Gobierno fue con algunas medidas que probaron no funcionar en el pasado, como un descuento promedio de 35% sobre los 7 cortes populares que se paguen con tarjeta de débito. El problema es que este esquema es sólo para supermercados que representan menos de 30% del consumo total. Además, apenas se anunció el sistema, se aceleraron los aumentos para que los productores puedan sentarse con ventajas en la mesa de negociaciones del Gobierno.
Esta semana, con solo tres ruedas de operaciones, será intensa. La consigna de los inversores es cubrirse y alejarse del riesgo
Lo cierto es que el viernes en la plaza mayorista se aceleró el ritmo de devaluación por tercera rueda consecutiva. El dólar subió 38 centavos a $193,21. El Central tuvo que vender USD 49 millones y las reservas se desplomaron 184 millones a USD 39.328 millones. Los dólares alternativos tuvieron leves retrocesos por las intervenciones del Central, pero saben que tienen un fin de semana largo por delante para ver que sucede en EEUU, donde el martes, antes de que abran los mercados, se darán a conocer las minutas de la Reserva Federal que explican lo que sucedió en la última reunión y sirven de orientación hacia el futuro.
Los inversores norteamericanos se pusieron en pausa. La tasa de los bonos norteamericanos está en 3,82% y los principales indicadores de las Bolsas de Nueva York cerraron en baja.
En Buenos Aires, el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, se derrumbó 3,25% con negocios por casi $5 mil millones, señal de que hay manos que se fueron hasta que pase el temporal. Esta semana, con solo tres ruedas de operaciones, será intensa. La consigna de los inversores es cubrirse y alejarse del riesgo. Esto puede favorecer al dólar y perjudicar a bonos y acciones.
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