El Gobierno consiguió renovar con éxito los últimos vencimientos de bonos del Tesoro en pesos, un pilar del financiamiento del déficit en este 2023. Pero más allá del aval que dieron los montos, los analistas no dejan de advertir sobre el plazo cada vez más corto de las colocaciones, que no consiguen franquear la barrera de las elecciones.
En el plano financiero, el Tesoro aprobó el primer test del mes y consiguió financiamiento por poco más de $416.000 millones y, a falta de una licitación más este mes, ya sorteó la mayor parte de los vencimientos de febrero por 500.000 millones de pesos.
Un análisis de Invecq Consultora Económica explicó que “se redujeron los plazos de colocación. El Tesoro colocó deuda a 3,2 meses (versis 4,1 en enero). Esto se debió exclusivamente a los plazos de colocación de instrumentos no indexados (Ledes y Lelites), que se redujeron a 2,2 meses (versus 3,6 y 3,5 en diciembre y enero respectivamente). Con respecto a la deuda CER, el Tesoro colocó a cuatro meses, al igual que en el promedio de enero”.
“Si bien el Tesoro sorteó la primera prueba del mes, las condiciones financieras empeoraron ligeramente. A pesar del recrudecimiento inflacionario y de la mayor tasa convalidada en LEDES por el Tesoro –techo del ‘corredor de tasas’, estrategia bajo la cual el BCRA toma la decisión de modificar o no la Leliq, tasas de plazo fijo mínimas, pases, etcétera–, el BCRA no modificó las tasas”, apuntaron desde Invecq.
Y subrayaron que “todavía resta una segunda licitación en febrero para poder hacer el balance completo del primer bimestre y analizar con qué nivel de ‘colchón’ llegará el Tesoro de cara a los mayores desafíos –entre abril y septiembre vencen más de $12 billones–. De momento, el Tesoro parecería estar juntando el financiamiento necesario sin correr grandes riesgos en cuanto al tipo de instrumentos ofertados y los plazos de colocación. El cómo ‘rolear’ (refinanciar) deuda post 2023 continúa siendo una incógnita”.
El Tesoro consiguió renovar vencimientos sin subir las tasas, pero a plazo más corto
Exclusivamente en lo referido a las tasas de la nueva deuda, aumentaron los rendimientos tanto en las Ledes como las Lecer, aunque cayó mínimamente la tasa promedio en instrumentos nominales. El Tesoro convalidó mayores rendimientos en Ledes (118% de tasa efeciva anual frente a 112% y 114% los dos meses previos) y en Lecer (5,2% de tasa nominal anual versus 3% a 4,9% en los últimos tres meses). No obstante, al considerar también las Lelites, el Tesoro colocó deuda nominal a una tasa promedio ponderada del 110% de tasa efectiva, uno a dos puntos por debajo de las de los últimos cuatro meses.
Por otra parte, creció la proporción de deuda CER (deuda indexada a la inflación). En conjunto con la reducción de los plazos, este es el principal aspecto para tener en cuenta. Excluyendo el TB27P, 58% del financiamiento correspondió a la LECER de junio, único instrumento indexado a la inflación ofrecido. “Aunque todavía resta una licitación en febrero, este es un cambio importante respecto de meses anteriores -ya que prácticamente no hubo demanda por títulos CER entre noviembre y enero- y posiblemente obedezca a la aceleración inflacionaria reciente… y futura”, advirtió el estudio de Invecq.
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