Quizás la noticia haya parecido más grave de lo que realmente es, porque se trata de uno más de tantos recall (llamado a revisión) que la industria suele tener que realizar, tanto por defectos detectados por los propios fabricantes o por los organismos de control. Pero de todos modos, que la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) haya decidido que 362.758 modelos de Tesla deben ser retirados de la circulación en Estados Unidos debido a un problema de seguridad de su software de conducción autónoma, es una gran batalla que ha perdido Elon Musk.
El motivo de la magnitud de esta derrota es que una de las grandes apuestas de Tesla para resultar más atractiva para los consumidores, ha sido su propuesta de contar con un software que permite a los conductores soltar el volante y que el vehículo sea el encargado de regular la distancia con los autos que lo preceden e incluso mantener el carril y doblar en una curva, siguiendo un destino preseleccionado.
El sistema inicial se llamó Tesla Autopilot, y recibió numerosas críticas de usuarios y actores de la industria porque se prestaba a confusión, ya que su denominación representa la de un piloto automático cuando en realidad se trata de una asistencia a la conducción de “Nivel 2″. Duplicando la apuesta, Musk desarrolló entonces la evolución de su software a la que llamó Tesla FSD Beta (Full Self-Driving), que tiene muchas más funciones y se vende como un adicional a un costo de 15.000 dólares. Este es el sistema cuestionado por el regulador de carreteras americano, que de todos modos continúa investigando el funcionamiento del sistema original, con el que se han producido más de 270 accidentes en los que hubo alguna interacción del Autopilot.
El llamado a corregir el error actual se aplica a autos Model S y Model X de entre 2016 y 2023, a algunos vehículos Model 3 fabricados entre 2017 y 2023, y a Model Y producidos entre 2020 y 2023. Según el informe de la NHTSA, el FSD “condujo a un riesgo irrazonable para la seguridad de los vehículos motorizados debido al cumplimiento insuficiente de las leyes de seguridad del tráfico”, advirtiendo además que el sistema podría violar las leyes de tránsito en algunas intersecciones “antes de que algunos conductores puedan intervenir”.
“El sistema FSD Beta puede permitir que el vehículo actúe de manera insegura alrededor de las intersecciones, como circular derecho a través de una intersección utilizando un carril destinado solo a girar, ingresar a una intersección controlada por señales de alto sin detenerse por completo, o proceder a una intersección durante una señal de tráfico amarilla constante sin la debida precaución”, dice el informe publicado en el sitio web de la NHTSA.
El organismo de control dice también en el comunicado que “los fabricantes deben iniciar un retiro del mercado para cualquier reparación, incluida una actualización de software, que resuelva un riesgo irrazonable para la seguridad”, además de aseverar que continuará monitoreando la efectividad de la eficacia de la reparación del defecto.
Efectivamente, esa es la situación. Los usuarios que tienen modelos Tesla equipados con FSD Beta deberán detener sus vehículos para que se les cargue una actualización inalámbrica corrigiendo los cuestionamientos de NHTSA. El problema que se plantea, adicionalmente, es que esa corrección no ha sido desarrollada aún, caso contrario estaría instalada en los automóviles sin que ningún organismo lo exija.
Musk expresó su malestar con que se confunda retirar autos de las calles con instalar una actualización de software, minimizando la situación. Sin embargo, la actualización necesaria para que los autos puedan volver a circular con el sistema FSD debe estar disponible antes del 15 de abril de 2023. Hasta tanto, Tesla deberá decir si los autos podrán circular sin tener disponible el FSD Beta o solo deberán quedar detenidos hasta el momento de recibir el nuevo software.
Pero según Missy Cummings, experta en conducción autónoma que recientemente abandonó un puesto en esa especialidad dentro de la NHTSA, “incluso si trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana durante los próximos 60 días, no estoy segura de que haya suficientes horas para abordar adecuadamente todos los problemas que ha planteado la NHTSA”.
El perjuicio para Tesla es mayor aún de lo que se puede apreciar, y esa es la batalla que mayor costo tendrá para ellos, porque mientras Mercedes-Benz ya ha recibido la aprobación de su sistema de asistencia a la conducción de Nivel 3 en Nevada y está pronta a recibirla también en California, Tesla se ha quedado en lo que se llama Nivel 2+, precisamente debido a la gran controversia que han generado el Autopilot y el FSD Beta.
Adicionalmente, este llamado a recall representará probablemente la necesidad de una recompensa económica para los usuarios que han pagado 15.000 dólares por un sistema que tiene fallas y que no pueden utilizar desde esta semana hasta cuando se haya resuelto el problema.
Este problema solo afecta a los Tesla de Estados Unidos, ya que en Europa no está homologada la asistencia a la conducción de Nivel 2+ que tiene el Tesla FSD. La explicación la ha dado el propio Elon Musk durante un discurso el año pasado en Berlín, cuando dijo que “en los EE. UU., las cosas son legales por defecto, y en Europa son ilegales por defecto”.
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