Para empujar la disminución de la inflación, en los planes de Sergio Massa figuraba disminuir el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial a un rango de 4-4,5% por mes. Pero no pudo ser. El repunte de diciembre y sobre todo el 6% de enero cambió bruscamente los planes.
En los últimos días, el Banco Central viene aumentando la suba del dólar, que ya está por encima del 5,6% mensual. El proceso de desinflación que tenía en mente el ministro de Economía se hace esperar y ahora el objetivo es que no se atrase más el tipo de cambio real. El peligro de que suceda esto es que aumente aun mas la brecha cambiaria. El dólar mayorista cerró a $192, mientras que el dólar MEP lo hizo a 356 pesos.
Un informe de Invertir en Bolsa advirtió que “un dólar oficial devaluándose a un ritmo mayor implica más presión en los dólares financieros. Si el gobierno continúa con su estrategia de manejar la brecha cambiaria, manteniéndola en niveles inferiores al 95%, podría desembocar en una suba de tasas”.
Sin embargo, por ahora el Central resiste y decidió mantener la tasa de política monetaria sin cambios en 75% nominal anual. La entidad reiteró el argumento del ministerio de Economía, desde donde sostuvieron que el pico de enero se explicó sobre todo por “factores estacionales”, como la suba de frutas y verduras por la sequía. No será fácil sostener esta postura si en febrero se repite un nivel parecido al de enero.
Este mayor aumento diario del tipo de cambio oficial empieza a influir en las expectativas de devaluación futura, especialmente las posteriores a las elecciones presidenciales. El precio de dólar futuro que se negocia en el Rofex subió 2,7% para el contrato a fin de octubre, 3,6% para noviembre y nada menos que 5,3% en diciembre. El precio negociado para fin de año del tipo de cambio oficial ya está en 395 pesos.
La aceleración en el ritmo del tipo de cambio oficial tuvo un impacto en los contratos de dólar futuro. Aumentaron sobre todo los que vencen luego de las elecciones presidenciales y para fines de diciembre el ajuste fue de 5,3%, llegando a $ 395
Mientras tanto el Central sigue vendiendo reservas para evitar un aumento todavía mayor del tipo de cambio. Pero ése no parece el motivo principal del ajuste del dólar oficial. En definitiva, si se acentúa la falta de divisas, en un escenario de escasas liquidaciones, el Gobierno endurecerá todavía más el cepo cambiario.
En lo que va del mes, el BCRA sumó ventas de divisas por USD 822 millones y la cifra llega a USD 1.299 millones en lo que va de 2023. Ante esta caída de reservas líquidas, la expectativa es el cierre de un préstamo de bancos internacionales, bajo el esquema de Repo, es decir contra garantía de bonos.
Quedarían solamente ingresos que aporten organismos multilaterales, ahorrar en energía y lanzar una tercera versión del “dólar soja”. La incógnita es si alcanza para cumplir con la meta acordada con el FMI para el primer trimestre, ya que todavía el Gobierno debe acumular más de USD 2.000 millones.
Más allá del dólar oficial, la incógnita es qué puede pasar con los distintos dólares financieros, aunque por ahora no hay demasiadas sobresaltos. En realidad, con el elevado nivel de brecha existe cierto consenso en que no habría mayores peligros de un desborde de las cotizaciones. Se trata de un factor sensible, ya que una disparada adicional de los distintos tipos de cambio tendría un importante efecto sobre la inflación.
Al mismo tiempo, se mantiene la brecha entre el dólar libre, que ayer cerró a $377 y el dólar Bolsa, que se mantiene a $356, en parte por la influencia de las intervenciones que el propio Banco Central y organismos públicos, como Anses, efectúan en el mercado de bonos.
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