La economía que viene: 2023 empezó con el dólar en alza e inflación que no desacelera

Estas dos variables van a ponerle más tensión a los desequilibrios financieros que dejó 2022 en lo que será un año decisivo por las elecciones nacionales de octubre

Dos de cada tres billetes en circulación son de 100 pesos

El año electoral ya está en marcha y, si bien todavía no están definidas las candidaturas, está claro que la tensión política se va a trasladar a la economía y las finanzas. En ese marco, la elevada inflación, en camino a alcanzar el 100% anual, según las últimas expectativas de mercado que relevó el Banco Central, y la reacción alcista de la cotización del dólar, van a agregar dificultades al panorama de los próximos meses.

Transcurridas las primeras semanas del año estas dos variables ya sentaron precedente para lo que viene y los analistas dieron su explicación sobre el efecto que tendrán para los actores económicos, desde los grandes inversores a consumidores y ahorristas.

1- El ritmo de los precios al consumidor. Aunque desde el equipo económico se apuntó a alcanzar un nivel mensual de inflación del 3% en el curso del primer cuatrimestre, las consultoras tienen proyecciones más pesimistas. El IPCBA (Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos) ascendió a 7,3% en enero para llegar a una variación interanual del 99,4%. Exhibió una sensible aceleración desde el 5,8% en diciembre. Si el IPC nacional que informa el Indec registra una tendencia similar, quedará muy lejos el objetivo “que empiece con 3″ para abril, como enunció el ministro de Economía, Sergio Massa.

“Un primer escollo es la inflación. Los funcionarios de economía esperan que pueda bajar paulatinamente -aventuraron a un 60 % anual-, pero en los hechos se siguen autorizando aumentos en servicios, prepagas, alimentos, etcétera, con lo cual la presión en los salarios no se hará esperar y por ende la espiral ascendente de la inflación no tenderá a la baja. En este contexto, el crecimiento real de la actividad económica puede que no sea el deseado por la falta de confianza en el país”, explicó Javier Fuentes, gerente de Tax de PGK Consultores.

2- Alta nominalidad de la economía. La inflación y el dólar seguirán sostenidos e incluso retroalimentándose en los próximos meses. “Es difícil que este año la inflación baje respecto de la de 2022, básicamente por dos factores: la sequía y la dinámica de la deuda en pesos, que creemos que pondrán presión sobre los dólares paralelos durante todo 2023″, destaca un informe de la Consultora 1816.

Fuente: Grupo IEB.

Desde la crisis de la deuda en pesos, que obligó a un rescate de títulos en el mercado secundario a manos del BCRA, “el mercado no quiere duration: en los últimos cuatro meses el Tesoro tuvo un plazo promedio de colocación de tan solo 4 meses. No hay demanda -genuina- post-electoral”, consideró Invecq Consultora Económica.

Con los condicionantes de menores plazos de liquidación, mayores tasas y predominancia de instrumentos indexados, la deuda en pesos del Tesoro impone el desafío de “un amontonamiento de vencimientos en la previa electoral: 70% de los más de 8,8 miles de millones de pesos ($8,8 billones, más de 10% del PBI del 2022) que vencen entre abril y mayo están indexados, ya sea al dólar oficial (bonos dólar linked), a la inflación (deuda CER) o a lo que más suba de los dos (duales)”, advirtió Invecq.

El frente externo se sigue deteriorando por el derrumbe de la liquidación del agro

“Por el lado de los pesos -aun cuando se asumiera el cumplimiento del compromiso con el FMI de déficit fiscal y de su financiación- lejos está de haberse roto la dominancia fiscal. El stock de deuda en pesos -fiscal y ‘cuasifiscal’- y la subordinación de la política monetaria a la política cambiaria -es decir, ‘dólar soja’- hacen prever una dinámica monetaria que aumenta las expectativas de mayor nominalidad. El canje llevado a cabo en enero -que si bien tuvo cierto éxito- logró posponer unos dos billones de pesos en la gran mayoría con vencimientos que no van más allá de los meses previos a las elecciones. Esto quiere decir que el problema no fue resuelto, sino postergado”, puntualizó José María Segura, economista Jefe de PwC Argentina.

3- Reservas que no crecen. El BCRA se posicionó como vencedor neto de divisas en el inicio de 2023. Los activos brutos del Banco Central perdieron cerca de USD 3.600 millones o un 8% en lo que va del año. Invecq precisó que “luego del dólar soja 2, la liquidación del agro cayó en picada: el complejo agroindustrial liquidó en enero USD 928 millones”, el resultado más bajo desde que se llevan registros desde 2003. “Incluso, el registro del mes pasado es históricamente bajo: fue prácticamente la mitad (46%) de lo que -en promedio- aportó el agro mensualmente los primeros trimestres de los últimos 10 años”, resaltó la consultora que dirige Esteban Domecq.

“Estos factores, sumados a los pagos al FMI por casi USD 3.000 millones desde que comenzó el año y la recompra de deuda soberana, redujeron el stock de reservas netas a poco más de USD 4.300 millones (métrica FMI)”, calcularon desde Invecq.

4- Condicionamiento del FMI. El sesgo negativo de las reservas debería revertirse en lo inmediato para cumplir con las metas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

“Ratificamos nuestro escenario base de que habrá más cepo y una tercera edición del dólar soja pronto. Respecto a ese último punto, no descartamos que sea en marzo para cumplir con la meta de reservas del primer trimestre, que quedó bastante comprometida por lo sucedido durante enero. Según nuestros números, el BCRA deberá sumar unos USD 1.500 millones en los próximos dos meses para cumplir con el Fondo, lo cual luce más que desafiante”, evaluaron desde la Consultora 1816.

El análisis de Invecq enfatizó que “las operaciones con el FMI del 2023 no implican un ingreso neto de divisas como en 2022 (USD 5.100 millones), sino, por el contrario, un egreso neto de casi USD 2.600 millones. Particularmente, contemplando el desembolso de diciembre 2022, los pagos al FMI del 2023 solo están calzados hasta junio”.

5- Estancamiento económico y más cepo. La debilidad de las reservas del BCRA también está influyendo en los niveles de actividad, por la restricción de divisas para la producción. El estancamiento de la economía se hizo visible en los últimos meses y es difícil suponer una reacción importante del PBI hasta las elecciones.

Según el EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) del Indec, en noviembre se registró el tercer mes consecutivo en baja para el indicador desestacionalizado. Esto tuvo que ver con una retracción de la demanda de divisas privada por los controles en el mercado de cambios. Según la base caja, las importaciones cayeron un 18% respecto de los niveles previos del 2022 desde que se impuso el SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina).

“En el plano local, con un contexto global que empuja menos, la situación económica se va complicando. A medida que se hace más evidente que la actividad económica se estanca, la inflación se acelera y el BCRA pierde reservas internacionales. Un mal combo para sostener la buena performance que estuvieron marcando los activos financieros locales en los últimos dos meses”, resumió el economista Martín Polo, Estratega en jefe de Cohen.

El analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano expresó que “el Banco Central les pidió a los exportadores un total de USD 2.087 millones de adelanto de exportaciones, y postergo pagos de importaciones por aproximadamente USD 12.807 millones, si estos pagos estuvieran al día, las reservas del Banco Central serían negativas, mucho peor de lo que heredó Mauricio Macri en 2015″.

“Esto implica que las reservas del Banco Central están financiadas por las postergaciones de pagos del comercio exterior y el adelanto de exportaciones, esto implica que el país no tiene crédito y no llegan inversiones extranjeras directas para engrosar las arcas del Banco Central”, describió Di Stefano.

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