Un estudio sobre la incidencia de la situación económica en los resultados de las elecciones nacionales local en lo que va del siglo XXI analizó dos escenarios para este año y en ambos casos concluyó que lo hará en peores condiciones que en los que el oficialismo de turno logró prevalecer.
Se trata del “Indicador Global” de la situación económica construido por el Ieral de la Fundación Mediterránea en base a 5 “variables relevantes”: nivel de actividad, tasa de inflación, dinámica del empleo privado formal, poder adquisitivo del salario y crédito total al sector privado. “Todas estas variables juegan a favor del estado general de la economía en el indicador, con la excepción de la evolución de los precios (inflación) que la afecta negativamente”, explica Gustavo Reyes, autor del informe.
La serie del indicador abarca todas las elecciones, legislativas y presidenciales, a partir de 2001 y muestra el puntaje y la suerte del oficialismo de turno. Y para calcular el indicador al momento de las elecciones de este año, asume dos escenarios económicos: uno construido en base a las proyecciones del “Relevamiento de Expectativas de Mercado” (REM) que compila el Banco Central entre consultoras económicas profesionales y otro en base a las proyecciones del presupuesto oficial y el acuerdo del gobierno con el Fondo Monetario Internacional.
En ambos casos, pero peor en el segundo, la conclusión es que el Gobierno llegaría al tercer trimestre del año en peor situación económica que en cualquiera de los casos en que el oficialismo de turno logró ganar las elecciones presidenciales o legislativas.
“Tanto bajo el escenario esperado por el “mercado” como en el previsto por el gobierno en su acuerdo con el FMI, el indicador del Ieral que capta el factor económico previo a cada proceso electoral muestra que la economía llegaría a las próximas elecciones mejor que en los años 2001 y 2009 pero en peor estado que en todos los períodos donde el oficialismo donde resultó ganador en los últimos 22 años”, dice un pasaje del informe.
Antecedentes
“En todos los años donde el oficialismo resultó victorioso, el indicador global de la situación económica presenta valores más elevados respecto de los años donde resultó perdedor en las elecciones”, dice el trabajo de Reyes.
El primer escenario (el de “mercado” en base a los resultados del último REM) muestra cuatro variables estancadas (inflación, que se mantendría cerca del 100% anual, como en 2022, actividad económica, salario real y empleo) y una en fuerte declive, el crédito al sector privado, debido a la política de esterilización monetaria que aplica el BCRA excluyendo cada vez más a los tomadores de crédito privados. Esto es, un cuadro de estanflación con recesión crediticia.
En este escenario, resume el autor, el Gobierno llegaría a las elecciones:
- Mejor que en las elecciones 2001 y 2009. Se trata en ambos casos de comicios legislativos en los que perdió el oficialismo; en 2001 el gobierno de Fernando de la Rúa y en 2009 el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (CFK). En el primer caso hubo un altísimo voto en blanco, el gobierno no pudo reponerse y cayó meses después. En el segundo, el panorama se revirtió en el bienio siguiente y CFK se impuso en la primera vuelta de las presidenciales de 2011.
Primer escenario de estanflación con recesión crediticia
- De forma muy similar a las 2013 y 2019, donde también el oficialismo perdió: en 2013, elecciones legislativas, cuando el entonces llamado “Frente Renovador”, encabezado por el actual ministro de Economía, Sergio Massa, se abrió del oficialismo y lo superó en la provincia de Buenos Aires, y en 2019, cuando se impuso la fórmula presidencial Fernández-Fernández de Kirchner, que gobierna actualmente.
- Peor que en todos los períodos donde el oficialismo resultó ganador (2003, 2005, 2007, 2011 y 2017).
Gustavo Reyes consideró también la posibilidad del escenario que espera el gobierno, según trasuntan el presupuesto oficial y el acuerdo con el FMI, en que el PBI crecería el 2%, la inflación se desaceleraría al 60% anual y el empleo, los salarios y el crédito al sector privado podrían expandirse, en cuyo caso el gobierno llegaría a la cita con las urnas en mejores condiciones que en el escenario “de mercado”.
En cuyo caso, anotó el autor, el indicador global de la situación economía sería:
- Mejor a los de 2001, 2009, 2013 y 2019, todos casos donde el oficialismo resultó perdedor.
- Muy similar a los de 2015 y 2021, donde el oficialismo también fracasó.
- Y peor que los de elecciones en que el oficialismo resultó ganador: 2003, 2005, 2007, 2011 y 2017.
En el escenario oficial las variables mejoran ligeramente, pero siguen lejos de los años electorales en que los oficialismos ganaron
En ambos escenarios, dice el trabajo, todas las variables del indicador confluyen en el mal resultado, pero las más lejanas del promedio de los años en que el oficialismo ganó son la inflación, el crédito al sector privado y el nivel de actividad. En el escenario oficial las variables mejoran ligeramente, pero siguen lejos de los años electorales en que los oficialismos ganaron.
Además, concluye Reyes, dado que las herramientas de política económica disponibles hasta las elecciones son limitadas y que factores fuera del control oficial como el clima y el contexto internacional “difícilmente mejoren demasiado, el oficialismo probablemente necesitará de factores adicionales al estado de la economía para ganar en las próximas elecciones”.
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