El oficialismo y la oposición cruzaron acusaciones, cifras y declaraciones en los últimos días por una cuestión sensible para los últimos mandatos en el Ministerio de Economía: la deuda en pesos.
En un contexto de financiamiento en dólares casi cerrado en su totalidad -el mercado internacional voluntario de deuda dejó de prestarle a la Argentina a mediados de 2018-, creció el peso específico de las licitaciones de bonos y letras en pesos, un mercado pequeño y muy influenciado por la coyuntura macroeconómica, y que puede funcionar como reflejo del sentimiento del mercado.
En diez cifras clave, lo que hay que saber sobre la deuda en pesos, un tópico repetido de reproches y misiles cruzados entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
1-Stock: 19,9 billones de pesos (unos USD 52.500 millones con la cotización del dólar blue) es el monto total de deuda en pesos actual, de acuerdo a un informe reciente de la consultora EcoGo. De ese total, el 37% está en manos de tenedores privados: unos 7 billones de pesos. El resto forma parte de las carteras del propio sector público.
2-Las “torres” de vencimientos: Otra cuestión que aparece como crítica en el debate por la deuda pública en pesos tiene que ver con el ritmo de vencimientos que tiene, más allá de su stock total y del interés que paga. Es decir: si su hoja de ruta de obligaciones de pago es muy abultada, lo que implicaría alguna dificultad para su renovación.
Invecq, en ese sentido, marcó que “los condicionantes mencionados (menores plazos de liquidación, mayores tasas y predominancia de instrumentos indexados) resultaron en un amontonamiento de vencimientos en la previa electoral: 70% de los más de 8,8 billones de pesos (más de 10% del PBI del 2022) que vencen entre abril y mayo están indexados, ya sea al dólar oficial (bonos dólar linked), a la inflación (deuda CER) o a lo que más suba de los dos (duales)”.
3-Intereses: un tema que apareció en la discusión pública tiene que ver con la sustentabilidad de esa deuda en moneda doméstica y qué tasas de interés pagan. Desde agosto comenzó un camino de reajuste de las tasas de interés para hacer más atractivo para el mercado la compra de títulos en pesos.
Según Invecq, “la política de financiamiento en materia de tasas atravesó una abrupta suba en instrumentos nominales (de tasas efectivas anuales de 60,6% en las LEDEs colocadas en mayo a 112,2% en enero 2023 tras el máximo de 117,7% de noviembre) e indexados en menor medida”.
4-Deuda privada: El análisis de EcoGo, además, diseccionó las tenencias de los privados, que orillan los 7 billones de pesos. Unos 2,3 billones en poder de bancos privados, 1,2 billones más en Fondos Comunes de Inversión (FCI) y el resto, otros 2,5 billones.
5-Tenedores públicos: De los 12,9 billones de pesos que están en manos de organismos públicos, la mitad (6,5 billones) corresponde al Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), de la Anses, unos 3,7 billones en poder del Banco Central, 2,8 billones más al resto de los acreedores del sector público.
6-Tipos de bonos: la Secretaría de Finanzas suele acudir a un menú variado de opciones para buscar fondeo en el mercado en pesos, entre títulos a tasa fija, indexados, que sigan la evolución del dólar y a descuento, entre otras. De acuerdo a las necesidades de los inversores y la coyuntura macroeconómico, Economía puede echar a mano más a una variante que a otro.
“En el primer semestre del 2022 el financiamiento fue 64,8% indexado (principalmente CER) y 35,2% nominal. Esto se revirtió en el segundo semestre: 58,9% nominal, 41,1% indexado. Particularmente, en el último trimestre del año anterior 7 a 8 de cada 10 pesos que obtuvo el Tesoro correspondieron a instrumentos nominales y en enero del corriente año dicha cifra ascendió a 85%”, mencionó Invecq.
7-Programa financiero: ante un mercado de financiamiento en dólares prácticamente cerrado -solo con el mínimo financiamiento neto que resta del Fondo Monetario Internacional, préstamos de organismos internacionales y la idea repetida de un crédito Repo desde bancos extranjeros- la hoja de ruta financiera se apoyó de manera central en el mercado doméstico.
“El déficit (de 2022) fue financiado mayormente con endeudamiento. Por eso, la deuda pública pasó del 80,6% al 84,9% del PBI. El endeudamiento y el alza de las tasas acrecentaron el pago de intereses del sector público (del 1,5% al 1,8% del PBI), haciendo que el déficit financiero se reduzca apenas 0,3 puntos porcentuales del PBI (pasando de 4,5% a 4,2%)”, midió la consultora Equilibra en un informe reciente.
En el hilo de Twitter que el viceministro de Economía Gabriel Rubinstein “a diferencia del período 2016/2019, en que se emitía mayoritariamente deuda en dólares, hoy el mercado de deuda en pesos constituye la principal fuente de financiamiento del Tesoro”.
8-Peso histórico: la relevancia del fondeo en moneda doméstica en el panorama general del financiamiento del Estado pasó por distintas etapas. En 2022 representó un tercio de la deuda total.
Hace tres años (a fines de 2019) su peso específico era mucho menor: era el 22,2% del total de los pasivos contra 77,8% en moneda extranjera, de acuerdo a datos de la Secretaría de Finanzas. El punto más alto de las últimas dos décadas de relevancia de los pasivos en moneda local fue 2005, cuando tocó un pico de 41,1 por ciento.
9-Resto de la deuda en pesos: Otra forma de analizar su sustentabilidad -lo que en Juntos por el Cambio leyeron como una “bomba”- es el interés que pagan todas las colocaciones en pesos públicas, más allá de las que hace el Tesoro, y contemplando los pasivos del Banco Central.
En ese sentido, PxQ, de Emmanuel Álvarez Agis, “el 14% del total de la deuda del Tesoro + BCRA no paga intereses, el 37% está emitida a tasa fija y el 49% a tasa variable. Asumiendo una inflación en el orden del 100%, la tasa real ponderada del Tesoro es de 0,67% anual, y la del conjunto Tesoro + BCRA de -5,8 por ciento. No parecen tasas de interés ‘imposibles de pagar’”, consideró.
“La deuda en pesos es manejable y sustentable. Representa el 24% del PBI (incluyendo bonos de largo plazo como el Discount y el Cuasipar) y la mitad está en manos del propio Estado Nacional. Se compara con deudas al 124% del PBI como Colombia y el de Brasil con 65,6% del PBI”, dijo Rubinstein.
10-Recompra de deuda: una de las denuncias que hizo la oposición en su carta, en la que habló de “bomba de tiempo” para referirse al perfil de la deuda en moneda local, tuvo que ver con las operaciones de recompra que hizo el Banco Central -desde mediados del año pasado- para sostener el precio de los bonos.
De acuerdo a estimaciones del equipo económico de Juntos por el Cambio, “el Banco Central se vio obligado a comprar deuda pública por el equivalente a 2,3% del PBI, burlando los límites al financiamiento al Tesoro que fija su Carta Orgánica”.
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