A partir del 1º de marzo los automóviles que superen los $7.000.000 de precio al público deberán pagar el impuesto al “lujo”, a raíz del ajuste trimestral de la base fiscal sobre la que se calcula dicho tributo.
Es decir que a partir del mes próximo y hasta fin de mayo -momento en que se realizará un nuevo ajuste trimestral- los autos 0 km cuyo valor de venta al público supere los 7 millones de pesos estarán alcanzados con la primera escala de los Impuestos Internos, una alícuota del 20%; esto sucederá ya que la base imponible pasará de los $4.116.520 de valor de salida de fábrica a los 4.905.000 de pesos.
Esta modificación, que entrará a regir en marzo, corresponden a un ajuste del 19,16% correspondiente a los aumentos de los precios mayoristas de los vehículos en el trimestre de octubre, noviembre y diciembre de 2022; mientras que la suma de las inflaciones de esos tres meses alcanza un total del 16,3%, casi tres puntos menos.
Al nuevo valor imponible, de $4.905.000, hay que sumarle el IVA (21%) y el margen de comisión de la red comercial (15%); ahora bien, la alícuota del 20% del impuesto al “lujo”, que se debe entender como un impuesto sobre el impuesto, hace que el aumento sobre el valor del vehículo corresponda al 25 por ciento.
Al realizar esta cuenta, el resultado es un valor que si bien no es fijo, ronda los $7.000.000; hasta fines de este mes los automóviles que deberán pagar el tributo son aquellos que superen los $5.800.000 de precio de venta al público.
Los autos alcanzados por esta primera escala son aquellos pertenecientes a las gamas medias, tomando el dólar informal o “blue”, se trata de los vehículos cuyo precio al público supere los 18.400 dólares.
Mientras tanto, en el segundo segmento, donde se incluyen aquellos automóviles de alta gama, la base imponible se modificará de los $7.599.000 a los $9.054.968, haciendo que el precio base al público sea de aproximadamente $13.000.000, ya que en esta escala el tributo es del 35%, lo que resulta en, por la naturaleza del gravamen, un aumento del valor del 53,85% aproximadamente.
“Actualmente los automóviles tiene un componente impositivo altísimo en la Argentina -comenzó Sebastián Domínguez, socio de SDC Asesores Tributarios- y este impuesto hace que sea muy difícil acceder a un auto, ya sea 0 km o usado, porque si aumenta el precio de los nuevos, también lo hacen los de segunda mano”.
“Lo que hay que entender es que el impuesto al ‘lujo’ funciona como un impuesto que se aplica sobre el mismo impuesto, esto es así porque así lo define la ley, es decir que la alícuota 20% del primer segmento, se aplica sobre el precio de salida de fábrica y sobre el propio veinte por ciento, dando como resultado un incremento del 25%; en cuando al segundo tramo, el que corresponde a los autos de alta gama, es del 35%, lo que equivale a una suba del 53,85 por ciento”, explicó Domínguez.
“Concretamente este impuesto genera dificultades para que los ciudadanos accedan a autos de gama media en adelante, pero también afecta a los vehículos exentos, ya que funcionan como sustitutos de los otros, y a más demanda más aumentos”, agregó el especialista.
“Yo creo que habría que trata de bajar este estos impuestos para fomentar la industria automotriz, porque cuenta con un complejo industrial importante y hay muchas actividades relacionadas que depende de ello; creo que lo mejor sería fomentar la producción, que haya más venta de autos y que la economía nacional se reactive también a través de este sector”, concluyó Dominguez.
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