La lira turca tocó un nuevo mínimo histórico como resultado del violento terremoto que causó más de 1.700 muertes en Turquía y la vecina Siria. La catástrofe humanitaria se sumó a las presiones derivadas de la fortaleza del dólar, los riesgos geopolíticos y las sorprendentes cifras de inflación del país para hacer derrumbar a su moneda, que ya se encontraba entre las más volátiles del mundo.
La lira cayó a 18,72 dólares en las primeras operaciones, antes de recuperar la mayor parte de sus pérdidas. El principal índice bursátil del país cayó hasta un 4,6%, y las acciones de sus bancos cayeron más de un 5%, antes de recortar algunas pérdidas, con los principales índices bajando alrededor de un 2,5 por ciento en las primeras horas del día.
“Los trágicos sucesos ocurridos en la parte meridional de Turquía, sacudida por un fuerte terremoto, son una fuente adicional de incertidumbre de cara a las cruciales elecciones que probablemente se celebren en mayo”, declaró Piotr Matys, analista sénior de divisas de In Touch Capital Markets en una cita de la agencia internacional Reuters.
Más de 1.500 personas murieron y miles resultaron heridas el lunes, después de que un fuerte terremoto de magnitud 7,8 sacudiera el centro de Turquía y el noroeste de Siria.
La Bolsa de Estambul anunció que había suspendido temporalmente las transacciones con acciones de varias empresas de la zona afectada por el sismo, aunque se esperaba que las operaciones se reanudaran a lo largo del día.
La habitualmente frágil moneda turca sufrio así otro golpe en días en que los mercados emergentes están sometidos a una presión generalizada, ya que las divisas y las acciones de todo el mundo en desarrollo están sufriendo las consecuencias de una fuerte suba del dólar el viernes, tras un sólido informe sobre el empleo en Estados Unidos, que sugiere que la Reserva Federal podría mantener su política monetaria restrictiva durante más tiempo con el objeto de contener la inflación.
Pero Turquía está sufriendo presiones adicionales. Las tensiones geopolíticas volvieron a aumentar recientemente, con indicios de que Estados Unidos impulsaría una línea más dura en la aplicación de sanciones a Rusia, lo que se suma a la presión sobre los mercados turcos después de que Washington advirtiera a Ankara sobre la exportación a Rusia de productos químicos, microchips y otros productos que pueden ser utilizados en el esfuerzo bélico de Moscú en Ucrania.
Tata Ghose, analista de divisas de Commerzbank, afirmó en declaraciones a Reuters que los recientes datos de inflación también suscitaron preocupación, señalando que la lectura anual del viernes se situó en el 57,68% en enero, muy por encima de las previsiones a pesar de un efecto base favorable.
“El dato del IPC turco de la semana pasada resultó un tanto sorprendente y reavivó la volatilidad en la paridad entre el dólar y la lira, que había brillado por su ausencia en los últimos meses”, afirmó Ghose.
“Una nueva ventana de volatilidad en las divisas podría estar a la vuelta de la esquina”.
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