Tras haber cumplido con la meta de reducción del déficit comprometido ante el Fondo Monetario Internacional, el Ministerio de Economía inició el año electoral con el gasto público a raya: el ritmo de erogaciones cayó en enero en relación al mismo mes del año pasado. En el horizonte, además de las elecciones, que son asoman como una instancia que suele forzar a una expansión del gasto, también aparece una nueva meta con el FMI, que implica una poda aún mayor al rojo fiscal.
Un informe anticipado sobre ejecución presupuestaria que elabora la consultora Analytica, que dirige Ricardo Delgado, estimó que “en la cuarta semana de enero el gasto primario real cayó 33,7% respecto de igual semana de diciembre, y 26,2% de un año atrás”, proyectó en base a microdatos oficiales.
“La caída respecto del mes pasado es generalizada, debido a la estacionalidad del gasto en diciembre. En términos interanuales, el aumento en las jubilaciones y pensiones obedece a una variación real del haber mínimo de 3,7% respecto de enero de 2022″, continuó.
En detalle, los mayores recortes los detectó en Obra pública (-75,2%), Bienes y servicios (-66,1%), Programas sociales (-65,8%), Asignaciones familiares más Asignación Universal por Hijo (-48,3%) y Transferencias a provincias (-43,7 por ciento). Por el contrario, registró un gasto mayor en relación a un año atrás en rubros como Subsidios económicos (9,3%), Jubilaciones, pensiones y PAMI (4%) y Gasto en personal (1,4 por ciento).
Con la misma metodología, Analytica había anticipado que en la tercera semana de enero el gasto primario real había caído 18,3% respecto de igual semana de diciembre y 31,1% de un año atrás.
El 2022 fue un año en que el Poder Ejecutivo necesitó acelerar desde el segundo semestre un recorte de gastos -además de otras medidas de orden fiscal- para cortar con una inercia de expansión de las erogaciones durante el primer trimestre que había puesto en jaque el cumplimiento de la meta de déficit acordada con el FMI.
Así, mientras, la primera mitad del año terminó con un crecimiento en términos reales del gasto primario de 12,5% en comparación con igual tramo del año previo, en la segunda parte el efecto fue el contrario y terminó con un fuerte recorte de 19,5% real.
Analizado por rubros del gasto, para la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) el Gobierno nacional concluyó el 2022 con una reducción en términos reales de 1,6% del gasto corriente, sostenido un recorte real de los subsidios (-11,3%), Bienes y servicios (-30,2%), transferencias a provincias (-9,9%) y el apartado Otros gastos corrientes, que tuvo una poda de 46,4 por ciento. Los gastos de capital, en tanto, retrocedieron 37,6%, principalmente por la caída real de transferencias de capital (-46,6%), inversión financiera (-28,4%) e inversión real directa (-9,9 por ciento).
Según un informe de la consultora Equilibra, “dos líneas explican la caída: prestaciones sociales y subsidios a la energía. Respecto al primero, se profundizó la tendencia a la baja que mostraron en todo el segundo semestre. Los subsidios energéticos cayeron 79% real interanual, por la segmentación de tarifas, la reducción de costos y el diferimiento de pagos”.
Para este año, el Gobierno deberá reducir el déficit fiscal primario desde 2,4% del PBI con el que habría terminado 2022 hasta 1,9% del PBI, con un techo de emisión monetaria para asistir al Tesoro de 0,6% del PBI. Sobre este último punto, los primeros tres meses del año tendrán como techo para la financiación del déficit unos $139.000 millones, cerca de un sexto del tope nominal de todo el año, que es de $883.000 millones.
De acuerdo a las estimaciones del organismo, las principales herramientas para el cumplimiento del objetivo de 1,9% de déficit serán la reducción del gasto social, que representarían 0,8 puntos porcentuales y una poda adicional a los subsidios energéticos, por un monto que equivalga a otros 0,6 puntos porcentuales.
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