Las negociaciones que en las próximas semanas encararán funcionarios del Ministerio de Economía, el Banco Central y el Banco Nación en Brasil para cerrar un nuevo acuerdo para financiar importaciones argentinas a un año de plazo generó expectativa en el sector industrial. El anuncio es recibido, por ahora, con cautela entre las empresas donde de todos modos admiten que, de concretarse el plan que presentó el lunes el ministro de Economía Sergio Massa junto a su par brasileño, Fernando Haddad, “sería una excelente noticia” y “un gran alivio” para la producción.
Es que el entendimiento entre los gobiernos de Brasil y la Argentina por el cual el Banco Do Brasil anticiparía la financiación para las exportaciones desde ese país a los importadores locales quitaría una enorme presión sobre la demanda de divisas en el mercado de cambios oficial y, por ende, las reservas del Banco Central. En la práctica, implicaría una flexibilización de los férreos controles a las compras al exterior, eventualmente no sólo para los importadores desde Brasil sino también para el resto, que se beneficiarían de una mayor disponibilidad de recursos.
De ahí que resulta clave el monto del acuerdo que, según fuentes oficiales involucradas en las tratativas, se aproxima a los USD 13.000 millones. Una cifra de esa magnitud cubre más del 80% de las importaciones brasileñas, que el año pasado totalizaron USD 16.000 millones, con un déficit comercial bilateral de USD 3.500 millones.
Sin dudas, el sector más beneficiado en el nuevo programa es el automotriz. Se trata de la industria más integrada con Brasil, con un régimen de comercio específico en el que las restricciones argentinas comenzaron a impactar. No sólo para la importación de piezas y autopartes sino, sobre todo, para la importación de vehículos terminados, lo que seguramente es prioritario destrabar para el gobierno brasileño.
Es lo que explica que las primeras reacciones de entusiasmo llegaran desde la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa), donde aseguraron que la posibilidad anunciada por los funcionarios de ambos países es una “excelente noticia”. Así opinó el titular de la entidad, Martín Galdeano, también presidente de Ford Argentina, en el marco de un lanzamiento de un nuevo modelo de camioneta que se importará desde Tailandia. “La implementación de mecanismos de financiación que faciliten el comercio con Brasil es una excelente noticia por su impacto positivo tanto en el abastecimiento de partes para producción como de oferta de vehículos”, sostuvo.
Pero aunque el automotriz es con claridad uno de los principales ganadores del eventual acuerdo, no es el único sector que se mantiene expectante al resultado de las tratativas de las próximas semanas. Las fabricantes de productos de consumo masivo y también de alimentos se verían beneficiadas, incluso aquellas que hoy tienen un supuesto acceso preferencial al dólar oficial para importar en virtud de su participación en Precios Justos. En el contexto de seria escasez de divisas, esa preferencia es relativa y todavía enfrentan dificultades en la operatoria cotidiana. El esquema de financiación con Brasil podría considerarse, en esos casos, una garantía de que el Gobierno podrá dar mejor cumplimiento a la promesa de habilitarles divisas. “Sería un enorme alivio”, apuntaron en una de las grandes compañías de consumo masivo. “Hay mucha materia prima que viene de Brasil para nuestra industria”, explicó, aunque destacó también que no tuvieron ningún tipo de contacto con el equipo económico sobre la medida.
También entre las empresas de menor tamaño hay cierto optimismo depositado en el esquema de garantías cruzadas entre el Banco do Brasil y el Banco Nación que dará forma a la instrumentación del financiamiento. La asociación Apyme calificó como “muy positivo el acuerdo entre la Argentina y Brasil para constituir un fondo de garantías para el fomento de las exportaciones brasileñas y prefinanciación de las importaciones argentinas” y consideró que la mejora en la provisión de insumos contribuirá a morigerar la suba de precios.
En este segmento, sin embargo, la mirada no es homogénea ya que hay rubros en los que se tema una inundación de productos brasileños que termine perjudicando la industria nacional.
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