Aunque el mercado laboral viene en ascenso, hay indicios de agotamiento en algunas regiones del país. Es el caso del Gran Buenos Aires, que según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que elabora el Ministerio de Trabajo, tiene las expectativas de contratación de personal más bajas del país.
De acuerdo al estudio, que se realizó por última vez en noviembre, de cada 100 empresas del conurbano, sólo dos consideran que la dotación de personal aumentará. La buena noticia es que el 97,2% considera que su planta de trabajadores se mantendrá y apenas el 0,7% está pensando en despedir personal.
En resumen, casi la totalidad de las compañías del Gran Buenos Aires piensan quedarse quietas, lo que habla de un escenario de estancamiento. Ahora bien, cuando se compara al Gran Buenos Aires con otras ciudades importantes del país, se encuentra una desventaja considerable para el conurbano. Es que en el resto del país las intenciones de contratar nueva mano de obra son mayores.
Como se observa en la gráfica, hay bastante regularidad en el porcentaje de empresas que piensa en mantener personal, lo cual resulta lógico en un país con altos costos laborales de entrada y de salida.
Sin embargo, en algunos casos hay diferencias sustanciales en la proporción de firmas que tienen intenciones de contratar nuevos empleados. El ejemplo más notable es el de Gran Jujuy, donde el 11,6% de las empresas respondió que “su dotación de personal aumentará”.
También se destacaron en ese área Gran Mar del Plata y Gran Mendoza, aunque esta última fue además la ciudad encuestada con mayor intención de disminución de planta de personal (3,1%).
Por qué se frena el mercado
Para entender la situación particular del mercado laboral de Gran Buenos Aires, es necesario analizar el contexto económico de afuera hacia adentro. Santiago Manoukian, economista de la consultora Ecolatina, analizó los resultados de la EIL y destacó que, en líneas generales, los resultados siguen siendo positivos. Sin embargo, advirtió que está claro que se vienen moderando las expectativas de contrataciones, lo que desde su punto de vista responde principalmente a las perspectivas que hay respecto a cómo se va a desenvolver la actividad económica este año.
“Hay que tener en cuenta que una economía en crecimiento tiene más capacidad para absorber a la fuerza laboral que año tras año se va insertando por el crecimiento colateral. Por el contrario, una actividad más contractiva y recesiva, tiene menores capacidades”, comentó.
“Nosotros vemos que, para este año, de no mediar shocks exógenos o endógenos, podrá evitarse una recesión, pero la tendencia hacia la moderación de crecimiento va a estar presente”, indicó el experto.
Para contextualizar su análisis, Manoukian explicó que la actividad económica va a estar afectada por una nueva caída en la producción agrícola, que no va a ser compensada este año por mayores precios internacionales. “A eso se suman las restricciones a las importaciones, que no se van a relajar significativamente”, sumó.
Por otro lado, el experto señaló que habrá un sesgo contractivo en el plano fiscal y monetario. Todo eso resultaría en una expansión del PBI algunas décimas por encima del crecimiento poblacional. “En resumen, el mensaje principal es que el crecimiento se va a moderar el año que comienza, porque la insuficiencia en la cantidad de dólares que tiene el BCRA va a mantener acotada la oferta de insumos y eso va a acotar la posibilidad de crecimiento potencial de la economía”, analizó el economista de Ecolatina.
Asimismo, el experto remarcó que, desde el punto de vista de la demanda, también se espera un acotado crecimiento de los ingresos reales. “La gente va a seguir queriendo desprenderse de los pesos rápidamente, pero el crecimiento de los ingresos reales va a ser muy leve y no va a traccionar a la actividad”, advirtió.
En lo que respecta puntualmente al Gran Buenos Aires, Manoukian indicó que históricamente la región ha mantenido expectativas de contratación más bajas que el promedio nacional, aunque reconoció que en los últimos meses la diferencia se ha acentuado.
“Esto probablemente se debe a que en Gran Buenos Aires hay mayor densidad de actividad industrial y se trata de un sector que va a enfrentar muchos obstáculos este año, principalmente los derivados de las restricciones a las importaciones. Esas dificultades en la oferta probablemente estén trasladando a mayor pesimismo o a menor optimismo”, analizó.
Pocos lugares, muchos candidatos
Aunque el estancamiento del mercado laboral del Gran Buenos Aires parece no ser tan mala noticia (al menos no cae), lo cierto es que se trata de una situación alarmante. Es que, de acuerdo al informe de Mercado de Trabajo más reciente del Indec, en el tercer trimestre del año pasado había 625 mil desocupados en el conurbano bonaerense.
¿Hay posibilidades de que todas consigan trabajo? Al menos en los números esto parece ser imposible. Según el Mapa productivo-laboral elaborado por el ministerio de Economía, al 5 de septiembre de 2022 había 170.491 empresas registradas activas en Provincia de Buenos Aires y 128.515 en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Es decir que entre ambas jurisdicciones completas sumaban 299.006 unidades productivas.
Si se toman como base los resultados de la EIL, se puede suponer que de las casi 300 mil firmas que hay en esa región, solo 6.729 están considerando incorporar mano de obra en los próximos meses. Es decir que, para que el desempleo llegara a “cero”, cada una de las empresas que está buscando sumar empleados debería contratar a unos 93 trabajadores, algo completamente absurdo.
Visto de otra manera, hay muy pocos puestos de trabajo en oferta y muchas personas buscando conseguirlos.
A quién buscan las empresas
Cada persona desocupada podrá evaluar sus posibilidades de acuerdo a las oportunidades que vayan apareciendo, pero en la Encuesta de Indicadores Laborales hay ciertos indicios de quiénes tendrán más oportunidades en un mercado laboral reducido.
Lo primero a tener en cuenta es que el 4,9% de las empresas tiene puestos de trabajo vacantes (más del doble de las que están dispuestas a contratar). Es decir que hay firmas que necesitan llenar “huecos” y si bien hoy no están dispuestas a hacerlo, podrían animarse en el futuro próximo.
Entre los puestos de trabajo que sí están disponibles hoy, el 4,6% es específicamente para mujeres y el 31,5% para hombres. El 63,9% restante es de sexo indistinto.
En lo que respecta a los niveles de formación, la mayoría de las ofertas de empleo disponibles (42,6%) son para cargos operativos, un 29,4% son para técnicos y un 24,8% para profesionales. El 3,2% restante es para trabajadores “no calificados”, lo que significa que no se requiere de ninguna formación específica, aunque suelen ser los empleos con salarios más bajos.
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