Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP desarticularon el contrabando de una colección de monedas y billetes con piezas de destacado valor histórico en el control de un buque proveniente de Colonia, Uruguay. Entre la mercadería secuestrada se destacó un billete de 5 dólares de Puerto Rico de 1909 valuado en USD 1.750.
El procedimiento consistió en un control vehicular en el desembarque del Superferry Express: la inspección aduanera se centró en un vehículo marca Chevrolet conducido por un ciudadano argentino, quien estaba acompañado por su pareja, también argentina.
Previo al arribo del buque, la Aduana había recibido una alerta de Interpol, ya que el ciudadano referido tenía en curso tres causas penales. Por su parte, la Aduana constató que había recibido, meses atrás, un oficio judicial electrónico relacionado con la misma persona. El mismo se enmarcaba en la Ley de Bienes Culturales (Ley N° 25.743), justamente por cuestiones relacionadas con la importación de piezas numismáticas.
Ante ello, “los inspectores realizaron un control más exhaustivo del equipaje, que resultó en el hallazgo de una copiosa cantidad de billetes y monedas de diferentes países del mundo”, explicó la Aduana. Luego, encontraron más piezas de colección en el espacio de la rueda de auxilio del vehículo. Ante el hallazgo, los pasajeros confirmaron que, efectivamente, la mercadería hallada era de su propiedad.
Tras el operativo, la Aduana secuestró la mercadería descubierta, ya que “todo indicaba que excedía largamente tanto la franquicia contemplada en el régimen de equipaje para ingresos por vía fluvial (USD 300 por persona) como el límite de ingreso de moneda (USD 10 mil por persona). En efecto, dada su gran cantidad y diversidad, la verificación y aforo de la mercadería sigue en proceso, pero el valor de lo relevado hasta el momento supera los 120 mil dólares”, según explicó el organismo.
Las piezas secuestradas más valiosas
Entre la colección secuestrada se identificaron piezas de valor histórico, como “una serie de billetes ucranianos y alemanes que datan de la Segunda Guerra Mundial, que eran utilizados en los campos de prisioneros del régimen nazi”.
Uno de los billetes llevaba inscripciones que, traducidas al español, dicen: “Este bono solo es válido como medio de pago para los prisioneros de guerra y solo podrá ser gastado y recibido por éstos dentro del campo de prisioneros de guerra o en el caso de jornadas laborales en las oficinas de compras expresamente designadas a tal efecto. Solo podrá ser canjeado por moneda de curso legal en la oficina de gestión del almacén correspondiente. Los infractores, imitaciones y falsificaciones serán sancionados. Jefe del comando supremo de la Wehrmacht”.
Por otro lado, especialistas en numismática de la Aduana identificaron varias piezas de valor elevado: con cerca de la mitad de la colección relevada, la de mayor cotización es un billete de Puerto Rico de 5 dólares, del año 1909, cuyo precio de mercado asciende a USD 1.750.
También se halló un billete de 1 franco, de la isla de Martinica (año 1947), valuado en USD 1.100. A su vez, un billete chileno de 1 peso de 1879, que vale USD 1.000. Por otro lado, dos billetes estadounidenses de 1862 de llamativa denominación, 1,25 y 1,50 dólares, cotizan en 750 y 850 dólares, respectivamente.
Asimismo, hay monedas que se remontan al Siglo XVIII, de las cuales la más antigua es una del reino de Francia que data de 1226-1270, cuando la corona estaba en manos de Luis IX. También hay una de 1785, del reinado de Luis XVI, quien poco después sería derrocado por la revolución francesa y ejecutado por vía de la guillotina.
El material secuestrado quedó a resguardo de la Aduana, que lo dispuso en ocho cajas de cartón debidamente cerradas y firmadas. Hasta ahora han sido relevadas solo cinco, por lo que el valor de la mercadería puede ser bastante más alto que los USD 120.000 informados inicialmente.
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