Aunque el dato de diciembre confirmó que la Argentina registró en 2022 la inflación más alta de los últimos 30 años, con un avance anual de los precios 94,8%, paradójicamente la cifra del mes -5,1%- logró aplanar las expectativas de inflación del mercado para este año e incluso reducirlas levemente. Así se desprende del relevamiento mensual que realiza Focus Economics, que recolecta las proyecciones de más de 30 bancos y consultoras locales y del exterior. En ese mismo monitoreo, los analistas prevén que el Banco Central mantendrá alta la tasa de interés en todo el año, en el nivel actual o incluso algunas décimas por encima, precisamente en pos de evitar un nuevo escalón en la inflación anual, que derive en los tres dígitos.
De acuerdo al consenso de las estimaciones recabadas, los precios de la economía avanzarían este año en un promedio de 95,3%, lo que significa un crecimiento de 5 décimas respecto del año pasado pero un retroceso de 2 décimas respecto de lo esperado un mes atrás. Vale señalar que esta “corrección” se produce luego de que se dispararan las expectativas de 90,5% a 95,5% después del dato de octubre.
En cualquier caso, los especialistas consultados dan por descontado que se mantendrá una política monetaria restrictiva y que, a contramano de las especulaciones sobre un posible recorte en la tasa de interés, el Banco Central las mantendrá en 75% durante todo el año, o incluso podría llegar a subirlas poco menos de medio punto.
“El Banco Central mantuvo sin cambios la tasa de las Leliqs en enero, considerando el nivel de tasa actual suficiente para sostener el peso y limitar la inflación. El BCRA actúa en coordinación con el Ministerio de Economía para reducir el financiamiento monetario del déficit fiscal. Este año, las tasas se mantendrían extremadamente elevadas como parte del acuerdo con el FMI”, analizó el informe privado. En esa línea, el Focus Economics Consensus Forecast arroja que la tasa de interés llegará a fin de año levemente por encima de la actual, en 75,4% anual.
“La volatilidad de los precios de la energía y la expansión fiscal en vistas de las elecciones de octubre son riesgos clave”, advierte el reporte, del que participan entidades como JP Morgan, Goldman Sachs, HSBC, Citigroup, Credit Suisse además de las locales Quantum Finanzas, Fiel, Analytica, Ecolatina, Abeceb o Econviews, entre otras.
“La desaceleración de la inflación podría continuar en los próximos meses y el objetivo de abril sería cumplible. Es evidente la fragilidad del plan, ya que ante un mínimo desajuste se podría ver una nueva aceleración de la inflación” (PxQ)
Una mirada similar respecto a los riesgos que implica el proceso electoral para el reordenamiento económico sostuvo el economista Emanuel Álvarez Agis, fundador de la consultora PxQ, quien consideró “todo una novedad” las metas fijas para este año con el FMI, por ahora sin cambios, que implicarían una política fiscal contractiva en año electoral. En ese sentido, opinó que el objetivo oficial de llevar la inflación a un nivel de 3% mensual a partir de abril próximo es posible siempre y cuando no se produzca un nuevo desordenamiento de las variables fiscales y monetarias que empiezan -según dijo- a acomodarse.
Apuntó, también, que serán necesarias dos variables imprescindibles. Por un lado, “tiene que haber oferta suficiente de divisas para las importaciones y que no se genere un desacople entre demanda y oferta de bienes”. Por el otro lado, sería imprescindible la estabilidad del contexto externo, como mínimo neutral para países emergentes, que no implique presión en el precio de los commodities ni flujos de capital que compliquen la estabilidad cambiaria.
“Si se cumplen estas condiciones, la desaceleración de la inflación podría continuar en los próximos meses y el objetivo de abril sería cumplible. Es evidente la fragilidad del plan, ya que ante un mínimo desajuste se podría ver una nueva aceleración de la inflación”, advirtió PxQ.
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