El Ministerio de Economía puso en marcha desde este miércoles la recompra de bonos en dólares emitidos por el Tesoro para aprovechar la ventana de oportunidad que le dan los precios bajos de esos títulos y ahora analiza otras dos posibilidades: ampliar esos USD 1.000 millones que puso el ministro Sergio Massa como referencia para la operación, y un préstamo Repo de bancos, que pueda alimentar las reservas del Banco Central.
En el equipo económico esperan que la recompra de títulos en moneda extranjera, que se concentrará en la parte más corta de la curva en dólares, tenga algún impacto inmediato en distintos frentes: el de los dólares paralelos financieros -Bolsa y contado con liquidación- que implican la compraventa de bonos, y en el riesgo país, que funciona como un reflejo de los precios de los títulos públicos.
En el Palacio de Hacienda aseguran que observaron una ventana de oportunidad para lanzarse a recomprar deuda por distintos motivos: el principal es el valor de los bonos, que si bien había tenido un repunte en las últimas semanas, no dejaban de ser precios baratos.
Una segunda explicación es que, tras repasaron los números fiscales finales del 2022, el Gobierno vio un margen para actuar, entre recursos fiscales de un sobrecumplimiento de la meta de déficit primario con el FMI, es decir el ahorro fiscal que dejó en las cuentas públicas la contracción real del gasto público en el segundo semestre del 2022 y otros componentes en la cuenta del Tesoro Nacional, como dólares de préstamos internacionales que no fueron girados al BCRA.
Otra razón que esgrimen en el equipo económico es que anticipan que habrá un uso de reservas más bajo del esperado para importar energía durante el invierno por la puesta en marcha del gasoducto de Vaca Muerta, lo que daría un margen mayor. Esa disponibilidad extra de reservas, en todo caso, tendrá su contraparte con un ingreso más acotado por la sequía.
Según explican, ese uso de recursos propios del Tesoro evitará al Poder Ejecutivo tener que emitir una letra intransferible al Banco Central para conseguir esos dólares y usarlos para la recompra. En todo caso, dicen en los despachos oficiales, la operación podría impactar en el número de reservas brutas y no en el de las netas, que es el que se contabiliza en el programa con el Fondo Monetario.
En ese plano, en los despachos oficiales aseguran que una operación de esta naturaleza no necesita aprobación del equipo técnico del organismo y que no requerirá que el ministerio tenga que pedir un waiver por haber incumplido los preceptos del programa financiero, algo que sí tuvo que hacer, por ejemplo, por la aplicación en dos ocasiones del esquema de dólar soja.
Hay, en el horizonte que trazan en Economía, perspectivas de un impacto inmediato en las cotizaciones paralelas del dólar, lo que bajaría la brecha cambiaria que merodea en 100% en los últimos días, y en el riesgo país. También arriesgan que si el mercado responde como prevén y con las condiciones adecuadas, explorarán en conversaciones con el sector privado un préstamo del tipo Repo, de manera directa desde entidades financieras al Tesoro.
Era una opción que ya aparecía en el radar del equipo económico desde la llegada de Massa, aunque la paridad tan baja de los bonos desalentó esa alternativa. La explicación era que con precios tan deprimidos, la entrega de bonos como garantía del préstamo hubiese demandado una cantidad mayor de títulos en dólares.
No hay, por el momento, proyecciones sobre cuántos dólares aspiraría a conseguir Economía por esta vía, pero la certeza es que servirá como alimento para las reservas del Banco Central, en un año en que deberá acumular USD 4.800 millones más que el nivel con el que terminó el 2022 para cumplir la meta de acopio de divisas incluido en el acuerdo. Tampoco está en el menú de opciones salir a emitir bonos en moneda extranjera: “Si está barato para recomprar, está caro para emitir”, resumieron desde Economía.
Las operaciones de recompra comenzarán hoy mismo por parte del Banco Central y no tendrán una ventana específica de tiempo, sino que dejarán abierto el plazo de vigencia de la autorización del Tesoro para realizarla. Con las paridades actuales, los USD 1.000 millones equivaldrán, en términos nominales, a entre USD 2.500 y USD 2.700 millones. La decisión de anunciar la operación, en lugar de hacerla en silencio sin avispar a los inversores, tiene que ver con la necesidad de “buenas prácticas” de mercado: al tratarse de recompra a inversores del exterior, el emisor tiene la obligación de anunciar ante todos los tenedores que buscará hacerse de esos títulos.
La puesta en marcha de la recompra de divisas es, aseguran en el Palacio de Hacienda, un paso más de la estrategia de manejo de la deuda pública, que también incluye a los pasivos en moneda local. El segmento de bonos en pesos tendrá un capítulo más este miércoles cuando la Secretaría de Finanzas concrete una nueva licitación de títulos, que incluirá algunos indexados, atados al tipo de cambio, un bono específico a importadores y otro a tasa fija. También continuarán, en lo sucesivo, con canjes para extender, dentro de lo que el mercado permita, el plazo de los vencimientos.
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