El Gobierno pondrá sobre la mesa un abanico de opciones de títulos públicos para los inversores y buscará este miércoles recolectar la mayor cantidad de pesos posibles del mercado tras la operación de canje de deuda, hace dos semanas, que le sacó al Ministerio de Economía la urgencia de una montaña de vencimientos para los primeros tres meses del año.
Con ese panorama menos exigente, el próximo desafío para el equipo económico será el de ensanchar todo lo que pueda el colchón de toma de deuda neta en pesos y extender los vencimientos más allá de las fechas de elecciones presidenciales, un plazo al que los inversores vienen esquivando para depositar su liquidez. El primer paso tendrá lugar este miércoles en una colocación de la Secretaría de Finanzas que contará con un menú variado de títulos públicos a disposición de los inversores.
Según el llamado a licitación que realizó la secretaría en las últimas horas, tras días de conversaciones e ida y vuelta con el mercado, incluirá bono atado a la inflación, uno dollar linked, un título público especial destinado a importadores, que también seguirá la evolución del tipo de cambio, un bono a tasa fija y otro con vencimiento a 2027 para bancos, que pueden contabilizarlo como encajes ante el Banco Central.
El bono a importadores ya había aparecido hace un mes en una de las últimas operaciones de colocación de deuda del año. Es un título que no paga intereses y amortiza en tres cuotas, el 28 de febrero, 31 de marzo y 28 de abril de 2023.
Hay, más allá de la variedad de títulos que licitará Finanzas, una característica adicional: entre los bonos predominan los vencimientos de corto plazo, en una gran mayoría hasta el 31 de mayo próximo. Solamente uno de los dos bonos atados al dólar tiene como fecha de finalización el 31 de octubre.
En el mercado, de todas formas, leen que el Poder Ejecutivo todavía tiene poco margen para extender vencimientos. “Es una licitación con variado menú para tratar de cubrir a todos los inversores posibles. En las licitaciones no van a tener problemas, hay muchos pesos en el mercado y tienen aceitado el mecanismo. Pero el mercado a seguir corto”, mencionó una fuente de mercado.
En los despachos oficiales entienden que la posibilidad de hacer más larga la curva de la deuda en pesos se complicó sobre fin del 2022 y que el ruido típico de los años electores suelen representar un obstáculo para esa intención. Por eso, leen que deberán continuar en los próximos meses con operaciones de conversión de títulos como la del 4 de enero pasado que les permitió despejar dos tercios de las obligaciones de pago previstas para el primer trimestre.
Así, por ejemplo, enero pasó de tener en el calendario vencimientos por casi 1,2 billones de pesos a $450.000 millones, de acuerdo a estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). El 20 de enero vencen 255.000 millones de pesos de una Lecer y a fin de mes, una letra a descuento por casi $100.000 millones.
Al canje del martes pasado ingresaron los tenedores de cerca del 70% del total incluido en la operación. De esta manera, la cuenta de vencimientos para los primeros tres meses del año fueron reducidos desde de 4,3 billones acumulados a marzo (1,1 billones en enero, 1,2 billones en febrero y 2 billones más en marzo) hasta $390.000 millones, $420.000 millones y $600.000 millones, respectivamente, lo que da una cuenta final de 1,4 billones de pesos.
En los planes de Economía aparece ahora la idea de repetir este tipo de canjes a lo largo del 2023, que podrían darse de manera trimestral. La secretaría de Finanzas acudió a lo largo de los últimos meses a un menú de bonos y letras con tasas positivas respecto a la inflación y con distintos formatos, desde títulos atados a la evolución del tipo de cambio para ofrecer cobertura a los inversores, hasta indexados a la inflación y otros a tasa fija.
Para la consultora LCG, con la operación de conversión “el resultado fue una duration total promedio de casi 8 meses. Cabe destacar que el 58% del financiamiento total captado se destinó a títulos indexados (duales). Consecuentemente, el perfil de vencimientos para el período abril-mayo-junio se incrementó de 4,3 billones de pesos a $6,4 billones”, mencionó un informe reciente.
Por su parte, Equilibra publicó que “los vencimientos se están concentrando en los meses pre-electorales y es cada vez mayor la participación privada en las tenencias de corto plazo: entre abril y julio, los vencimientos en manos privadas promedian $915.000 millones (0,6% del PBI) por mes y totalizan más de la mitad de los vencimientos privados de todo 2023″, estimaron.
En ese sentido, alertaron que “a pesar del respiro que representó el canje para el primer trimestre, los desafíos para el resto del año son muy grandes. (...) En cualquier caso, el poco apetito privado por la deuda soberana en pesos significará una presión adicional sobre el mercado financiero/cambiario, por lo que vemos probable que la brecha se recaliente en los meses previos a las elecciones presidenciales, cuando crece la incertidumbre y la carga de intereses que enfrenta el Tesoro”, concluyó Equilibra.
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