En medio de la preocupación por la sequía que afecta a buena parte del territorio argentino, uno de los grandes interrogantes es de qué forma impactará el menor ingreso de dólares a lo largo de 2023. Algunos estudios, por ejemplo, sugieren que la herencia que le dejará este Gobierno al que lo suceda en diciembre de 2023, será incluso peor de lo que le dejó Cristina Kirchner a Mauricio Macri a fines de 2015.
Consultatio Financial Services planteó un horizonte muy pesimista para el año. “Estimamos una caída de reservas netas de USD 6.300 M, lo que implica terminar el año con un stock algo por encima de los USD 1.000 millones”, aseguraron en el informe. “Se trata de un nivel comparable con los mínimos históricos e incluso por debajo del registrado en la transición presidencial de 2015.
Esto significa que el titular del BCRA, Miguel Pesce, prácticamente perdería todo lo acumulado sobre todo en el segundo semestre de 2022. La implementación de las dos versiones del “dólar soja” en septiembre y diciembre, con un tipo de cambio diferencial, le permitieron cumplir al Gobierno cumplir con la acumulación de reservas comprometida con el Fondo.
Pero este año viene todavía más desafiante. Otro informe, en este caso de la consultora Equilibra, explica que ya el primer trimestre viene complicado. “Tras haber pagado intereses de deuda soberana y al FMI en enero, restarían acumular USD 1.100 millones hasta marzo”.
Aunque el año viene complicado en materia de divisas, hay algunos factores que podrían ayudar. El nuevo gasoducto reduciría el volumen de importaciones, el swap con Chino ayudaría a no perder reservas netas y no hay que descartar alguna “sorpresa” de Massa que ayude a incrementar el stock de divisas del Central
Para lo que resta del año también aparecen muchos desafíos. Por ejemplo, habrá pagos netos al FMI por más de USD 3.400 millones a lo largo del año. Además habrá menos divisas para adelantar a través de un nuevo dólar soja a causa de la sequía y los agentes tienden a dolarizar activos antes de las elecciones.
Claro que también habrá algunos factores que jugarán a favor y permitirán defender mejor las reservas netas acumuladas por el Central. Por un lado, los pagos de deuda en dólares a privados siguen en niveles muy bajos y apenas suman USD 2.100 millones, apenas por encima de 2022. La utilización del swap con China para importaciones implicaría pagar esos compromisos utilizando reminbi, la moneda de ese país.
En caso de implementarse, el resultado sería una caída de reservas brutas, pero no de las netas. Al mismo tiempo se espera que el nuevo gasoducto reduzca significativamente la necesidad de importar gas en invierno. Y por último el “dólar Qatar” implica que los argentinos que viajen al exterior demanden menos reservas y compren más billetes en el mercado informal.
El Banco Central consiguió acumular reservas durante la primera quincena de enero, más allá del vencimiento semestral de bonos en dólares por unos USD 1.000 millones. Las intervenciones más fuertes estuvieron relacionadas con la compra de divisas ingresadas por China para la construcción de represas en Santa Cruz.
Se descuenta que el cepo cambiario se mantendrá muy férreo para evitar que se disparen las importaciones, en un contexto de escasez de oferta de divisas. Por lo tanto, se esperan problemas crecientes para que las empresas puedan acceder a insumos importados. Aunque es un tema que se menciona poco, incluso en las cámaras empresarias, está creciendo nuevamente la cantidad de empresas que optan por presentar recursos de amparo ante las dificultades para importar.
Mientras tanto, se mantiene un importante stock de deuda comercial en dólares, que las consultoras estiman entre USD 7.000 y 10.000 millones. Se trata de importaciones autorizadas por el Gobierno, pero sin entregar los dólares y con la promesa de hacerlo a los 180 días. Se calcula que esa deuda comercial se mantendrá constante o incluso podría crecer a lo largo del año. Mientras tanto, las compañías terminan utilizando dólares propios para importar, lo que implica hacerlo al tipo de cambio del “contado con liquidación”, superior a los $ 340 en vez de los $ 180 del dólar oficial.
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