La Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo registró en noviembre 2022 una nueva disminución del retiro voluntario del trabajador de su puesto estable en relación de dependencia en el sector privado, representó el 54,1% del total de la reducción de la nómina, la menor proporción en un año.
De todas formas, esa ponderación se mantiene un 20% por arriba del promedio de la serie de 16 años, pese a que el nivel de actividad agregada está apenas 7,7% por arriba del nivel medio de ese período.
De la serie oficial del movimiento de los trabajadores asalariados en empresas privadas con más de 9 empleados en relación de dependencia surge que en tiempos de reactivación de la economía aumentan los retiros voluntarios, en busca de mejores oportunidades laborales, y, por el contrario, disminuyen, cuando tiende a enfriarse y se genera el denominado “efecto desaliento”, el cual arrastra a la baja la tasa de participación de la población en el mercado de trabajo.
Esa correlación se advierte con claridad cuando se grafican la serie de la EIL y la del Estimador Mensual de Actividad Económica del Indec, con un punto de referencia común, en este caso los promedios de 2007, un año de relativa bonanza general.
En tiempos de reactivación de la economía aumentan los retiros voluntarios y, por el contrario, disminuyen, cuando la actividad tiende a enfriarse
Por el contrario, en sentido inverso se movió la proporción sobre el total de la disminución de la nómina de la decidida por las empresas, principalmente “por razones de la demanda de bienes y servicios que produce”, aclara la estadística laboral. En este caso se ubicó 13% por debajo del promedio histórico.
Modalidad legal de las bajas
Un claro reflejo del efecto del enfriamiento que comenzó a registrar el índice de actividad general fue el aumento notable de los despidos sin causa, ascendió en noviembre último a 9,1% del total de las desvinculaciones, no sólo se elevó 6,4 puntos porcentuales respecto de igual mes del año previo, sino también en la proporción más alta desde febrero 2020, previo a que la economía se viera alterada con las medidas extremas de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, por la llegada al país del Covid-19.
De todas formas, pese a que también se han atenuado las expectativas expansivas de la nómina por parte de las empresas, el índice de despidos que surge de la EIL se mantuvo singularmente por debajo de la proporción de los dos dígitos porcentuales que prevaleció entre 2008 y 2019, bajo las dos presidencias de Cristina Fernández de Kirchner y la única de Mauricio Macri.
Una vez más, la principal causa de la baja laboral fue la renuncia, con 51,5% de los casos, que es la forma consensuada que lograron instalar empleador y empleado para eludir la complejidad de la instalada “industria del juicio laboral” que afecta a las dos partes con fallos de indemnizaciones multimillonarias que debe pagar uno y cobro con sustanciales quitas al otro. Subió en un año en 0,2 puntos porcentuales, y superó en 4,5 pp al promedio histórico.
La renuncia, 51,5% de las bajas, es la forma consensuada que lograron instalar empleador y empleado para eludir a la instalada “industria del juicio laboral” por despido
Más atrás, y con sendas disminuciones en el año y respecto del promedio de la serie se ubicó la “finalización del contrato por tiempo determinado”, con 11,5%, excluidos los casos vinculados directamente con la actividad de la construcción, pública y privada, los cuales representaron 9,6% del total, se elevó en 2,4 pp en un año.
Y como quinta causa de las desvinculaciones de los trabajadores en relación de dependencia la serie laboral identificó a la “finalización del período de prueba”, con 8,3% del total, registró sendas subas de 2,2 pp en un año y de 1,2 pp en comparación con la media histórica.
La finalización del período de prueba fue con 8,3% de los casos, la quinta causa de la desvinculación laboral
Por el contrario, mantuvieron baja participación, los retiros explicados por “despidos con justa causa -incluye razones disciplinarias-: 2,7% del total; y jubilación 1,9%; otros factores sumaron el 5,4% restante.
Notable caída de los puestos vacantes
En línea con lo anterior, la EIL detectó en noviembre 2022 la tercera baja consecutiva de la proporción de empresas con puestos vacantes, se redujo a 4,1% del total, tras anotar un pico de 12,8% seis meses antes, 10,1% del promedio histórico.
Sin duda, la virtual eliminación de las posiciones sin cubrir, no se originó en un proceso virtuoso de la economía en general y del mercado laboral en particular, sino casi exclusivamente al período de “espera” que en forma natural parece haber coordinado los responsables de recursos humanos para encarar programas de reincorporaciones asociado a la expectativa de un ciclo virtuoso para los negocios en el corto plazo.
En comparación con noviembre 2021 subieron levemente las proporciones de puestos vacantes en las franjas de profesionales, pasó de 14,9% a 21,4% de los casos; y la de operarios, de 41,5% a 44,4 por ciento.
Por el contrario, disminuyeron las posiciones sin cubrir en el área de técnicos, de 31,7% a 25,5%; y en menor medida en la de personal no calificado, de 11,8% a 8,7% del total.
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