El Banco Central ratificó ayer, tal como se esperaba, que no bajará la tasa de política monetaria, que impacta en el rendimiento de los plazos fijos, a pesar de que el INDEC informó una inflación de 5,1% lo que la aleja, por segundo mes consecutivo, de los registros récord de mediados de año que indujeron, precisamente, el salto en la tasa de interés.
Desde el equipo económico dejaron trascender, incluso, que esa política se mantendrá como mínimo hasta marzo. Detrás de esa decisión, que algunos analistas del mercado comienzan a criticar y consideran directamente “mala praxis”, se esconde el temor de nuevas presiones cambiarias. Y también la preocupación oficial de que el exceso de pesos que dejó la mega emisión monetaria durante diciembre redunde en un recalentamiento de la inflación, que bajó al 5% promedio en los últimos dos meses.
El objetivo, afirmó una fuente en la mesa de decisión, es estimular la demanda de pesos para el carry trade, es decir, motivar a los ahorristas e inversores a apostar al rendimiento que brinda una tasa de interés alta en vez de dolarizarse, lo que ampliaría la brecha cambiaria. De hecho, las cotizaciones libres del dólar ya reflejaron durante las últimas dos semanas, una mayor presión.
Al revés de lo que ocurrió durante los primeros siete meses, cuando la entidad monetaria estaba en el centro de las críticas por mantener tasas reales negativas, es decir, por debajo de la inflación, la pregunta que sobrevuela ahora en el mercado es por qué, con un avance de precios más moderado (aunque igualmente alto), el Central aplica la estrategia inversa y mantiene el nivel de interés en terreno “excesivamente” positivo. En el equipo económico reconocen la principal razón: “El dato de ayer no consolida una tendencia bajista”, afirman.
Sin embargo, el análisis se centra ahora en la creciente diferencia entre las variables. “Claramente la tasa, en términos reales, está muy alta, tiene una brecha de más de un punto con la inflación. Pero también es cierto que lo que viene para adelante no es sencillo, por lo menos entre enero y marzo va a ser difícil, con aumentos establecidos de paritarias, tarifas y las subas estacionales de cambio de temporada”, apuntó Lorenzo Sigaut Gravina, el director de la consultora Equilibra, quien no dejó de lado la cuestión financiera. “Se está dando un premio muy grande para mantenerse en pesos, para la famosa bicicleta financiera. El problema se puede producir cuando las ganancias de esas tasas tan atractivas se quieran dolarizar”, alertó. Con un año electoral por delante, esa advertencia cobra absoluta relevancia.
Lo cierto es que, ante la mega emisión de pesos en diciembre, producto en parte del típico aumento de demanda de dinero pero también de la implementación del “dólar soja 2″, que volcó a la plaza más de $500.000 millones en el mes y de la intervención del BCRA en el mercado de bonos en pesos, el Gobierno apunta a que esa dolarización sea lo más gradual posible. Particularmente en un contexto en el que, a pesar de los menores registros inflacionarios del bimestre pasado, las expectativas son todavía muy altas y divergentes de las intenciones oficiales.
“Hasta que no cambien las expectativas, va a costar bajar la tasa en el corto plazo. Lo que espera el mercado difiere mucho de lo que dice el Gobierno”, sostuvo Sebastián Menescaldi, director de EcoGo, quien consideró “lógica y prudente” la política del Banco Central.
Sin embargo, esa estrategia divide aguas y opiniones entre los expertos. Por caso, el analista financiero Christian Buteler puso el foco en el diferencial de rendimientos. La inflación actual equivale a una tasa efectiva anual de 80% mientras que bonos del Tesor como el TO23 o TO26 están rindiendo entre 99% y 105%, por lo cual consideró que mantener la tasa efectiva anual del BCRA en 107% “es regalar plata” y una “mala praxis”
“El BCRA debería bajar la tasa, que tiene que ser positiva pero no tanto como está quedando. Está bajando la tasa de los bonos en el mercado secundario y también en el primario, lo que correspondería es que baje la tasa de política monetaria. Más que nada porque lo ideal es dejar la tasa del Tesoro liderando. Es un error del Banco Central no bajar la tasa y después tener que salir a sostener los bonos, que se sostendrían mejor solos si la bajara”, dijo Buteler.
En un comunicado difundido ayer apenas conocido el dato de inflación, la entidad que conduce Miguel Pesce, fue explícito al remarcar que la autoridad monetaria considera que mantener inalterada la tasa de referencia “contribuirá a la desaceleración gradual de la inflación en el mediano plazo, consolidando la estabilidad financiera y cambiaria” y agregó que “la calibración de las tasas de interés en terreno positivo en términos reales garantiza la protección del ahorro en pesos y contribuye a mantener ancladas las expectativas cambiarias, favoreciendo el proceso de desinflación”.
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