La Argentina realizó el mes pasado importaciones por un total de USD 5.380 millones, lo que significó una diferencia de USD 836 millones respecto al mismo mes del año anterior, equivalente a una caída del 13,4%, según proyectó el IERAL., insitituto económico de la Fundación Mediterránea, donde destacaron que lo llamativo del dato es el máximo alcanzado tan solo cinco meses antes.
En ese sentido, desde el organismo destcaron que en junio se había registrado un incremento del monto importado del 45%, también en términos interanuales. “Se pasó de positivo a negativo, con un cambio de ritmo de 58,4 puntos porcentuales, en apenas un semestre”, indicó Maximiliano Gutiérrez, especialista del Ieral.
“La recaudación del IVA (neto de devoluciones), exhibió una caída de 3% interanual en diciembre, rompiendo una racha de 13 meses consecutivos de crecimiento real. Hubo una marcada diferencia entre la recaudación obtenida por la Dirección General Impositiva, que creció 10,1%, por encima de la inflación, y la de la Aduana, con una caída del 23,7% en términos reales, lo que revela el fuerte freno en el comercio exterior por la implementación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA)”, explicó el experto.
La recaudación total, cabe aclarar, habría cerrado el 2022 en un valor total de $19.982 miles de millones, mostrando un crecimiento real del 5,3% contra el 2021, según la estimación de Fundación Mediterránea.
Las restricciones desaceleran las importaciones
La información sobre recaudación permite seguir de cerca la trayectoria de las importaciones, a través del comportamiento de lo recaudado en concepto de IVA Aduana, medido en dólares al tipo de cambio oficial.
“Como puede apreciarse, a partir de julio se produjo una marcada desaceleración de las importaciones a medida que el Gobierno comenzó a hacer más restrictivas las autorizaciones, intentando preservar las cada vez más escasas reservas”, señaló Gutiérrez.
En contraparte, la implementación del “dólar soja II” de diciembre dejó un incremento temporal de reservas y de recaudación por retenciones a las exportaciones, al costo de un significativo impacto monetario. “Al comprar caro ($230) los dólares de la soja, y vender barato ($171,43) las divisas a los importadores, la autoridad monetaria terminó emitiendo un neto de $513.000 millones (11,4% de la base monetaria). El tipo de cambio al que se acumularon las reservas terminó siendo de $268,4 por dólar”, sostuvo el informe.
Balanza comercial positiva
Aunque la caída de las importaciones es alarmante, todo parece indicar que el Gobierno nacional cumplió con el objetivo de cerrar el 2022 con balanza comercial positiva.
Según el último informe de “Intercambio comercial argentino” publicado por el Indec, en el acumulado de los primeros once meses del 2022 Argentina logró exportaciones por USD 82.293 millones y realizó importaciones por USD 76.493 millones, de donde se desprende que se obtuvo un saldo positivo de USD 5.800 millones en ese período.
La fuerte caída de los productos importados registrada en diciembre -según la estimación del Ieral- anticipa que el informe correspondiente a diciembre mostrará una tendencia similar, más aún considerando el ingreso de dólares que alentó la implementación del “dólar soja II″.
Por lo pronto, las estadísticas muestran que la mayor parte de las exportaciones logradas entre enero y noviembre del año pasado se dieron en el rubro de “manufacturas de origen agropecuario”, con USD 30.767 millones exportados. Le siguieron en orden de importancia los productos primarios (USD 22.586 millones), las manufacturas de origen industrial (USD 21.389 millones) y los “combustibles y energía” (USD 7.551 millones).
En lo que respecta a las importaciones, el rubro más significativo durante el año pasado fue el de “bienes intermedios”, con un saldo de USD 28.161 millones, seguido por “piezas y accesorios para bienes de capital” (USD 14.011 millones) y “combustibles y lubricantes” (USD 12.419 millones). Este último, tuvo particular protagonismo en mayo, junio y julio, cuando los faltantes de gas y gasoil obligaron a realizar importaciones extraordinarias, muy por encima de un año normal, con un nivel de precios que fue impactado por la guerra en Ucrania y elevó la cuenta de salida de divisas para el pago de dichas importaciones.
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