La inflación de diciembre se ubicó en 5,1%, según infirmó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Con ese registro, la variación de precios durante todo 2022 ascendió a 94,8%, la más alta desde 1991, año en que el índice marcó 84% anual. El dato mensual estuvo ligeramente por encima de la expectativa instalada por el propio ministro de Economía, Sergio Massa, quien había anticipado que el IPC del mes pasado se ubicaría por debajo de 5%, como ocurrió en noviembre.
El rubro que más aumentó, altamente influido por la estacionalidad, fue “restaurantes y hoteles”, con un avance7,2%, pero la suba que más preocupación genera es la de “alimentos y bebidas no alcohólicas”, que registró un repunte de 3.5% que había aumentado en noviembre a 4,7% el mes pasado.
La segunda división de mayor aumento en el mes Bebidas alcohólicas y tabaco (7,1%) y, según informó el INDEC, el incremento del servicio doméstico del mes pasado en Equipamiento y mantenimiento del hogar (5,9%); el de los combustibles, con incidencia en Transporte (5,8%); y de la cuota de medicina prepaga, dentro de la división de Salud (5,7%).
“La suba de Alimentos y bebidas no alcohólicas (4,7%) fue la que más incidió en la mayoría de las regiones. Se destacó el aumento de Frutas; Aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos; Pan y cereales; y, en algunas de las regiones, Verduras, tubérculos y legumbres”, dijo el organismo estadístico y agregó que “a nivel de las categorías, el IPC Núcleo (5,3%) lideró el alza mensual, seguido por Regulados (5,1%)”.
En términos de resultados acumulados, con el número de diciembre, el gobierno de Alberto Fernández alcanzó un 300% de inflación desde diciembre del 2019 y superó en 3 años a la variación de precios acumulada durante los cuatro años de la administración anterior. El dato marca el mayor incremento durante un gobierno desde principios de los 90.
Con todo, el indicador difundido se mantiene alejado del pico que marcó la inflación durante el año pasado, cuando tras las severas restricciones a las importaciones y la traumática salida del ministro de Economía, Martín Guzmán, el dato mensual de la inflación, trepó en julio a 7,4%, para descender a apenas unas décimas en agosto, a 7% mensual.
Septiembre y octubre marcaron una desaceleración gradual, con el índice en 6,3% y 6,2% hasta que el IPC de noviembre marcó la diferencia con una desaceleración a 4,9%, impulsada por la baja en alimentos. Fuertemente impactada por el precio de la carne, que se mantiene como uno producto con menor variación en todo el año, muy por debajo del nivel genera, la categoría alimentos y bebidas fue la que menos subió.
Un dato que generó preocupación en los días previos al anuncio de INDEC, y que se fundamenta con el dato publicado, es que el rubro alimentos y bebidas que mide la ciudad de Buenos Aires tuvo un repunte en diciembre a pesar de Precios Justos: después de haber aumentado un 4,2% en noviembre trepó 4,7% el mes pasado.
El jefe de estadísticas porteño, José Donati, explicó que en la medición realizada por la Ciudad se notó una fuerte diferencia entre los precios de alimentos en los supermercados (donde llega el programa Precios Justos) y el resto de las superficies, como mercados de cercanía o autoservicios, por ejemplo, donde no se aplica este programa.
En la medición del INDEC el incremento de los alimentos se moderó a 3,5% en noviembre pero esa tendencia no logró sostenerse. Por eso los expertos creen que no será sencillo mantener el índice por debajo de la inflación promedio, dados los problemas de acceso a los insumos importados y los aumentos salariales ya negociados por las empresas, entre otras cuestiones. Más aún, creen que es posible que a partir de marzo la intención de Massa sea que las futuras listas de incrementos que llegan a los supermercados incluyan aumentos solo de 3% y no del 4% como se negoció para estos 120 días.
Seguir leyendo: