Los sectores aceitero y de la molinería negocian a contrarreloj con el equipo económico la continuidad de los fideicomisos que permiten llegar con los productos a precio subsidiado a los consumidores. En el caso del aceite, el subsidio llega a las botellas de 900 ml y 1,5 litro de soja, girasol y mezcla, mientras que con la harina, si bien había arrancado exclusivamente para las bolsas de 25 kilos, luego se extendió a todas las presentaciones.
El fideicomiso aceitero, que es financiado por el sector exportador, se quedó sin recursos a mediados de diciembre y desde entonces no hubo solución. En el sector afirman que el ministro de Economía, Sergio Massa, les había prometido hacerse cargo, con parte de la recaudación del dólar soja 2, del subsidio durante el verano –ya que en marzo volvería a estar vigente el privado–, pero no hubo novedades.
Mientras tanto, las empresas dejaron de entregar mercadería a los supermercados y sólo comercializaron las marcas que habían quedado fuera del fideicomiso (son pocas) y que arrastraban precio de mercado.
El fideicomiso aceitero, que es financiado por el sector exportador, se quedó sin recursos a mediados de diciembre y desde entonces no hubo solución
La negociación con la Secretaría de Comercio se fue dilatando, pero se resolvería en los próximos días, dijeron varias fuentes, quienes agregaron que la intención es retomar con el fideicomiso en febrero, con aportes, en la transición, del dólar soja 2, como estaba previsto.
Luego, en marzo, vuelve a correr el aporte de los exportadores, que tiene un máximo de USD 190 millones anuales y subsidia el precio salido de fábrica de los aceites refinados de soja, girasol y sus mezclas en envases de 900 ml y 1,5 litros. En 2022, por la fuerte suba de precios, los fondos se agotaron en septiembre, por lo que la exportación puso otros USD 50 millones, que también se terminaron. Trascendió que una posibilidad, hacia adelante es que el fideicomiso ya no subsidia el aceite de girasol y que sólo sostenga el precio bajo de los aceites mezcla.
En el caso de la harina, el subsidio llega a través del Fondo Estabilizador del Trigo (FETA), que nació en marzo del año pasado para subsidiar la bolsa de harina de 25 kilos y que, de esa manera, las panaderías puedan vender el pan más barato. En ese momento, el Gobierno subió las retenciones de la harina y el aceite de soja del 31% al 33% y lo financió con ese aporte, pero los derechos de exportación ya están nuevamente en 31%, por lo que a partir de ahora el subsidio será financiado con dos puntos de esas retenciones, dijo una alta fuente de Economía. También es cierto que el fisco tuvo ingresos adicionales por retenciones con el dólar soja 2, ya que se cobraron sobre un valor de liquidación de 230 pesos.
El FETA aún tiene fondos para cuatro meses más, pero aún así el Gobierno sacaría en los próximos días un decreto que establecería el mecanismo de financiamiento a partir de ahora. A pesar de las dudas que este fideicomiso generó al comienzo, especialmente respecto del posible incumplimiento en el pago por parte del Estado, finalmente viene funcionando bien y más molinos estarían ingresando en los próximos días, anticiparon en la industria.
El FETA aún tiene fondos para cuatro meses más, pero aún así el Gobierno sacaría en los próximos días un decreto que establecería el mecanismo de financiamiento a partir de ahora
Además dijeron las fuentes, “ya no se habla del precio del pan, sino que el fideicomiso continúe para el precio de la harina en general y el impacto en los distintos farináceos, ya que si se excluyen los productos frescos de la canasta básica, estos alimentos impactan un 66%”. La base del subsidio aumenta 4% por mes, como los precios, en el marco del programa Precios Justos.
El objetivo del equipo económico es intentar sostener todos los programas vigentes, y más especialmente aquellos que tienen como objetivo mantener a raya los precios de los alimentos. De hecho, Massa ya dejó trascender que Precios Justos se extenderá, aunque todavía no definió las condiciones. El congelamiento de 1.800 productos vence a fines de febrero, por lo que todavía hay tiempo. Para el resto, la idea oficial es mantener la pauta del 4% mensual.
l año es electoral y se buscará a toda costa generar un aumento del poder adquisitivo de la población y mostrar un camino de desaceleración sostenida de la inflación.
Seguir leyendo: