La reapertura permanente de paritarias y algunos planes oficiales con tasa subsidiada permitieron sostener los niveles de consumo apenas por debajo de la inflación, según la consultora de un ex ministro del gobierno de Mauricio Macri.
El reporte de Abeceb, fundada por Dante Sica, expresó que “el consumo tiene dos factores claves: el poder de compra de los salarios y las opciones de financiamiento”.
“En tal sentido, el salario real en 2022 no perdió lo esperado contra la inflación debido a la apertura de paritarias y negociaciones permanentes. Cierra el año en -0,4% para registrados privados, lo que explica en parte el sostenimiento del consumo masivo y de bienes semidurables”, explicó el informe sectorial preparado por la economista Natacha Izquierdo.
En particular, se explicó que “la extensión de los planes Ahora 12, 18, 30 y todas sus definiciones, incentivaron el consumo de electrodomésticos y electrónica de consumo como resguardo de valor, pero sobre todo como una alternativa para colocar los pesos excedentes ante un escenario con distorsión de precios relativos y alta inflación”.
De este modo, según la consultora del ex ministro de Trabajo y Producción de Macri, “el 2022 cierra con balance positivo, impulsado por un mayor consumo en el primer semestre del año, con signos de desaceleración a partir de julio sostenido hasta el final de año”.
Panorama sectorial
En términos sectoriales, el balance 2022 y las proyecciones 2023, es el siguiente:
-Sector automotriz: el mercado de vehículos 0km cerró el 2022 superando 407 mil unidades vendidas -un 6,7% por encima del 2021-, con una participación récord de los vehículos nacionales (57,7% versus 38% promedio últimos 10 años) como consecuencia de la administración del comercio que, a través de las SIRA, ha limitado el ingreso de unidades importadas (172 mil en 2022 versus un promedio de 426 mil en los últimos años). En relación con el mercado de motos, también afectado por la escasa disponibilidad de motovehículos importados, “en el 2022 las ventas crecieron un 6% respecto del 2021, tras cinco meses consecutivos de caídas interanuales de las ventas, entre agosto y diciembre”.
Para este año, Abeceb prevé “una dinámica similar a la del 2022 en ambos mercados, con perspectivas de crecimiento del 4% para las ventas vehículos y del 6% para las motos, en donde la escasez de modelos importados continuará siendo la principal limitante por el lado de la oferta”.
Además, “para el segmento de motos se apuesta a la ampliación de los planes de financiamiento como mecanismo para dinamizar la demanda”.
-Consumo masivo: Las ventas en supermercados se incrementaron un 1% en términos reales respecto a 2021, “presionadas por el menor poder adquisitivo de los compradores, que llevó a que más familias reacomodaran hábitos de consumo y recortaran gastos, optando por segundas marcas y organizando las compras mensuales para ganarle unos pesos a la inflación”. De esta manera, “más del 50% de la población disminuyó las compras de bienes básicos del rubro alimentos y bebidas, que cerraría el año con una producción cercana al 4,1% interanual”.
De cara al 2023 “se espera una desaceleración en la producción general dentro del sector en 3,9% interanual y el consumo estará supeditado a la evolución del salario real y en alguna medida a la continuidad de programas que pisen precios de la canasta básica”, como Precios Justos, que, según indicó el ministro Sergio Massa, continuará todo el año.
-Electrónica y electrodomésticos: en términos de producción, electrodomésticos y electrónica, el consumo cerró 2022 “con un incremento interanual del 10,1% y 9,1% respectivamente, traccionado por el mercado doméstico, ya que más del 90% de la producción tiene como destino el mercado local”.
“Si bien para 2023 se espera una leve desaceleración en la producción, se mantendría en números positivos con 9,3% para electrodomésticos y 5% para electrónica de consumo”, indicaron los analistas de Abeceb.
Al respecto, se precisó que “uno de los principales drivers para la demanda es la disponibilidad de planes de financiamiento, como los Planes Ahora, sobre los que extendieron los plazos de caducidad para mantenerlos”.
Tras una inflación que cerró en torno del 95% en 2022 -y la proyección de los analistas privados con un 99% en 2023- la variación del consumo seguirá dependiendo de la poco saludable reapertura permanente de las negociaciones salariales, producto de la alta suba de los precios, y de los incentivos que el Gobierno quiera mantener de cara a unas elecciones presidenciales complejas en octubre próximo.
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