Pese al temor inicial, prevén que la crisis en Brasil no frenará la buena racha argentina en el mercado

El contexto de tasas internacionales y el precio de los commodites influye más que cualquier crisis política, por eso genera más tensión la inflación en Estados Unidos que las marchas bolsonaristas

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Aunque retrocedió el real, el
Aunque retrocedió el real, el índice de la Bolsa de San Pablo, el Bovespa, no acusó el impacto de la crisis política en el país (EFE/Sebastião Moreira)

A pesar de la prevención inicial y de la cautela que mostró el propio mercado brasileño en el comienzo de las operaciones, la realidad de las finanzas y el empuje del contexto internacional se impuso ayer sobre cualquier temor a las consecuencias de la inestabilidad política en Brasil.

La Bolsa local mantuvo la racha alcista, con un avance de 0,9% que hace que, medido en dólares, las acciones líderes en su conjunto hayan ganado 8% en las primeras seis jornadas del año. También los ADR –acciones de empresas argentinas que cotizan en Nueva York– registraron fuertes subas mientras que los bonos en dólares mantienen el rally que experimentan desde hace más de un mes con subas de 2,5% en promedio. Nada, al menos por ahora, detiene la fiesta.

Esto a pesar de que, si bien hace ya muchos años que los traspiés económicos de la Argentina suelen ser irrelevantes en términos de contagio en el mercado de capitales para los países vecinos, no ocurre lo mismo en el sentido inverso: una crisis en Brasil o incluso una gestión económica resistida por los inversores puede tener impacto directo en la más que precaria situación cambiaria, por la salida de dólares de la región que eso podría implicar y que se sumaría al panorama ya de por sí muy complejo que tiene la Argentina por delante en función de la extendida sequía que podría restar hasta USD 10.000 millones de divisas este año.

Por eso, las alertas a primera hora de la jornada estaban ayer todas encendidas y los primeros informes advertían sobre el impacto en los activos brasileños. Pero no sólo eso: “Será relevante la reacción del mercado frente a los hechos ocurridos en Brasil, donde algunos seguidores de (Jair) Bolsonaro tomaron la Corte Suprema, el Congreso y el Palacio Presidencial. Estos hechos podrían no solo afectar los Cedears de dicho país, sino también repercutir sobre el equity (mercado de acciones) local”, advirtió a primera hora la consultora de inversiones PPI.

La advertencia, sin embargo, se volvió vana con el correr de las horas ya que no sólo la performance de los activos argentinos confirmó tener potentes drivers o motores locales sino que incluso el mercado en Brasil reaccionó sin sobresaltos. La moneda de ese país, el real, cedió 2,5% pero el Bovespa, índice bursátil brasileño, cerró prácticamente sin cambios tras una semana de subas.

“El de Brasil fue un evento demasiado particular que no pareciera ser un factor disruptivo estructuralmente, sólo algo de ruido” (Chialva)

Así, a última hora de ayer, los analistas volvían a poner el foco exclusivamente en el dato de inflación de Estados Unidos, que se conocerá este jueves, igual que en la Argentina. El dato del país norteamericano es relevante porque de no confirmarse la expectativa de 0% de inflación mensual para diciembre, el mercado se derrumbaría nuevamente ante la posibilidad de un nuevo endurecimiento de las políticas de tasas de interés y el aumento de las probabilidades de recesión. Eso sí frenaría el rally de las acciones y bonos argentinos.

Por un lado, existen motivos puramente domésticos que alimentan la suba de activos argentinos –o argy, como suelen decir los operadores–, esencialmente los precios completamente deprimidos a pesar de las fuertes subas de las últimas semanas combinado con las expectativas que generan las elecciones de este año en el mercado, lo que ya se empieza a conocer popularmente como el “trade electoral”, y también el exceso de pesos buscando algún tipo de rendimiento que proteja a los inversores de la inflación. Pero, por el otro lado, todos esos factores se conjugan con un elemento sine qua non, que es el que determina la tendencia: el contexto internacional.

Una imagen de los destrozos
Una imagen de los destrozos en el Congreso de Brasil, en Brasilia (REUTERS/Adriano Machado)

Después de un 2022 complejo para el mercado global, finalmente llegó sobre el fin de año la luz del final del túnel y eso impulsó un buen clima de negocios que también benefició a la Argentina. Si eso se revierte, los precios volverán a bajar aunque ya estén bajos y no habrá trade electoral que convenza a los operadores.

“El de Brasil fue un evento demasiado particular que no pareciera ser un factor disruptivo estructuralmente, sólo algo de ruido. La Argentina está yendo ahora por otro camino, en un contexto de tasas de interés global ahora para abajo, después de un 2022 malo. Eso se dio vuelta y la Argentina empezó a andar bien”, opinó Leonardo Chialva, socio de Delphos Investments, quien consideró que en el mercado de acciones, más allá del “boom petrolero” que impulsó fuerte las acciones de compañías del sector, el resto se mueve por componentes domésticos como los cambios normativos y el excedente de emisión monetaria, “todo en el contexto global de precios de los commodities muy altos que permite neutralizar cualquier evento político”.

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