La Reserva Federal podría desacelerar aún más el ritmo de alza de las tasas de interés de referencia en los EEUU previstas para este año, después de una serie de datos económicos conocidos esta semana en el país norteamericano.
Las fuertes subas de los tipos de interés aplicadas por el banco central de los EEUU para ponerle freno al proceso inflacionario están generando sensibles efectos sobre la actividad, lo que permite a los analistas trazar proyecciones más optimistas respecto del “endurecimiento” monetario.
El crecimiento de los salarios en EEUU se enfrió en diciembre, indicio de que la suba de tasas empiezan a aliviar la presión inflacionaria
Por ese motivo, los operadores bursátiles aumentaron las apuestas a que el banco central estadounidense reducirá aún más su ritmo de subidas de tipos en su próxima reunión.
Tras el informe del Departamento de Trabajo, los operadores de futuros de los fondos federales valoraron en un 70% la probabilidad de que la Reserva Federal suba los tasas sólo un cuarto de punto porcentual en su próxima reunión del 31 de enero al 1 de febrero, frente al 30% de un alza de medio punto, igual a la de diciembre. El rango objetivo actual es del 4,25 al 4,5 por ciento.
“Los operadores también recortaron las apuestas a nuevas subidas de tasas, y ahora ven una probabilidad ligeramente superior a la mitad de que la Reserva Federal termine su actual ronda de endurecimiento de la política con tasas en torno al 5%, sobre la base de los precios de los futuros de tipos de interés”, informó Reuters.
Los 223.000 nuevos puestos de trabajo creados en los EEUU en diciembre están bastante lejos del promedio mensual del año pasado
La cifra es inferior al rango del 5% al 5,25% que los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal prevén mayoritariamente, y varios de ellos anticipan que serán necesarios tipos aún más altos para reducir la inflación.
Datos que alteran las proyecciones
Las cifras aportadas por la economía norteamericana, como las que reflejaron un enfriamiento de los salarios y la moderación del crecimiento del empleo en Estados Unidos en diciembre, calmaron las preocupaciones sobre la trayectoria de suba de tasas de la Fed.
1) Bajo desempleo. La tasa de desempleo en Estados Unidos bajó dos décimas en diciembre y se situó en el 3,5%, según datos publicados este viernes por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés). Una baja desocupación allanaría el camino para que la Fed sostenga una política agresiva de tasas. Pero en el desagregado de este informe se observaron otras cifras que alertan sobre un impacto en el crecimiento económico que obligan a pensar en una política de la Fed menos restrictiva.
“El problema es que el mercado laboral sigue tenso”, comentó Gary Schlossberg, estratega global del Wells Fargo Investment Institute. “Eso tiene que mantener al mercado en vilo en cuanto a lo que significa para la inflación y lo que haga la Fed al respecto”.
2) Magra creación de puestos de trabajo. Aunque la desocupación norteamericana toca niveles mínimos, la creación de puestos de trabajo se desacelera, todo un síntoma de que el ajuste de política monetaria está impactando y mucho en la actividad.
En el último mes del año se crearon en los EEUU unos 223.000 nuevos puestos de trabajo, 40.000 menos que durante noviembre, en un momento en el que todos observan los efectos que pueden estar teniendo sobre el mercado laboral las subidas de tipos de interés para contener la inflación.
La tasa de desempleo en EEUU bajó al 3,5% en diciembre, más de lo que esperaban los analistas
Así, aunque el dato conocido este viernes muestra una menor tasa de desempleo y la baja en el número de desempleados, que se sitúa en 5,7 millones (frente a los 6 millones de noviembre), la fuerte ralentización en la creación de empleo podría ser el reflejo colateral de las subidas de tipos.
De hecho, señala la BLS, durante todo 2022 -año en el que la inflación se desbocó por los fallos en la cadena de suministro global derivados de la pandemia y la Guerra de Ucrania- se crearon 2,2 millones menos de puestos que un año antes: 4,5 millones, frente a los 6,7 millones de 2021.
3) Débil crecimiento de los ingresos. El informe mostró que los ingresos medios por hora aumentaron un 0,3% en diciembre, más lentamente que el 0,4% de noviembre. Eso quiere decir que aún con un bajo desempleo, no hay una evolución consistente del poder adquisitivo de los trabajadores, un factor que ayuda a frenar la inflación y, por lo tanto, exigiría menos esfuerzos para que la Fed ataque la carestía de precios.
“La Reserva Federal verá estas cifras y dirá que el mercado laboral sigue siendo bastante sólido”, dijo Richard Flax, director de inversiones de Moneyfarm. Y agregó: “Quizá si quisiera ser muy optimista, diría que una desaceleración del crecimiento de los ingresos promedios por hora es algo positivo, pero es un solo dato”.
4) Impacto en los servicios. Un conjunto de datos mostró que la actividad de los servicios estadounidenses se contrajo por primera vez en más de dos años y medio en diciembre, en un contexto de debilitamiento de la demanda, con más indicios de que la inflación está remitiendo. Es sabido que una de las consecuencias más delicadas de subir las tasas de interés es la de contraer la demanda, con impacto en los niveles de actividad.
5) La inflación desacelera en EEUU. Los últimos datos oficiales muestran que los precios se están moderando y la inflación de Estados Unidos volvió a bajar en noviembre, por quinto mes consecutivo, situando su tasa interanual en el 7,1%, seis décimas menos que un mes antes. Eso no quiere decir que la Fed deba relajarse en lo que es su principal objetivo, pero la obtención de resultados ostensibles en este sentido ponen en el centro del debate la posibilidad de una moderación de las subas o bien ponerle fin al proceso alcista de las tasa antes de lo previsto.
La Fed mantiene la “línea dura”
La Reserva Federal realizó siete alzas consecutivas de los tasas de interés para controlar los precios y ahora se sitúan en una horquilla de entre el 4,25% y el 4,5%, el dato más alto en 15 años. Estas subidas, que continuarán durante este año, alertó el organismo, podrían tener efectos en el mercado laboral e incluso llevar a una recesión, explican los expertos.
Los analistas aún proyectan tres subas de tasas extra en los EEUU para este año, que quedarían estabilizadas en un tope de 5,25% anual hasta 2024
En las minutas de su reunión de mediados de diciembre -publicadas el último miércoles-, los funcionarios también subrayaron que una desaceleración en sus aumentos de tasas, de cuatro aumentos consecutivos de tres cuartos de punto a un aumento de medio punto, “no era una indicación de ningún debilitamiento” en su determinación de reducir la inflación a su objetivo del 2% anual.
En general, las minutas mostraron que los funcionarios de la Fed seguían decididos a mantener las tasas altas para sofocar la inflación y no se sintieron muy cómodos con la caída de la inflación desde un máximo del 9,1% en junio al 7,1% en noviembre.
¿Qué significa para la Argentina?
Por ahora, la eventual moderación en el sendero de alza de tasas en los EEUU para este año no deja de ser una especulación. Y desde el vamos, la Fed se encargó de adelantar en sus minutas que no planea una reducción de las tasas desde un nivel que al presente llega al 4,5% anual. Por lo tanto, las economías emergentes se enfrentan a un escenario demarcado por esta referencia decisiva.
“Para este 2023 pareciera que la palabra inflación empieza a quedar atrás y los aumentos de tasas no han terminado. En enero no hay reunión del FOMC, la primera reunión será en febrero, para la que se espera una suba adicional, al igual que en marzo. Luego de estas potenciales subas, ahí se alcanzaría el máximo de la tasa, que hoy por hoy se estima en 5 al 5,25 por ciento. Hay bastante estabilidad en esta expectativa de tasa y a partir de ahí este nivel de tasa se mantendría fijo prácticamente todo el 2023. De acuerdo a las últimas palabras de Jerome Powell, recién en 2024 empezarían a bajar las tasas”, apuntó Norberto Sosa, director del Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
1) Tasas altas y crédito caro. Para un país endeudado como la Argentina, con alto riesgo país y necesitado de crédito internacional que la Fed no contemple recorte de las tasas en 2023 es una noticia negativa. “El escenario de tasas alcistas en los Estados Unidos junto a las dificultades que tendrá la Argentina para pagar la deuda en dólares, hace que sea inviable la tenencia a largo plazo de bonos soberanos en moneda dura. Es clave que se vaya rápido hacia el equilibrio fiscal primario, de lo contrario habrá dificultades para salir al mercado de capitales y hacer frente a los vencimientos que operan a partir de 2025″, comentó Ignacio Morales, analista de Negocios Financieros de Wise Capital.
2) Riesgo de recesión. La Fed aumentó su pronóstico de inflación en los EEUU para 2023 a 3,1% contra 2,8% de su proyección anterior, mientras que redujo su previsión de crecimiento del PIB para la mayor economía mundial este año a 0,5%, frente a la anterior proyección de 1,2 por ciento. Dado que la economía de los EEUU es la más grande del mundo y representa cerca del 23% del PBI global, una desaceleración de la actividad o una recesión -si se tiene en cuenta una expansión económica a menor tasa que el crecimiento vegetativo de la población- tendrá como consecuencia una menor demanda y una merma en el crecimiento económico del resto de los países.
3) Reducción inflacionaria. Los aumentos de tasas apuntan a encarecer el crédito para consumo e inversión, y así enfriar la economía y reducir presión sobre los precios, en un contexto de inflación persistente en Estados Unidos. En ese sentido, tasas altas fortalecerán al dólar respecto de otras monedas y también ajustarán a la baja a los precios de las materias primas medidas en dólares. Para la Argentina eso tiene un efecto neutro; tenderá a reducir los precios internacionales de los productos del agro que exporta, pero también de la energía que importa.
Seguir leyendo: