Aunque la suba se frenó en las últimas jornadas, los bonos argentinos en dólares recuperaron en los últimos meses del 2022 gran parte del amplio terreno perdido desde que debutaron en septiembre de 2020. Con cotizaciones que llegaron a perforar los USD 20 en el momento de mayor tensión económica a mediados de 2022, el rebote hacia fin año fue todo un rally, con una recuperación de hasta 45% de valor desde julio.
Con todo, los precios siguen siendo bajos y, ahora, los bancos de inversión de Wall Street vuelven a poner atención en un mercado que había quedado completamente olvidado para integrar sus carteras.
En particular, llamó la atención un informe de la entidad suiza UBS de la última semana, que advierte sobre las “bondades” de los títulos argentinos, a los que ahora considera una “inversión atractiva”. Hasta la semana anterior, la calificación de la entidad era “neutral”.
Creemos que los bonos argentinos presentan un perfil de riesgo-beneficio atractivo dadas sus valuaciones deprimidas (UBS)
“Creemos que los bonos argentinos presentan un perfil de riesgo-beneficio atractivo dadas sus valuaciones deprimidas, la baja sensibilidad a los drivers de la macroeconomía global como la tasa monetaria de Estados Unidos y una correlación positiva con el precio de las commodities”, sostiene el reporte a sus clientes firmado por Alejo Czerwonko, jefe de Inversiones en mercados emergentes de América latina, y su equipo.
Otros menos optimistas, como el Citi, también apuntaron a una posible mejora de las expectativas de los inversores, aunque destacaron que el ajuste macroeconómico que necesita la Argentina “es enorme y un desafío para cualquier gobierno”.
También desde el Bank of America perciben una mejora del humor para activos argentinos, sin desconocer la gran complejidad que presenta la economía actual. “Hay más interés y mejor humor. De a poco crece el consenso de que Sergio Massa es práctico”, afirmó a Infobae, Sebastián Loketek, director ejecutivo del BOFA, quien incluyó la perspectiva electoral en el análisis. “Se suman las expectativas por las elecciones, la situación es difícil pero la dirección es correcta para precios muy deprimidos”, agregó.
En la mirada de los bancos de inversión, el inicio del año electoral es un factor que alimenta la expectativa de un cambio de signo político en la próxima gestión o, al menos, un distanciamiento de las políticas más radicalizadas en caso de que el oficialismo finalmente lleve en su boleta un candidato moderado.
“La Argentina seguramente tendrá otro año duro, con el gobierno gastando y la inflación acelerando en la medida que las elecciones tomen forma. Los inversores estarán atentos a un potencial cambio de administración que dispararía expectativas positivas”, sostuvo el Citi en su Panorama Global de 2023.
Lo concreto es que lo que se reflejó primero en las cotizaciones entre noviembre y diciembre, en cuya suba influyó des del buen humor de los mercados a nivel global como el cálculo para el pago del Impuesto a los Bienes Personales entre inversores locales, ahora tiene su traducción entre los analistas en New York que vuelven a llamar la atención sobre la existencia de papeles argentinos. Todo, vale aclarar, en el marco de las dificultades que atraviesa la economía argentina y con la perspectiva, incluso, de una eventual nueva reestructuración de esa misma deuda que ahora recomiendan.
La Argentina seguramente tendrá otro año duro, con el gobierno gastando y la inflación acelerando en la medida que las elecciones tomen forma (Citi)
En el “disclaimer” (descargo de responsabilidad) está la clave: el consejo es para inversores avezados con apetito de riesgo. Minoristas y principiantes, abstenerse.
“Si los mercados globales lo permiten, los bonos argentinos pueden seguir subiendo. Una combinación de precios actuales muy bajos, los ajustes económicos que está implementando Massa y su capacidad política para renovar deuda en pesos y acumular algo de reservas. También influye el trade electoral”, opinó Javier Timerman, socio de AdCap y el hombre de finanzas de Wall Street más cercano al gobierno.
En su agenda figura el plan de volver a acercar a varios fondos de inversión de riesgo con el equipo económico. “Ya varios fondos yendo a la Argentina este mes, yo voy el 17 con algunos hedge funds”, anticipó.
Igual que los bancos, el asesor de inversiones hizo su propio descargo: se trata de hedge funds, fondos de cobertura dispuestos a asumir más riesgo y especializados en activos en “distress”.
En el mismo sentido, a pesar de que el UBS considera ahora más atractivos los bonos argentinos, en gran medida porque considera que las elecciones de octubre pueden marcan un “punto de inflexión” que determine un cambio político que conlleve un “mix de mejores políticas económicas”, advierte que el plazo mínimo de inversión debe ser de doce meses y que el escenario base que manejan incluye una nueva reestructuración de la deuda.
Es que el pasado no perdona. “Basados en el largo historial de la Argentina de defaults y reestructuraciones de deuda, no encontramos que la inversión en bonos soberanos del país es apropiada para una estrategia de esperar al vencimiento de los títulos sino sólo para con intenciones de ´trade´ para inversores con apetito de riesgo. También advertimos sobre el volumen de la inversión alocada”, previene el informe del UBS.
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