La Bolsa argentina operó con ganancias en sus principales indicadores este viernes y registró nuevamente un nivel máximo histórico, por el ingreso de inversores que compran activos financieras como cobertura de carteras ante la alta inflación y la constante devaluación que sufre la moneda doméstica.
En una jornada con importantes ganancias de más de 2% en las bolsas de Nueva York, el índice líder S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires subió 2%, a 213.794 puntos, tras haber tocado un récord intradiario nominal de 216.279 unidades anotado con el inicio de los negocios.
Entre los ADR argentinos operados en Nueva York destacaron las alzas de IRSA (+5%) y los títulos bancarios, encabezados por Grupo Galicia con un 4,8 por ciento.
La plaza accionaria trepó 5,8% en esta primera semana del año, luego del importante incremento alcanzado en 2022 con un inusual 142% en pesos y un 43% en dólares “contado con liquidación”.
La economía argentina cerró el año previo con una depreciación en el peso del 40% en promedio, y un alza de precios minoristas que se estima ligeramente por debajo del 100 por ciento.
De esta forma, los papeles argentinos no solo sostuvieron sino que profundizaron la fuerte racha alcista que comenzó a principios del segundo semestre, coincidiendo con la salida de Martín Guzmán del ministerio de Economía y la posterior llegada de Sergio Massa.
Las acciones argentinas siguen su propia dinámica, totalmente ajenas a lo que está sucediendo con los mercados globales
El Merval en dólares, ahora en los 630 puntos, rebotó casi 100 por ciento o más de 300 puntos en seis meses, desde el “piso” de 2022 de 317 puntos del 4 de julio, la primera sesión operativa luego de la renuncia de Guzmán al Ministerio de Economía, un hecho que inquietó a los operadores ante la incertidumbre sobre la política económica.
“Más allá de los vaivenes externos, los activos domésticos continúan haciendo gala de una mayor independencia y firmeza que les permite seguir demorando una saludable toma de ganancias, la cual debería llegar a modo de descanso y consolidación de los niveles”, explicó el economista Gustavo Ber.
En la primera semana post dólar soja 2 el BCRA desaceleró el ritmo de la devaluación y compró USD 62 millones
“Ocurre que aún con los múltiples desafíos económicos a administrar, las miradas comenzarán a dirigirse cada vez más hacia el escenario electoral, y de ahí que las apuestas respecto a un ‘cambio de ciclo’ se combinaron con castigadas valuaciones y dejaron como saldo las fuertes recuperaciones que han venido ensayando en los últimos tiempos”, agregó el titular del Estudio Ber.
“Si bien se esperaba una corrección a corto plazo, el mercado no afloja y los precios rompen con fuerza las resistencias del mercado. En el comienzo del año electoral las acciones locales aparentan ser una buena alternativa para los inversores y, aun considerando el aumento que tuvieron el año anterior se espera que continúen en esta sintonía”, resumió Priscila Bruno, analista de Rava Bursátil.
Un informe realizado por el Grupo IEB (Invertir en Bolsa) anticipó una rotación de su cartera de acciones, favoreciendo al sector bancario. “Nuestro análisis se basa en primer lugar en la percepción de un mejor clima financiero, con licitaciones que le dieron aire al Tesoro y una inflación en leve descenso. Pero además, la decisión de Cristina Kirchner de no presentarse en las elecciones de este año le da una oportunidad a Sergio Massa de presentarse como candidato del oficialismo. Lo consideramos un incipiente ingreso a un trade electoral”, destacó el análisis.
Subió el dólar libre
La divisa ofertada en el reducido mercado paralelo subió un peso este viernes, a 354 pesos. En la semana el dólar libre anotó un incremento de ocho pesos o 2,3% respecto de los $346 del cierre de 2022. La brecha cambiaria con el dólar mayorista, que ganó 31 centavos a $179,25, llegó al 97,5 por ciento.
Por otra parte, el BCRA no efectuó compras este viernes en el mercado de contado (spot). No obstante, finalizó la primera semana del año con saldo neto comprador de USD 61,5 millones, una cifra muy positiva dado que en el verano las ventas del agro son reducidas en comparación al período abril-julio, que concentra las exportaciones de la cosecha gruesa de soja y maíz.
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