Aunque algunos sectores cerraron el 2022 con cierta flexibilización en materia de aprobación de importaciones -por lo menos, la liberación de algunos permisos críticos que amenazaban con frenar la producción-, la problemática de la falta de dólares y su impacto en las compras al exterior lejos está de resolverse. Muchas empresas siguen con pedidos de SIRAs demorados y si hay una situación que los favorece es el receso por vacaciones. Pero las previsiones para este año que acaba de empezar no son alentadoras, ya que el impacto de la sequía en la campaña gruesa se va a sentir en la oferta de divisas.
La UIA envió ayer a sus socios una comunicación en la que se les informó el estado de situación de los pedidos de agilización de SIRAs que se realizaron a través de la institución -por pedido de las distintas cámaras- y los resultados no son auspiciosos. “Desde el 16 de diciembre a la fecha se han remitido listados con más de 3.900 SIRAs pendientes de 593 empresas, de las cuales a la fecha tenemos conocimiento de que se aprobaron el 21% de los casos por el 26% del monto acumulado”, indicó la central fabril a sus asociados mediante un correo electrónico.
“La falta de dólares es un problema real y el ajuste se da por el lado de las importaciones. Y este año vamos a estar en la misma situación”
Y agrega: “Este bajo índice refleja la preocupación de nuestros socios y va en línea con lo relevado en la última encuesta realizada por el CEU. Las demoras y la incertidumbre respecto de los plazos de aprobación están generando paradas de líneas de producción, con el consecuente anticipo de vacaciones o suspensión de personal, así como dificultades financieras para muchas empresas industriales”.
Fuentes de la entidad precisaron que si bien es cierto que a las empresas que hicieron algún tipo de acuerdo de precio se les mejoró la situación para la importación de insumos, para el resto de las compañías continúan los problemas. En el caso del sector de consumo masivo, que firmó la adhesión de Precios Justos, aunque con alguna demora, los permisos fueron saliendo con más rapidez y con plazos de pago más cortos (entre 30 y 90 días), acordes con los aceptados por los proveedores. Lo que sucede es que si Comercio no aprueba las SIRAs, las empresas no pueden cumplir con el abastecimiento del programa, que igualmente está en niveles en torno al 60%, según advierten las cadenas y el propio Gobierno.
Pero no es el único rubro. También hubo acuerdos de precios con los rubros de indumentaria y calzado, insumos difundidos, medicamentos y telefonía celular, en los cuales también hubo un compromiso del Gobierno en liberar más importaciones para que las empresas puedan producir.
El parte de la UIA también expresa que la entidad continúa gestionando ante las autoridades nacionales competentes los reclamos pertinentes, “por las SIRAs observadas de empresas industriales cuya producción está siendo afectada por la demora en la aprobación de esos permisos”.
Consultadas al respecto, fuentes oficiales señalaron a Infobae que se sigue trabajando de manera habitual con la UIA, al igual que con otras cámaras, y se responde a los problemas que van surgiendo. Sobre los números citados en el comunicado, desde el Gobierno los relativizaron ya que “son porcentajes realmente difíciles de comprobar”. “No deja de ser algo por lo menos especulativo hablar de supuestos niveles de paralización que no se compatibilizan con los números oficiales en cuanto a crecimiento de producción o exportaciones”, remarcaron las fuentes.
Según precisó un directivo de la UIA e industrial, durante la primera quincena de diciembre la aprobación de los permisos había mejorado, pero volvió a frenarse en la segunda mitad del mes. En lo que va de enero, dijo, se están aprobando más, pero “hay que ver si continúa todo el mes así”. “La falta de dólares es un problema real y el ajuste se da por el lado de las importaciones. Y este año vamos a estar en la misma situación”, consideró el empresario.
En cuanto a los números expresados en el comunicado, se trata de los reclamos que realizó la entidad de SIRAs que no les salían a los asociados y las cámaras solicitaron a la UIA que intente destrabarlas. Por lo tanto, es apenas un muestreo de una realidad que puede ser más preocupante aún.
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