Pasó la primera semana de 2023 y en el mercado de cambios de produjeron algunos movimientos que permiten especular acerca de cómo será el desarrollo del dólar en este año electoral. Sin el incentivo especial que permitía a los exportadores de soja acceder a un tipo de cambio diferenciado de 230 pesos, se atenuó el rimo de devaluación oficial, aunque apegado a la tasa de inflación. También se frenaron los dólares bursátiles, condicionados por la intervención oficial. Por otra parte, el dólar libre mantiene la presión alcista y a un ritmo superior a la inflación, al como ocurrió en diciembre (+10%) y en noviembre (+8,3%).
1) Desacelera la devaluación del peso. El dólar mayorista es clave para la economía porque es el tipo de cambio vigente para las operaciones de comercio exterior y el que más volumen mueve. Si el dólar libre mueve poco más de USD 10 millones por día, en el segmento de contado del MULC se operan entre 200 y 600 millones de dólares al día, monto sujeto a la estacionalidad de las exportaciones.
Los precios de la plaza mayorista son regulados por la intervención compradora y vendedora del BCRA y también por la estricta regulación de las divisas autorizadas para importadores. En la última semana el tipo de cambio oficial subió 2,09 pesos o un 1,2% respecto de los $177,16 del cierre de 2022.
2) Brecha en torno al 100 por ciento. En este aspecto, la autoridad monetaria estaría respetando un sendero de devaluación que se apega a la inflación esperada -5% mensual- una práctica que se viene manteniendo desde agosto del año pasado. En tal caso, sería de esperar un aumento del dólar libre por encima del dólar mayorista este año, lo que redundaría en una elevada brecha cambiaria que hoy se sostiene en el 97,5% y podría superar el 100 por ciento en 2023.
3) Compra de reservas. La necesidad de acumulación de reservas netas en las arcas del Banco Central, para cumplir las pautas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, llevó el año pasado a establecer un tipo de cambio un 35% más alto para incentivar las liquidaciones del complejo sojero, puntal exportador de la Argentina.
En este punto, destaca como noticia positiva que el BCRA finalizó la primera semana del año con saldo neto comprador de USD 61,5 millones, dado que en el verano las ventas del agro son reducidas en comparación al período abril-julio, que concentra las exportaciones de la cosecha gruesa de soja y maíz. No obstante, es probable que haya que convalidar un tipo de cambio mucho más alto que el presente -como ocurrió en septiembre y diciembre con el dólar soja- para evitar una salida de reservas.
“Tras el fin del Programa de Incremento Exportador II -dólar soja 2- se esperaba, de mínima, que desaparecieran las compras oficiales en el mercado de cambios y, a la larga, que llegaran las ventas”, señalaron los analisas de Portfolio Personal Inversiones. “No nos dejamos llevar por un resultado auspicioso del BCRA y seguimos con el view que las ventas llegarán ante una liquidación del agro que seguirá en mínimos hasta abril”, agregaron.
4) Alza del dólar libre. La divisa operada en el reducido mercado paralelo ganó ocho pesos o 2,3% en la semana, a $354 para la venta. Está claro que las cinco ruedas operativas del 2023 no pueden arrojar conclusiones categóricas acerca de lo que se espera para el resto del año, ya hay una pauta de que esta cotización podría ganarle la carrera a la inflación.
No pasa desapercibido que el dólar libre fue el que menos subió en 2022, un 66,3%, casi 30 puntos menos que la inflación anual y bastante detrás del tipo de cambio oficial. Este año podría darse una dinámica opuesta si se tiene en cuenta que es tradición que en los años electorales crezca la cobertura en billetes ante la expectativa de un cambio de Gobierno y, por ende, de la política económica.
5) Intervención del dólar Bolsa. Tal como ocurrió a partir de 2020, la intervención de entes oficiales en el mercado secundario de bonos, con ventas de títulos en pesos y eventuales compras de esos mismos títulos contra dólares, será una estrategia activa para contener las subas de los dólares negociados en la Bolsa -el MEP y el “contado con liqui”- que en lo que va de enero se mantuvieron estabilizados en un rango de 330 a 340 pesos. Esto contrastó con el ascenso del “blue”, pues estas cotizaciones suelen converger en una misma tendencia, alcista o bajista.
“Los dólares financieros y libre siguen relativamente calmos, al ritmo de las intervenciones que vienen regulando su dinámica -acentuadas sobre el cierre de las ruedas- frente a la habitual mayor dolarización que tiene lugar en los períodos pre electorales y ante la prevista menor demanda de dinero”, apuntó Gustavo Ber.
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