El alto volumen de vencimientos de deuda en el mercado doméstico es, sin discusión, una de las grandes dificultades para la gestión económica del Gobierno. En la medida que el Ministerio de Economía avanza en las sucesivas operaciones de canje y licitaciones para refinanciar esos compromisos, el perfil de deuda se modifica sumando nuevos riesgos y achicando el margen de maniobra oficial para correcciones en materia monetaria y, fundamentalmente, cambiaria.
El canje de títulos del último martes destinado a despejar el horizonte de vencimientos de primer trimestre, que ascendían antes de la conversión a $4,3 billones, consolidó una tendencia previsible en las vísperas del período electoral pero que, aun así, resta libertad de acción al equipo económico y condiciona cada vez más los movimientos en el tipo de cambio. Esto porque es cada vez mayor en el stock de deuda en pesos la participación de los bonos duales, aquellos títulos emitidos a partir de que Sergio Massa llegó al Palacio de Hacienda y que ofrecen al inversor una cobertura ante la inflación pero también ante el riesgo de una brusca devaluación.
De acuerdo a los resultados del canje informados oficialmente, se logró descomprimir pagos por el 67% de lo que vencía, postergando los plazos principalmente hacia julio y septiembre. Si bien la participación de organismos y bancos públicos, además del Banco Central, fue determinante en el proceso, Economía destacó asimismo la participación de los privados. Pero la característica principal que surgió de la operación fue la demanda de los distintos títulos ofrecidos. En ese sentido, entre los más demandados se contaron los célebres “bonos duales”, que funcionan como un seguro de cambio ya que, en caso de un salto discreto del dólar oficial que supere la inflación, ajustarán por la variación del tipo de cambio.
Aunque son emitidos y cancelados en pesos, la mayor participación de estos títulos en la composición total de la deuda doméstica puede inscribirse en el clásico proceso de dolarización en meses pre-electorales.
Si bien la aparición de los bonos duales en el primer canje de deuda lanzado por Massa a pocos días de asumir en agosto pasado marcó un punto de inflexión en el enfoque del manejo la deuda y resultó clave para el éxito de esa operación, con el correr de los meses, el ministro logró contener las expectativas de devaluación, lo que se tradujo en un interés poco destacable para ese título. Sin embargo eso empieza a cambiar en la medida que se acerca la fecha de las elecciones.
Según los cálculos de la consultora en finanzas Delphos Investment, existe un proceso de creciente “dualización” de la deuda en pesos, que ya alcanza los USD 30.000 millones.
“El objetivo de reducir a niveles manejables los vencimientos del primer trimestre puede considerarse cumplido por el Tesoro. En la licitación se adjudicaron 57,5% del total de ofertas en la canasta de bonos duales, 35,4% a la canasta de LEDES y 7,1% en la LECER a junio”, precisó la firma que asesora a fondos de inversión y otros inversores institucionales. “De este modo, el stock de bonos duales sigue aumentando su importancia alcanzando los USD 30.000 millones emitidos en un proceso de creciente “dualización” de la deuda en pesos”, agregó.
La segunda característica saliente de los resultados del canje también es previsible y, otra vez, se relaciona con la incertidumbre pre-electoral. Aunque se ofrecieron títulos con vencimiento en 2023, los plazos de colocación del canje siguieron reflejando las escasas posibilidades del Tesoro de financiarse más allá de octubre de este año, lo que aumenta el volumen de los vencimientos en los meses previos.
En rigor, el Tesoro experimenta claras dificultades para obtener nuevo financiamiento en el mercado sin recurrir a estrategias de emisión indirecta por parte del Banco Central, con fenómeno expansivo. En las últimas licitaciones se registró un movimiento por el cual bancos públicos y también privados migraron su tenencia de deuda del Banco Central por deuda del Tesoro. “Con los datos del BCRA publicados al 30 de diciembre queda explicitado que la última licitación de 2022, en la que se colocaron $326.600 millones frente a $96.400 millones que vencían, fue financiada en su totalidad con expansión monetaria. En la fecha de liquidación se verificó caída de pases de bancos públicos (-$83.751 millones) y de bancos privados (-$202.623 millones) que fueron a la licitación para engrosar los números” de la operación, precisó Aurum Valores sobre ese mecanismo.
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