La aceptación de 70% que logró el canje de bonos del Tesoro, que permitió diferir $3 billones que vencen este trimestre a posiciones que van entre abril y julio de este año y febrero de 2024, fue cubierta por el sector oficial que recibe prestados bonos que compra el Banco Central en la semana. Si se hace la disección del canje no hay margen para festejar, ya que las ofertas fueron cubiertas en $2,5 billones (84%) por el sector oficial y apenas $500 mil millones (16%) por el sector privado, que fue objeto de llamados previos, particularmente los bancos, para que colaboren con el evento.
Si bien se escalonaron los vencimientos, la sensación en el Tesoro es estar encerrado en una celda que mes a mes estrecha las paredes y tiende a asfixiar al que está adentro, como se ve en algunas series tortuosas de televisión.
Lo que se pateó más lejos, el Dual que vence en febrero de 2024 por USD 3.709 millones que al cambio oficial actual representa $661 mil millones, queda para el próximo Gobierno. La mayoría de esos recursos provinieron del Fondo de Garantía de la Anses. Esos bonos ajustan por inflación o por devaluación del dólar mayorista es decir por una tasa actual que no baja de 5% mensual y para esa fecha puede ser impagable. Estos fondos representaron 15% de los títulos Duales elegibles que sumaron algo más de USD 25 mil millones.
El mercado estuvo paralizado a la espera de este resultado que por cierto no fue alentador y hoy lo reflejará en sus cotizaciones. Entidades públicas hicieron leves intervenciones en un mercado cambiario con escasos negocios como corresponde a los primeros días de enero. “Se colocaron pequeñas órdenes de venta de bonos GD30 para contener la demanda de divisas y terminaron subsidiando la compra de dólares para inversores, empresas y turistas. Pero a pesar de la intervención, no pudieron contener la suba”, señaló el trader Esteban Monte.
Las entidades en cuestión -en el mercado no logran identificar si es la Anses, un banco u otro actor- venden estos bonos en pesos y compran el GD30D con dólares y hace subir el precio para que bajen las cotizaciones de los alternativos. Es decir, es una intervención que cuesta divisas y reservas, ya que si bien no son dólares propiedad del BCRA sí son billetes del sector público en cuanto salen del sistema financiero hacen caer el nivel de reservas internacionales.
El dólar MEP aumentó $1,49 (+0,5%) y el contado con liquidación casi no tuvo cambios porque retrocedió 44 centavos a $344,44 (-0,1%). El dólar libre, donde no hay intervención y se refleja a pleno la tendencia del mercado, dio un salto de $8 a $354 y va recuperando el terreno perdido en 2022. Son muchos los que llegaron de Qatar y tienen que cancelar las tarjetas de crédito y les conviene pagar directamente en dólares billete que está más barato que el dólar turista que cotiza a $ 371,50.
En la plaza mayorista, se desaceleró el ritmo de devaluación. El dólar subió apenas 24 centavos a $178,39. Según el informe de Andrés Reschini el tipo de cambio va a una devaluación de 5,65% mensual. “Enero arrancó más lento que el mes anterior”, señaló.
El Banco Central pudo comprar USD 3 millones y las reservas subieron 4 millones a USD 44.610 millones. El analista Salvador Di Stefano señala en su informe que puede llegar a haber un “dólar carne” para conseguir más divisas. El economista indica que las reservas están bajo estrés y que las disponibles llegan a USD 5.000 millones, pero si se les restan las importaciones pendientes, son negativas.
“Me preocupa Brasil”, señaló Di Stefano y razón no le faltó. El EWZ, el indicador que representa a ese país, se desplomó 7,5%. La Bolsa de San Pablo cayó 2,06% y en dos ruedas acumula pérdidas de 6%. El real tuvo una fuerte devaluación de 2,20%. El dólar cerró a 5,58 reales.
Según el analista financiero y experto en agronegocios, Salvador Vitelli “la soja que queda por comercializar son 8,6 millones de toneladas que equivalen a USD 5.300 millones. No va a entrar por ahora al mercado, sino que va a ingresar de a poco y con algún retraso por lo que se negoció en diciembre. Va a quedar en manos del productor hasta que se decida a vender porque es su cobertura. Entonces debemos esperar un enero con liquidaciones muy magras del agro y a un Banco Central desprendiéndose de una parte de los dólares que logró conseguir”
Los bonos de la deuda en dólares tuvieron alzas de hasta 1,3% en los títulos de ley extranjera que son los de más alta ponderación en el indicador de riesgo país de JP Morgan. Por eso, el riesgo bajó 60 unidades (-2,7%) a 2.153 puntos básicos.
La Bolsa padeció una fuerte toma de ganancias y se contagió de la debacle de las Bolsas de Nueva York. Lo que llamó la atención fue el elevado monto de negocios de $4.861 millones que indica que hubo una importante cantidad de inversores que decidieron tomar las fuertes ganancias del año pasado y tener estos días de vacaciones en paz.
Lo cierto es que el S&P Merval, el índice de las acciones lideres, perdió 4,19% en pesos y 4,10% en dólares. Las acciones más castigadas fueron las de BBVA (-7,72%), YPF (-7,13%) y Central Puerto (-7,10%).
Los ADRs -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron un fuerte monto de negocios por $5.666 millones porque muchos inversores están saliendo de un mercado que no se recupera.
Los papeles de peor comportamiento fueron BBVA (-5,5%), YPF (-5,2%) y Cresud (-4,9%). Llamó la atención que Edenor que subió 2,69% en Buenos Aires, en Nueva York aumentara 8,4%.
El Banco Central comenzó la temporada de caza de dólares porque sabe que los que acumuló en los últimos meses se irán muy pronto junto a pagos por USD 6.000 millones al FMI. El mercado sigue pensando en dolarizarse y 2023 no parece favorable al “carry trade”, invertir en pesos para volver con ganancias a dólares.
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