Para el Gobierno, en 2022 los salarios en blanco le ganaron a la inflación pero los informales perdieron

Los trabajadores privados habrían finalizado el año pasado con una ventaja menor al 3%, aunque estimaciones privadas ven un empate y hasta leves caídas. El poder de compra perdió 20 puntos en los últimos siete años

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El Gobierno cree que el salario real de los empleados privados podría haber ganado la carrera contra la inflación récord de 2022. EFE/Caetano Barreira
El Gobierno cree que el salario real de los empleados privados podría haber ganado la carrera contra la inflación récord de 2022. EFE/Caetano Barreira

En el año en que la inflación trepó a su nivel más alto en tres décadas y que quedó cerca del 100% anual, el salario real para un sector del mercado laboral podría haber terminado con un margen favorable en la carrera contra la suba de precios, según estiman en el Gobierno, mientras que en algunas consultoras leen un empate o una caída leve. De todas formas, el sector que quedó bien por detrás del IPC volvió a ser el numeroso universo de empleados informales.

La fuerte aceleración de precios que tuvo lugar en 2022 en comparación con el año anterior, con algunos picos como en marzo (6,7%) y en el bimestre julio-agosto por encima del 7% mensual pusieron en riesgo el poder de compra del mercado laboral y esa puja se manifestó con una diferencia muy marcada entre los sectores que tuvieron la protección de las negociaciones paritarias sindicales y los que no están bajo ningún convenio colectivo, como los trabajadores informales o la economía popular.

En los despachos oficiales circula, como un dato alentador, que a pesar del récord inflacionario anual desde la salida de la hiperinflación, el sector laboral formal privado habría terminado el 2022 con una ventaja de 2,9% en la carrera anual contra los precios, al tomar en consideración el índice Ripte que elabora el Ministerio de Trabajo.

El Estado tiene distintas maneras para medir la evolución de los salarios en la economía. El Ripte contempla la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que reciben los trabajadores bajo relación de dependencia y declarados en forma continua durante los últimos 13 meses. Es decir, empleados privados asalariados. Es, de todas formas, un muestreo menos amplio que el índice de salarios que publica -también con frecuencia mensual- el Indec.

En ese informe el organismo estadístico desagrega al mercado laboral entre formal privado y público, por un lado, e informales por otro. El último dato disponible de cada indicador muestra que para el Ripte, en octubre, el retroceso acumulado del salario privado era de 5% en comparación con un año atrás, estimó Luis Campos, de la CTA Autónoma. Bajo esta medición, el salario debería sostener una marcada recuperación en la parte final del año para terminar el 2022 en ventaja.

En el informe de Salarios del Indec, en tanto, mientras la inflación acumulada en los primeros diez meses del año había sido de 76,6%, la remuneración de los formales privados y públicos había avanzado 72,7% en cada caso, mientras que los empleados no registrados lo habían hecho 54,6%, una distancia de 22 puntos porcentuales.

Qué ven las consultoras sobre el salario del 2022

Algunas estimaciones privadas proyectaron desde un virtual empate hasta una leve ventaja de los asalariados privados contra la suba de precios. Para PxQ, por ejemplo, “el salario privado registrado quedó empatado con la inflación en 2022. Nuestra estimación da 93,6% anual de inflación y 94% de salario privado registrado diciembre versus diciembre”, comentó a Infobae Pedro Martínez Gerber, economista jefe de esa consultora.

Para EcoGo, por su lado, “la pérdida estimada en promedio del año es de 0,3%”, para el sector de los trabajadores privados formales. “Tengamos en cuenta, que el (salario) promedio de 2022 es 17,2% inferior al promedio de 2017 y 20,7% menor al de 2015″, especificó Sebastián Menescaldi, director de esa consultora.

Para Sarandí, en tanto, el salario real habría terminado el 2022 con una caída de 2,8 por ciento. “Hasta octubre con lo datos oficiales se veía una caída promedio de 3,7% y desde ese momento para el último bimestre del año estimamos una recuperación de medio punto cada mes, por la desaceleración inflacionaria que podría generar una tenue recuperación”, consideró el director de esa consultora Sergio Chouza.

El salario de los trabajadores informales acumuló una caída en 2022 de 6,6 por ciento contra la inflación. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
El salario de los trabajadores informales acumuló una caída en 2022 de 6,6 por ciento contra la inflación. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

De todas formas, en el pantallazo general del mercado laboral hubo en 2022 otras realidades más allá de la carrera de los asalariados privados contra la inflación. “Con datos oficiales hasta el mes de octubre el nivel general de salarios (sector público y privado registrado más privados no registrados) marcaban una pérdida marginal del 0,3% respecto a los mismos meses del año 2021. De mantenerse en la misma línea, terminarían el año con una pérdida del 1%”, dijo Victoria Urdangarin, economista de la consultora LCG.

“Al interior de los registrados si se observa una gran disparidad y los únicos que estarían con una variación cercana a lo informado serían los del sector público, que marcan un crecimiento promedio del 2,6% anual real al mes de octubre (mientras que los privados de solo el 0,3% interanual real). Difícilmente esta dinámica se mantenga producto de que no se pactaron aumentos paritarios para el mes de diciembre”, continuó.

En ese sentido, Urdangarin planteó que “los trabajadores del sector informal, que alcanzan casi el 40% del trabajo asalariado, sufrieron una pérdida del 6,6% promedio en dicho período al no estar amparados por las negociaciones paritarias”, mientras que los salarios públicos, punta a punta en 2022, acumularon una caída de 3,1% en términos reales.

“Según nuestras estimaciones, un trabajador del sector privado registrado pudo comprar en diciembre 2,2% menos bienes y servicios que en igual período de 2021, sin embargo en la comparación del promedio anual la pérdida de salario real se reduce a 0,5 por ciento. La peor cara del ajuste la vieron aquellos que no se encuentran protegidos por los convenios colectivos de trabajo que podrían haber perdido hasta cerca de un 10% interanual”, indicó, por su lado, Claudio Caprarulo, de Analytica.

“La dinámica estuvo marcada por la sorpresa inflacionaria de julio y agosto, cuando los salarios registrados cayeron mensualmente 1,9% y 2,2% y los posteriores intentos de recomposición en las discusiones paritarias de septiembre y octubre en las que el objetivo fue lograr pisos de aumentos del 100%”, cerró.

Un cálculo de la Asociación Argentina de Análisis Fiscal (Iaraf) consideró en base a datos oficiales que “si se toma el sueldo promedio mensual de 2017, en los primeros diez meses de 2022 los trabajadores privados registrados ya perdieron el equivalente a 1,7 sueldos. Los públicos perdieron 2,1 sueldos y los trabajadores informales, que son los que más pierden con la inflación, perdieron el equivalente a 3,4 sueldos mensuales del año 2017″.

“En los cincuenta y ocho meses que transcurrieron entre enero de 2018 y octubre de 2022, los trabajadores privados formales perdieron el equivalente a 7,9 sueldos, los públicos a 9,8 sueldos y los informales a 12,9 sueldos (más de un año de ingresos). Esto significa que si bien los trabajadores privados formales cobraron 58 sueldos, respecto a 2017 fue equivalente a cobrar 50 sueldos. En el caso de los públicos fue como cobrar 48 sueldos mensuales de 2017. Y, por último, en el caso de los trabajadores informales, fue equivalente a 45 sueldos de 2017″, explicó Nadin Argañaraz.

Por último, la consultora LCG proyectó que “los salarios acumulan una caída que supera el 20% en los últimos 5 años. Parece difícil pensar que puedan retroceder aún más, máxime en un año en el cual el Gobierno buscará evitar cualquier escalada de la conflictividad social de cara a las elecciones. A lo sumo, entendemos que el oficialismo tratará de extender al máximo el plazo de vigencia de las paritarias acordadas estirando los tiempos de ajuste”.

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