Detrás de la suba de la cotización del dólar -depreciación del peso-, cuando los negocios son libres y por fuera del control de capitales, se juegan una serie de expectativas y también de especulaciones que le dan a este segmento del mercado una amplia volatilidad. Buscarle fundamentos rigurosos a la suba y, más aún, predecir un techo de precios técnico es de por sí una labor imprecisa y a la vez infructuosa.
Sin embargo, el vértigo alcista que experimentaron el dólar libre y las cotizaciones bursátiles no escapa a ciertas reglas y causas, que dejan interesantes conclusiones y sirven para anticiparse a la dinámica financiera de los próximos meses.
Por una parte, la brecha cambiaria regresó al crítico umbral del 100%, una zona de riesgo porque alimenta las expectativas de devaluación del tipo oficial mayorista cuando se extiende en el tiempo. Si se espera una fuerte corrección -un dólar soja 35% más caro que el mayorista abona esta visión- ahorristas, inversores y exportadores retienen sus divisas a la espera de una paridad base, con consecuencias recesivas.
La suba del blue obviamente podría ser un indicador anticipatorio de lo que harán los financieros (PPI)
Un informe de Portfolio Personal Inversiones precisó que “la abrupta suba del informal volvió a poner la brecha con el oficial por encima del 100%, saltando casi 20 puntos porcentuales en las últimas dos semanas. Es el dato más relevante para la macroeconomía, ya que aumenta las expectativas devaluatorias y disminuye los ya escasos incentivos de los exportadores a liquidar en el mercado oficial de cambios. Si bien el comercio exterior suele guiarse por la evolución del contado con liquidación, la suba del blue obviamente podría ser un indicador anticipatorio de lo que harán los financieros”.
Por otra parte, aún habiendo perdido por 20 puntos contra la inflación -que subió en 2022 un 95% contra un 75% de las cotizaciones libres-, el ascenso del dólar libre y los bursátiles empieza a exceder el nivel demarcado por la expansión monetaria y la propia inflación acumulada en los últimos tres años.
Gabriel Caamaño , economista Jefe de la Consultora Ledesma, explicó que “el blue volvió a una brecha de 100% versus el oficial. ¿Es algo nuevo? No, de hecho estuvimos fluctuando en torno a 100% bastante tiempo, hace unos meses y hace un año, con subas y bajas. Eso es lo grave, normalizamos semejante brecha. No es normal, es ‘él’ signo de lo desanclado que esta todo”.
“La brecha esta hace rato estabilizada en valores muy altos y que en realidad lo que vemos es que las fluctuaciones van encontrando cada vez un piso más alto. Léase, las restricciones, la incertidumbre y los desequilibrios sólo han ido en ascenso”, subrayó Caamaño.
El analista financiero Christian Buteler comentó que “el BCRA no entiende porque está subiendo tanto el blue. Tal vez los $980.000 millones de incremento en el stock de pesos en el mes o las prohibiciones para operar MEP o el 100% de impuestos que tiene el dólar tarjeta algo tenga que ver”.
Al contabilizar el total de los pasivos monetarios en el balance del Banco Central, que engloban a la Base Monetaria y también a los pasivos remunerados, éstos superaban los 15 billones de pesos ($15.077.323 millones). Con reservas brutas por USD 43.542 millones, el tipo de cambio teórico es de $346,27, ya algo por debajo del récord nominal del dólar libre de $359 del último miércoles, y en línea con el cierre del viernes y del año.
Otro cálculo estrictamente “monetarista”, que es el resultado de medir cuánto creció la circulación monetaria y compararlo con el alza de los dólares alternativos, también marca un sendero alcista para el dólar, pero a números de hoy la divisa debería negociarse un poco por debajo del nivel presente.
La circulación monetaria es el principal componente de la Base Monetaria y está integrada por la suma de billetes y monedas en poder del público y pesos en cuentas a la vista por casi $4 billones, al 23 de diciembre.
Desde la instauración de un “cepo” cambiario rígido en octubre de 2019 creció un 330%. Con un dólar libre en los $75,50 el 25 de octubre de 2019, la proyección presente da un dólar “blue” de $327. Y el “contado con liqui”, que hace tres años y dos meses se pagaba a $80,93, hoy debería costar unos 350 pesos. En torno a ese nivel cerró el año.
¿Y qué pasa si tomamos en cuenta la evolución de la inflación? No habría gran diferencia. De hecho -y no es casual sino causal- la suba general de los precios siguió el ritmo del circulante monetario. En el acumulado de 38 meses desde el regreso del “súper cepo” el 28 de octubre de 2019 la inflación fue de 334% según los datos del Indec. Si los dólares alternativos hubieran replicado con exactitud dicha tasa, hoy el “blue” debería costar $328, y el “liqui”, en 351 pesos.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones midieron la evolución del dólar libre en pesos de hoy.
Agregaron que “si bien el dólar informal viene batiendo récords nominales durante esta semana, los valores actuales son muy inferiores a los de crisis: $619 en octubre 2020 (salida del Covid-19), $415 en enero 2022 (pre acuerdo con el FMI) y $460 en julio 2022 (post renuncia de Martín Guzmán y pre llegada de Sergio Massa a Economía). No obstante, vale destacar que, si el trade electoral ya está entrado en escena, estos valores son más que elevados: pre PASO 2019 el dólar informal cotizaba a $228″ a un precio presente.
Lo que viene
El analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano aseguró que “Argentina tiene un problema de solvencia, si desean arreglar los problemas de solvencia con liquidez o emisión, lo único que lograran a futuro es tener un problema mayor del que tienen ahora. Si el Gobierno no realiza un ajuste estructural, tendrá que irremediablemente recurrir a resolver problemas con fórmulas antojadizas como el dólar soja, adelanto de impuestos, emisión monetaria y contabilidad creativa, que traerán como resultado más inflación y pobreza”.
Di Stefano advirtió que “Argentina se enfrenta a un trimestre con escaso ingreso de dólares del exterior, sin dólares para insumos críticos para la industria, y con la gran posibilidad de que se genere un estancamiento por la falta de reposición de insumos. Tendremos empresas con liquidez y sin insumos, esto es un camino directo a cubrirse con la compra de dólares. Si a esto le sumamos que desde enero en adelante cae la demanda de dinero, el recorrido alcista del blue está asegurado. Casi que es un camino al cielo”.
Walter Morales, presidente de Wise Capital, opinó que “ahora sirve mantener las tasas del plazo fijo con una inflación del 4,9% porque es fin de año. Y todos los fines y principios de año, cada vez que se llega con atraso cambiario, se espera una devaluación y la tendencia es comprar dólares. Manteniendo la tasa de plazo fijo alta, se desalienta ese movimiento”.
En ese sentido, Morales consideró que “la Argentina tiene una economía dolarizada no solamente por la incertidumbre -o por la certidumbre de que siempre tenemos malas noticias-, sino que está dolarizada porque tenemos muchísimo insumo importado. De esa manera ya se tiene una variable que empieza a estar quieta, que es el dólar (oficial). Pero, de nuevo, esto es momentáneo. Con una inflación que se mantenga aunque sea a este nivel, se pasa a tener una tasa real muy positiva. Y si la tasa de plazo fijo se mantiene a este nivel, más caros van a ser los préstamos”.
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