Hace tiempo que los argentinos sufren las consecuencias de la inflación que encarece productos y servicios mes a mes, pero el sector de hoteles y restaurantes es uno de los que más se encareció en el último año, con una aumento de 106,3 por ciento.
Este incremento ubica a la Argentina en el primer puesto de 35 países analizados por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), dirigido por Nadin Argañaraz, del que se desprende que los precios relativos de los restaurantes y hoteles argentinos subieron el doble de lo que lo hicieron en las demás naciones tomadas en cuenta.
El informe mencionado ubica a la Argentina por encima de Turquía, el segundo de la lista, con un incremento interanual del 80,3%; luego Hungría con el 27,6%; y en el fondo Suiza, uno de los países más estable de Europa, con una suba de precios interanual en hoteles y restaurantes de tan solo el 1,5 por ciento.
En lo que respecta a los precios relativos de restaurantes y hoteles, el informe revela que en la Argentina se encarecieron un 7,2% en el último año. Es decir que se requiere un 7,2% más de otros bienes y servicios para comprar las mismas unidades de restaurantes y hoteles que hace un año. Es la medida de aumento real (descontado la inflación) del sector.
En el promedio de los 35 países analizados, los precios relativos de este rubro gastronómico y hotelero crecieron solo un 0,5 por ciento.
Ahora bien, a la hora de analizar los últimos 59 meses, el informe revela que en la Argentina los restaurantes y hoteles se encarecieron un 6,1%, mientras que en el promedio de los 35 países el encarecimiento fue del 3 por ciento.
“En efecto, en Argentina hoy hace falta destinar 6,1% más de otros bienes y servicios para adquirir las mismas unidades de restaurantes que en diciembre de 2017″, detalló Argañaraz en el estudio.
Disparadores del aumento
Para explicar la suba de los precios del rubro gastronómico, José Vargas, economista y director de la consultora Evaluecon, indicó que, en parte, los aumentos tienen que ver con la demanda contenida que se registró durante los meses más duros de la pandemia.
“Como los restaurantes estuvieron cerrados durante tanto tiempo, en época de pandemia los precios no se movieron. Hoy, con la demanda a tope, los valores de mercado están tendiendo a recuperar el terreno perdido”, dijo el experto.
“A eso se le debe sumar la fuerte evolución de los costos. Hay algunos insumos que están dolarizados, porque son importados, y otros que por distintos motivos se incrementaron por encima del promedio”, sumó Vargas.
Sumado a esto, se debe tener en cuenta el efecto del Previaje, el programa del Gobierno nacional que se creó para incentivar la actividad turística y gastronómica en todo el país.
El plan otorgó reintegros de hasta el 50% -70% en caso de ser beneficiario de PAMI- en lo gastado por las familias argentinas con fines turísticos para ser reutilizado en empresas de de la “cadena turística”, donde se incluyen restaurantes y hoteles, lo que sin duda abarató el consumo en los locales adheridos.
El efecto fue notorio, al punto que en las dos primeras ediciones, el programa benefició a 5 millones de turistas, con un impacto económico de $165 mil millones de pesos.
Además de todo lo explicado, hay que recordar que los trabajadores nucleados en la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), acordaron un incremento anual del 106% que inicialmente había sido del 78%, pero luego de sentarse a renegociar, se sumó otro 28% no remunerativo a aplicarse en tres tramos (10% en enero de 2023, 10% en marzo y 8% en mayo).
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