Pese a la reapertura de paritarias y el adelanto de ajustes salariales preacordados, los sueldos de los trabajadores volvieron a perder contra la inflación en octubre. Según un informe publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en el décimo mes del año el índice de salarios avanzó 5,1%, contra un IPC general de 6,3%.
El estudio se elabora en base al ingreso promedio percibido por los trabajadores de todos los rubros, incluyendo a los estatales, los empleados del sector privado y los informales. Estos últimos suelen “tirar el promedio hacia abajo”, debido a su poca fuerza de negociación.
Este caso no fue la excepción. De acuerdo al estudio, los ingresos de los trabajadores del sector privado no registrado avanzaron apenas un 3,1% en el décimo mes del año, es decir 3,2 puntos porcentuales menos que el IPC.
Fue mucho mejor el ajuste de los empleados privados formales (5,3%), pero aun así quedaron por debajo de la inflación general y no pudieron acortar la brecha negativa que acumulan durante el año.
Esta vez, los salarios de los trabajadores del sector público encabezaron los aumentos (6% en octubre), pero aún así perdieron por 0,3 puntos porcentuales contra la inflación de ese mes.
Un año en desventaja
La diferencia negativa de 1,2 puntos porcentuales que el índice salarial tuvo en octubre en comparación al IPC, se suma a la desventaja que ya acumulaban los ingresos de los trabajadores en los primeros nueve meses del año.
El IPC avanzó 76,6% entre enero y octubre de este año; y ninguna de las ramas salariales se pudo acercar a ese valor. Según informó el Indec, tanto el sector privado registrado como el sector público acumularon un ajuste salarial del 72,7% en los primeros diez meses del 2022, lo que los dejó 3,9 puntos porcentuales por debajo de la inflación de ese mismo período. Si bien está claro que algunas actividades económicas puntuales sí pudieron superar a la inflación (principalmente las que tienen sindicatos fuertes, como petroleros y bancarios), la gran mayoría de los trabajadores perdió algunos puntos de poder adquisitivo.
Peor aún es la situación de los empleados informales, que no tienen representación sindical ni demasiadas herramientas legales para reclamar actualizaciones de sus ingresos. De hecho, la posibilidad de ser despedidos sin ningún tipo de traba, los deja en una condición desventajosa para negociar.
Ese escenario condujo a que en los primeros diez meses del año los trabajadores en negro tuvieron un ajuste salarial de 54,6%, frente a la mencionada inflación general de 76,6%. Son 22 puntos porcentuales de desventaja que parecen muy difíciles de recuperar en el corto plazo.
Promediando todos los salarios, privados registrados, estatales e informales, se observa que los ingresos de los trabajadores avanzaron 69,5% en el período analizado, es decir 7,1 puntos porcentuales por debajo del IPC general.
Lo que es peor, la desventaja es todavía mayor contra la inflación registrada en algunos rubros de primera necesidad. Los alimentos y bebidas no alcohólicas, por ejemplo, subieron 80% en los primeros diez meses del año y las prendas de vestir y calzado se incrementaron 103,1%. En ambos casos dejaron muy atrás a los ajustes salariales de los trabajadores.
Un dato alentador es que en noviembre la inflación general desaceleró a 4,9%. Si los salarios mantuvieron su ritmo de ajuste mensual (el dato se dará a conocer recién el mes que viene), es probable que hayan acortado un poco las distancias contra la inflación. También el bono entregado a fin de año a los empleados privados de menores ingresos puede haber contribuido a acortar las distancias.
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